lunes, 28 de mayo de 2012

Ruud Gullit quiere que Holanda vuelva a celebrar


En el estadio Olímpico de Múnich, Ruud Gullit disfrutó del encuentro de estrellas previo a la final de la Liga de Campeones, como director técnico de las figuras del resto del mundo.
En ese mismo estadio, 24 años antes, Gullit anotó de cabeza el primer gol del triunfo 2-0 de Holanda sobre la Unión Soviética en la final de la Eurocopa, que le valió a su nación el primer y único gran título hasta ahora.
Volver al Olímpico, le trajo recuerdos. “Sí, me emociona mucho. Es muy especial volver a estar aquí”, afirmó.

Gullit quiere que su país vuelva a disfrutar en el torneo. “Espero que ganemos, pero será un grupo muy duro (contra Alemania, Portugal y Dinamarca”, aseguró. Holanda, subcampeona del mundo hace dos años, se ilusiona con otro triunfo. “Espero que puedan lograrlo, es tiempo de hacerlo. Sí, es tiempo de hacerlo”, reiteró entre risas y se despidió.
(Nota escrita para la edición 28/5 de El Nacional)

Davor Suker: “España es favorita, espero que Croacia sea segunda”


La final de la Liga de Campeones en Múnich ofreció una oportunidad especial para compartir con estrellas diferentes a las que bregaron en el Allianz Arena por el Bayern y el Chelsea en la gran final.
El mismo día del partido por el título de la Champions se realizó en el estadio Olímpico un encuentro entre leyendas mundiales del fútbol y grandes figuras históricas del Bayern, que terminó con un triunfo 3-2 de las luminarias globales.

Al concluir el partido de exhibición, se presentó la oportunidad de conversar con algunos de los participantes y un tema se hizo prioritario, debido a la cercanía del inicio del evento y la relevancia de los personajes: la Eurocopa.
Davor Suker, goleador del Mundial de Francia 98 con Croacia y ex figura del Real Madrid, entre varios equipos en su carrera, fue uno de los que aceptó gustosamente hablar sobre la venidera competencia y la selección de su país.

“Hombre, lo veo muy difícil para Croacia, tenemos un grupo muy complicado”, soltó el ex delantero con sinceridad. Sin embargo, Suker tiene una apuesta clara para poder superar los obstáculos de la llave y lograr destacar en la Euro. Y empieza por no hacerse ilusiones contra el actual campeón.
“España es la favorita, no sólo para ganar nuestro grupo sino para el campeonato. Así que espero que seamos segundos, es un lugar que vamos a pelear contra Italia y República de Irlanda. Espero que seamos una de las sorpresas del campeonato, eso sería un honor para nosotros”, dijo.

domingo, 27 de mayo de 2012

La eterna prueba del goleador Vizcarrondo


Oswaldo Vizcarrondo no pareciera ser un tipo que viva en situaciones extremas. Su hablar pausado y educado, su carácter taciturno, el bajo perfil que le gusta mantener, deberían mantenerlo alejado de los comentarios. Sin embargo, su carrera ha sido una constante prueba a su paciencia y temple. Desde que deslumbró con la selección Sub-17 que jugó en Arequipa el Suramericano de 2001, Vizcarrondo se ha visto sometido a un escrutinio poco común para un jugador nada controversial. En el Caracas sufrió en ocasiones en la Copa Libertadores, con expulsiones que lo marcaron quizás de manera exagerada. Con la selección debió esperar las oportunidades que pudiera darle Richard Páez en su ciclo, y cuando se suponía que podía asumir el reto, fue marginado temporalmente en esta era del seleccionador César Farías, después de un mal partido colectivo en Bucaramanga. Hasta que el técnico le dio una segunda oportunidad.

