Quien observa la mortífera pegada de Yohandry Orozco, quizás no crea que este prometedor juvenil era tímido a la hora de disparar.
“Mi tío siempre me preguntaba por qué no pateaba al arco. Me decía que si me daba miedo”, contó el capitán de la Sub 20. “Así que empecé a pegarle más seguido, se me quitó el miedo y comenzaron a llegar los goles”, reveló el crack de 19 años de edad.
“Comencé jugando con la escuela Lotería del Zulia en mi barrio, Cardonal Norte, y el entrenador era mi papá (Sadys Orozco). Después estuve en el Centro Gallego, Club Casa D’Italia y de ahí fui a las filas del Unión Atlético Maracaibo Sub 20”, relató sobre sus inicios.
“Debuté a los 16 años con Unión Atlético Maracaibo, contra Anzoátegui en Puerto La Cruz (en 2007). Y yo quería estrenarme antes”, dijo.
Su ascenso ha sido vertiginoso, aunque no ha estado exento de problemas. El momento más amargo se produjo en 2009: “Iba a jugar en Suiza, pero Unión no me quería dar el pase. Por fortuna, eso luego se solucionó, fui al Zulia y eso quedó atrás”.
Orozco ya grabó su nombre en la historia, al ser parte de la primera generación mundialista en Egipto 2009, pero ahora intentará ser el único criollo en jugar dos ediciones al buscar el cupo en el Suramericano de Perú. De su talento y experiencia dependerá buena parte del éxito de esta camada.
(Nota escrita para la edición 3/1 de El Nacional)