Vizcarrondo ha sabido capear el temporal y responder cuando ha sido necesario. Salió al exterior justo después de soportar gritos y críticas de los aficionados del Caracas, y terminó por convertirse en figura en Paraguay con el Olimpia. Empezó una etapa internacional, con un breve retorno al Anzoátegui, en la que ha confirmado su posición en la élite de jugadores venezolanos y, más importante aún, dentro de la Vinotinto.
Esa capacidad para aguantar, aprender de los malos ratos y volver a levantarse le ha llevado a ser una pieza fundamental en la selección. Vizcarrondo se ha esforzado por mejorar en las distintas facetas de su juego y ha convertido defectos en virtudes.

Una mañana, cuando militaba en el Caracas, Noel Sanvicente fue particularmente severo con el central en los ejercicios de cabeceo ofensivo. Con su estatura y fortaleza, Vizcarrondo siempre había sido una garantía para despejar balones en el área. Pero no utilizar esa ventaja en el otro arco le parecía a Sanvicente un desperdicio de sus condiciones naturales. Tenía que trabajar más fuerte, porque despejar es muy diferente a cabecear a la malla. Lo segundo es un arte mucho más complicado, que exige ubicación, instinto, estrategia, cálculo del tiempo y precisión en la ejecución.
“Chita veía un alto potencial en mí en esa faceta, por eso siempre me exigió pulirme en mi juego aéreo ofensivo para ayudar a los equipos donde jugase. Además, en ese tiempo era un jugador muy joven, así que era el momento indicado para trabajarlo y mejorarlo”, confesó Vizcarrondo en 2011 al consultarle sobre el tema.

La teoría de conspiración del técnico moderno



 El técnico pide privacidad, evita que haya alguna mirada externa en el entrenamiento y les grita a sus jugadores si no cumplen con el plan meticulosamente trazado. Luego elude preguntas de la prensa, pero aprovecha para advertir que los árbitros deben hacer bien su tarea esta vez, no como en el último partido en el que perjudicaron a su equipo.
La alineación celosamente guardada se da a conocer y son los jugadores los que deben tolerar otro reclamo, ya no en el campo por equivocarse en el movimiento exacto en la práctica, sino en el camerino por haber “filtrado” el secreto sumarial, esa pequeña ventaja que no le podía dar a su rival.

No hace falta ponerle el nombre al personaje porque no lo tiene. O tiene muchos. El director técnico actual cae en esta representación -o en alguna de las conductas descritas- con mayor frecuencia de la que quisiera. Hasta el usualmente correcto Pep Guardiola lo ha hecho. Es la marca de los tiempos. Entre las exigencias de aficionados y dirigentes, la vorágine mediática, las herramientas de análisis a disposición de los cuerpos técnicos y hasta la aparición de twitter como método de inmediata propagación de cualquier información, los técnicos hoy sospechan hasta de su sombra.
Para esbozar el perfil del entrenador moderno en estas circunstancias, el experimentado Carlos Horacio Moreno presta su valiosa colaboración. El cambio, en los últimos años, ha sido radical. “Cuando era entrenador del Caracas ni siquiera tenía que cerrar los entrenamientos. Me iba a Los Castores (San Antonio de Los Altos) a hacer fútbol y nadie llegaba hasta allá, ni los periodistas. Entonces trabajaba tranquilo siempre”, recordó.

Como todo en la vida, el exceso es malo. Pero Moreno encuentra una justificación para los principales y más comunes actos de desconfianza: cerrar un entrenamiento o evitar confirmar la alineación antes del partido.
“Bueno, algo hay que esconder, sí. Y claro que los rivales muchas veces buscan ver tu entrenamiento. Pero no creo que debería ser por los movimientos de los jugadores, porque lo cierto es que los equipos no cambian tanto. De partido a partido las variaciones son mínimas y hoy en día tú ves con facilidad los partidos del contrincante”, explicó.

lunes, 21 de mayo de 2012

Juan Mata: “Creímos hasta el final”


Una vez terminado el acto de premiación, el Chelsea descendió las escaleras por la tribuna central. Un grupo de seguidores del club contempló extasiado la copa hasta que Frank Lampard sonrió y la alzó frente a ellos. “¡You are legends! (¡Ustedes son leyendas!)”, le gritó uno de los aficionados.
En el Chelsea, lo son. Y es que en la discusión sobre su estilo de juego, hay un factor que no puede obviarse: la victoria es el objetivo, y por eso los jugadores y los aficionados olvidaron todas sus frustraciones en el Allianz Arena en el festejo de sus vidas. Fue su primera Liga de Campeones, sin importar el muro que debieron construir para ganarla.

Lampard lo resumió con claridad al ser consultado en la zona mixta: “Por eso nos quedamos una hora más en el campo para celebrar. Nunca la ganamos, significa mucho. Sobre todo para el grupo que ha estado aquí tanto tiempo. Pudimos haberla conseguido cinco veces, por eso ésta es especial. Pensé que íbamos a ganar, porque eventualmente tenía que pasar”.
Juan Mata y Fernando Torres también se detuvieron a contestar preguntas, sobre todo a la prensa de habla hispana, y destacaron el aporte de los líderes de la vieja guardia, Lampard, Didier Drogba y John Terry, además de Petr Cech y Ashley Cole.
“El destino les ha devuelto algo que creo que les quitó en Moscú”, dijo Torres. “Era un sueño para todos, incluso para mí en el primer año que estoy aquí”, afirmó Mata.

domingo, 20 de mayo de 2012

Los dioses deben estar locos


La voluntad muchas veces no quiere saber de lógica, y Didier Drogba es todo voluntad. Al Chelsea, su equipo, se le había negado la oportunidad de ser campeón, muy a pesar de su brillante trayectoria y la de sus compañeros de la vieja guardia londinense, John Terry y Frank Lampard.
Y ayer en Múnich, desafiaron la lógica una vez más y se aferraron a su sufrimiento. Con un gol agónico forzaron la prórroga, con un penal atajado enviaron la final a penales, y con las manos de Petr Cech y el pie derecho de Drogba inscribieron su nombre en la historia.

Chelsea escoge esta vía, sabe jugar al límite y, sobre todo, sabe sufrir. Como lo hicieron en octavos al remontar un 3-1 contra Napoli; en cuartos cuando Benfica los arrollaba al final; o en semifinales cuando Barcelona podría haber ganado de mil maneras distintas.
Pero los dioses del fútbol no querían favorecer a quien jugara bonito. No, fueron los mortales imperfectos pero convencidos quienes se rebelaron contra las leyes que dicen que los alemanes ganan en penales.

En el inicio del juego, el guión esperado se cumplió al pie de la letra. La apuesta de ambos era clara y las consecuencias también. Si Bayern anotaba temprano, jugaría el partido en sus términos, obligaría al club inglés a salir a buscar el resultado, a jugar contra su recién descubierta naturaleza defensiva bajo la guía de Roberto Di Matteo. Si Chelsea, en cambio, lograba mantener el cero durante mucho tiempo, llevaría el encuentro a su dominio, el de la desesperación rival.
Ganó Chelsea esa lucha, también gracias a la ineficiencia de Mario Gómez a la hora de definir las jugadas, aunque tampoco sus compañeros ofrecieron mucha ayuda. 20 tiros de esquina tampoco sirvieron de mucho. Y así Múnich empezaba a temer lo peor.

Allianz Arena tomó el testigo del Olímpico


En 2006, el Allianza Arena recibió el partido inaugural del Mundial de Alemania entre la selección anfitriona y Costa Rica, y posteriormente fue la sede de la semifinal Francia-Portugal. Dos de los grandes partidos de ese torneo, en el total de seis que le fueron asignados. Todo un honor para un escenario que apenas había sido inaugurado un año antes.
Múnich siempre había sido un lugar privilegiado para organizar eventos deportivos. Aquí se habían jugado tres finales de la Copa de Campeones de Europa, así como los Juegos Olímpicos de 1972 y dos encuentros de la Eurocopa de 1988, entre ellos la gran final. Pero el mítico estadio Olímpico ya no podía seguir adaptándose a las nuevas exigencias. Se requería un lugar más grande, moderno.

Llegó entonces el Allianz Arena, una joya arquitectónica que rápidamente pasó a convertirse en ícono por su particular forma y su iluminada cubierta exterior, que puede cambiar de colores según el encuentro que se dispute.
En 2006, muy pronto, le llegó su hora cumbre con los mencionados partidos del Mundial. Y ahora, en 2012, le tocó otro honor tradicional para esta ciudad, una final de la Liga de Campeones. El Bayern Munich-Chelsea de ayer fue el primer partido por el gran título europeo que se jugó en Múnich desde 1997, cuando el Borussia Dortmund venció a Juventus. Ese juego se escenificó también en el estadio Olímpico, que ahora se encarga de recibir tareas de menor exigencia como la final de la Champions League femenina (el jueves) y también el partido de estrellas con notables ex jugadores, que se realizó ayer al mediodía.

Pero para las grandes asignaciones ahora está el Allianz Arena, digno heredero de la tradición muniquesa de ser una sede importante. Curiosamente, para estas dos grandes competiciones que ha recibido (el Mundial 2006 y la final de ayer), el estadio ha debido resignar su nombre corporativo por asuntos publicitarios. Pero poco importa. Al ver esa cubierta, ya icónica, todos saben dónde está la acción de los grandes eventos.

Datos de la final
El campo del Allianz Arena mide 65 metros de ancho por 105 de largo. Su capacidad varía ligeramente según las exigencias del evento que organice (en grandes partidos, por la cantidad de medios de comunicación que asisten, algunos asientos de público son utilizados para la prensa), pero en la final de la Liga de Campeones, disputada ayer, se asignaron 62.500 asientos para el público. 17.500 entradas se entregaron a cada finalista para vender entre sus aficionados. El resto las distribuyó UEFA en ventas en todo el mundo y paquetes corporativos.
(Nota escrita para la edición 20/5 de El Nacional)

Zico: “El Mundial es un anhelo”


Entre la constelación de estrellas que se presentó ayer en el estadio Olímpico de Múnich, Zico era uno de los sobresalientes. El brasileño, que hoy dirige a la selección de Irak, fue uno de los más solicitados en la zona mixta. Zico habló de su actual reto: “Es una misión importante, intentamos llevar a Irak a la Copa del Mundo de 2014”.
Ese Mundial era uno de los temas para conversar con Zico, que aceptó las preguntas. Para empezar, el sentimiento que despierta ese torneo, que volverá a su país después de perderlo de forma dramática en 1950. “Para nosotros es lo mejor, es un anhelo. Es la mejor competición del mundo”, dijo con un gesto de ilusión que no necesitaba explicación.

En el aspecto organizativo, Zico sí hizo hincapié en sus preocupaciones: “La Copa del Mundo debería tener un clima de fiesta, de respeto, de juego limpio, como lo hace UEFA en estos torneos internacionales. Lo he conversado con Platini (presidente de UEFA). En Brasil debemos hacerlo igual, garantizar la atención y la seguridad”.
El deseo de Zico empieza por ver ese espectáculo en su país. Luego con estar ahí con Irak y ver a Brasil triunfar.

El juego. Los goles de Samuel Eto’o, Predrag Mijatovic y Frank De Boer le dieron el triunfo a las estrellas del mundo, que superaron 3-2 a las estrellas del Bayern, que contaron con tantos de Roy Makaay y Giovane Elber.
En el partido, Paul Breitner tuvo un penal, pero sacó de la banca al portero rival Edwin Van der Sar para que fuera su contrincante un holandés, como en la final de 1974 en este estadio. A diferencia de entonces, el holandés (Van der Sar) tapó el penal. Figuras como Davor Suker, Fabio Cannavaro, Michael Laudrup y Cafú también participaron.
(Nota escrita para la edición 20/5 de El Nacional)

sábado, 19 de mayo de 2012

La casa paga


Para Bayern Munich, será como un partido más en casa. Tomarán su autobús, llegarán al vestuario en el que siempre tienen sus pertenencias y jugarán en la grama que conocen a la perfección. Será su rutina de siempre, con una pequeña diferencia: esta tarde se juega nada menos que la final de la Liga de Campeones.
“Uli Hoeness (presidente del Bayern) nos reunió hace dos años y nos dijo que tenía un sueño. Jugar esta final en casa. Y lo hicimos. Todavía debemos intentar ganar porque sabemos que quizás esta oportunidad no se vuelva a dar nunca más”, declaró ayer Jupp Heynckes, entrenador del Bayern.

“Este es nuestro sueño, pero aún no lo hemos logrado. Nos falta ganar la copa”, dijo el capitán bávaro Philipp Lahm. Con la ciudad enloquecida por esta posibilidad y la necesidad de conseguir un título en esta campaña, la apuesta del club es fuerte, pues es apenas el cuarto en la historia de la competencia en jugar la final en su estadio.
Para el Chelsea, la situación podría parecer menos estresante, porque la presión la tiene el anfitrión y favorito. El cuadro inglés, que pasó de vivir un infierno con Villas-Boas como técnico a una luna de miel bajo la guía de Roberto Di Matteo, pareciera no tener mucho que perder, pues nadie ha apostado por ellos. Pero hay un detalle, Chelsea no ha ganado nunca la Champions y todavía tiene clavada la espina de la final de 2008 en Moscú, cuando un resbalón de John Terry en el quinto y decisivo penal evitó que celebraran su primer título. Además, si Chelsea pierde hoy, no jugará la Liga de Campeones en la próxima campaña.

“Tenemos buenos y malos recuerdos de aquella final en Moscú, pero el principal es que no ganamos. Esperemos que esta vez sí”, dijo Frank Lampard, uno de los pilares del club londinense. “Todo el mundo nos recordará si la ganamos”, añadió el goleador Didier Drogba.
Esta Champions, como Munich ahora, enloqueció también en un momento. Los dos finalistas de hoy estuvieron a punto de ser eliminados en los octavos de final, pero en el partido de vuelta de esas series cambiaron su destino y el resto de la campaña. Lo hizo Bayern al voltear un 1-0 en contra con una goleada 7-0 en casa contra Basilea. Lo hizo Chelsea cuando sacó a Villas-Boas después de perder 3-1 contra Napoli y remontar 4-1 con Di Matteo al mando.

El último intento de la vieja guardia


En la rueda de prensa sólo faltaba John Terry, expulsado en la semifinal contra Barcelona. “Pero él está aquí con nosotros, y si ganamos o perdemos, estaremos todos juntos. Él siente el club como nadie”, lo defendió Frank Lampard ayer. Al lado del volante estaba Didier Drogba, el otro miembro de este trío de viejos gladiadores del Chelsea. “Estamos decepcionados porque Terry no puede jugar, pero queremos que celebre con nosotros”, afirmó el marfileño.
Los “viejitos”, principales sospechosos del conflicto con el técnico André Villas-Boas -que terminó despedido por los malos resultados-, fueron quienes rescataron al Chelsea de la mano del DT interino Roberto Di Matteo. “El triunfo contra Napoli lo cambió todo. Si alguien merece ganar esta final es Di Matteo”, aseguró Lampard.

Y cuando Di Matteo fue consultado por su contribución, dijo: “Era importante recordarles que son grandes jugadores, que lo han sido por muchos años. Había que restaurar esa confianza en ellos, como grupo y como equipo. Ellos merecen ganar esta Champions”.
En esas frases resumieron la trama del Chelsea hasta este punto. Lo que dirá la historia después dependerá mucho de lo que puedan hacer mañana, aún sin el suspendido Terry, que tampoco podrá quitarse la espina del penal que falló en la final de Moscú en 2008.

“Tenemos buenos y malos recuerdos de ese partido, pero el principal es que no ganamos”, expresó Lampard. “Esa fue una buena experiencia para esta final”, señaló Drogba, que no quiso confirmar si este será su partido de retiro.
Por ahora, sólo piensan en una deuda que quieren saldar. La vieja guardia lo sabe. Puede ser su última oportunidad de ganar la Champions.
(Nota escrita para la edición 19/5 de El Nacional)

El sueño de Philipp Lahm y de toda su ciudad


La final de la Liga de Campeones es algo tan global y alcanza lugares tan remotos como Sudán, de donde vino un periodista para cubrir el evento, que resulta increíble ver cómo Bayern Munich ha podido convertirlo en algo tan local. Hasta en las consignas de las camisetas que venden al turista.
“Dahoam (proviene de Daheim) significa en casa, pero es como hablamos nosotros”, explicó en la rueda de prensa Philipp Lahm, un muniqués de pies a cabeza. Ese “Dahoam” convertido en consigna e ilusión desde que se supo que la final sería en Munich se ha convertido en todo para ellos, mientras la ciudad se desespera contando las horas para el juego de hoy.
“Yo nací en Munich, crecí aquí, me uní al equipo a los 11 años, fui recogepelotas, y cuando estaba en un partido, cualquiera que fuese, para mí era sensacional. Es grandioso poder jugar aquí en nuestro estadio, donde tenemos partidos cada tres o cuatro días. En nosotros, como equipo, y en la ciudad, tiene que haber gran expectativa. Es dahoam, es en mi casa”, explicó el capitán del Bayern.
Lahm prosiguió: “Aquí conocemos todo. Es una ventaja. Te da tranquilidad y seguridad. Hasta vienes en tu propio transporte”.

Entre tantas preguntas sobre el tema, Lahm, el técnico Jupp Heynckes y el volante Bastian Schweinsteiger prefirieron bromear en clara señal de que no desean convertirlo en un factor de presión.
“¿Qué vamos a hacer durante el día? Lo mismo que antes de cada partido, estar en el hotel. Bueno, también podemos ir a Maximilian Strasse (una de las principales avenidas) y luego al lago, a relajarnos”, bromeó Lahm.
Heynckes siguió el juego: “Llevaremos el autobús por la ciudad para poder hablar con todos. Sería fantástica preparación para el equipo”. Luego, agregó: “Debo irradiar tranquilidad, como le he hecho en toda la temporada. No coincido con toda esta euforia”.

viernes, 18 de mayo de 2012

Volvió la fiesta al Parque Olímpico


Entrar al Parque Olímpico de Munich fue experimentar déja vu. Hace seis años, estas instalaciones sirvieron para albergar el Fan Fest de la ciudad en el Mundial y desde el pasado miércoles vuelven a ofrecer ese ambiente carnavalesco y futbolero a la vez para todos los que desean disfrutar de la final de la Liga de Campeones.
El Festival de la Champions, una iniciativa que llega a su sexto año, ofrece una experiencia de feria, con juegos para los niños, premios, animadores, stands de productos y comidas; pero también sirve como un museo viajero de la competencia, con una amplia exhibición de artículos históricos, un repaso detallado de hechos y hazañas, y una película proyectada en una sala que recuerda los grandes momentos y figuras de la Copa de Campeones de Europa.

En la privilegiada área que se encuentra al borde del agua, en lugar de colocar únicamente una pantalla gigante para ver el partido, los organizadores agregaron una mini cancha donde se llevan a cabo las principales actividades de fútbol.
El evento permite a los aficionados mantener esa “fiebre” alta hasta que llegue el gran partido. Además, UEFA procura llevar a numerosos ex jugadores de renombre para que dicten clínicas de fútbol, compartan con los niños y jueguen el choque amistoso de veteranos que se realiza el mismo día de la final, en horas de la tarde, y que esta vez se jugará en el mítico estadio Olímpico, ubicado dentro del complejo.
(Nota escrita para la edición 18/5 de El Nacional)

Giovani Elber: "Robben y Ribery son la clave, son monstruos"


Giovani Elber se ve rodeado de aficionados en busca de un autógrafo en el Parque Olímpico y parece que fue ayer cuando ganó la Liga de Campeones con el Bayern. Pero su rostro algo más redondeado recuerda que no, que han pasado 11 años.
“Sí, ha pasado mucho tiempo”, dijo Elber, un ex jugador que todavía milita en el club como ojeador de talento en Suramérica. “Es un partido muy difícil para los dos. Sé que los aficionados del fútbol esperaban una final Real Madrid-Barcelona, pero Bayern y Chelsea pasaron merecidamente. Ahora espero que gane mi equipo. Soy medio brasileño y medio alemán”.

Después de 11 años, Bayern está listo para volver a reinar en Europa. O al menos eso espera toda la ciudad porque la final se juega en su estadio. Sin embargo, no se confían. Ya sufrieron una gran decepción, cuando Manchester logró aquel milagro en 1999 con dos goles en tres minutos de descuento. Perder ahora sería similar, sobre todo en un año en el que Dortmund los relegó al segundo lugar en la copa y en la liga.
“Final es final, debes ganarla, pero necesitas poner atención los 90 minutos. Chelsea también espera vencer, pero como Bayern juega en casa, creo que está más cerca de ganarlo. Sí habrá presión, pero es lógica porque Bayern podría ganar el máximo trofeo de Europa, la competencia que todos quieren”, aseguró con orgullo.

Sobre la ventaja de jugar en el Allianz Arena, afirmó: “Estar en casa es una gran motivación. Y es impresionante cuando estás en una final. ¿Cuántos jugadores no quieren ganarla? Pero pocos pueden. Por eso espero que Bayern pueda hacer un buen partido”.
¿El secreto del Bayern? No es secreto: “Robben y Ribery, son monstruos. Espero que tengan un buen partido”.

Mientras, Elber seguirá haciendo su parte: buscar talento para garantizar más títulos. “Cuando Bayern quiere algún jugador de Suramérica me llama para que vaya a verlo. He ido a juegos de Copa Libertadores, de eliminatorias al Mundial. De Venezuela he visto, no tengo algún nombre específico, pero sí los he observado. Venezuela ha dado un paso adelante tras otro en los últimos tres años. Hay muy buenos jugadores”, cerró.

Babayaro habla de Di Matteo
Otro ex jugador que habló ayer fue Celestine Babayaro, antiguo miembro del Chelsea. El nigeriano admitió que hasta él se sorprendió por la clasificación del club inglés, pero ahora es fiel creyente: “Nadie les dio una oportunidad cuando comenzó esto. Cuando les tocó Barcelona, todos pensaron ‘hasta aquí llegaron’. Pero te digo, cuando vi que pasaron esa serie, dije ‘esta es la oportunidad de ganarlo’. Y sería algo muy grande para el club”.
Babayaro conoció como jugador a Roberto Di Matteo, el actual técnico que salvó al Chelsea. “Es como si tuviera un nuevo equipo, les cambió la mentalidad. Y eso lo tenía como jugador, una mentalidad ganadora”.
(Nota escrita para la edición 18/5 de El Nacional)



jueves, 17 de mayo de 2012

Final atípica y sorpresiva


Días atrás, José Mourinho se refirió con sarcasmo a los finalistas al recordar que ni Bayern Munich ni Chelsea fueron campeones de sus ligas. Si el técnico del Real Madrid hubiese podido saber que esos dos conjuntos llegarían al partido del año después de sufrir una goleada cada uno, quién sabe qué otra frase punzante habría soltado.

No es una final típica, ciertamente. Para empezar no era la que la mayoría quería. Salvo en esta ciudad y en un sector de Londres, el resto del planeta deseaba un Barcelona-Real Madrid este sábado. “Teníamos muchísimas reservaciones de españoles, pero todos cancelaron. Ahora estamos recibiendo a los aficionados del Chelsea”, reveló una empleada de un hotel en Munich.

En cambio, quedaron dos equipos que tuvieron que superar graves baches en la temporada. Que además tendrán siete bajas entre los dos para esta extraña final. Pero los dos equipos ya han encontrado soluciones, especialmente el club inglés con el retorno en plena forma de los centrales David Luiz y Gary Cahill. Y debido a sus penas similares podrían terminar ofreciendo un duelo parejo y emocionante, que igual nunca está garantizado por equipos en mejor forma. Así que quizás no tenga la tensión (o histeria) que hoy ofrece el clásico español, pero sí el dramatismo de Munich, una ciudad dispuesta a todo con tal de celebrar. Hasta 15.000 euros ha llegado a costar una entrada revendida, según publicó hoy la prensa local. Una final realmente fuera de lo común.
(Nota escrita para la edición 16/5 de El Nacional)

Munich es una mezcla de entusiasmo y temor

"Mientras Munich se vuelve roja" titula un periódico de la ciudad y paso a paso se confirma la frase. Sentarse en Hofbrauhaus, la mundialmente famosa cervecería, es disfrutar de un anticipo del ambiente que reinará en las calles y en el Allianz Arena el sábado, cuando el Bayern intente convertirse en el primer equipo desde 1965 en ganar en su casa una final de la máxima competición de clubes de Europa.
Gritos y cánticos en honor a los colores rojo y blanco se escuchan, y las camisetas del Bayern, viejas o nuevas, van recorriendo las calles. Hasta las franelas hechas especialmente para este partido se exhiben desde ya, entre locales y turistas que las compran.

Es un beneficio inmenso que ese partido por el título se juegue en el hogar propio. Nadie debe trasladarse, millones de aficionados podrán apoyar en el estadio o en las zonas populares, y claro, los rivales se mantendrán alejados el mayor tiempo posible. Chelsea, el otro finalista, llega el viernes y sus aficionados aún no se hacen sentir.
Munich, por ahora, no cede el protagonismo, salvo en las numerosas pancartas de los patrocinadores del torneo, que hacen que Frank Lampard o Didier Drogba se comparen con las mejores figuras del Bayern. Adidas y Master Card, por ejemplo, han promocionado este choque en vallas gigantescas desde el aeropuerto hasta Marienplatz, el corazón medieval de la ciudad, y la plaza en la que ya los aficionados pasados de tragos empiezan a hacer bulla. En el Parque Olímpico, además, se instaló ayer el acostumbrado Festival de la Champions.

Pero en medio de ese gran entusiasmo, hay un temor subyacente. Desde que a Munich le asignaron la sede, la posibilidad de estar en la final se convirtió en una obsesión para todos en la capital de Baviera. En esta temporada, más que un logro, esa final es un reto a los nervios y el corazón de cada aficionado del Bayern.
El cuadro de Munich es apenas el cuarto en esta competición en jugar la final en su casa, después del Real Madrid de 1957, el Inter de Milán de 1965 y la Roma en 1984. Los dos primeros anfitriones ganaron. No hay presión, claro. Y en esta campaña, Bayern ha confirmado que no es el mejor conjunto de Alemania. Puede ser el mejor de Europa, si gana el sábado, pero en su país, el bicampeón Borussia Dortmund lo ha desbancado, porque no sólo repitió el título de liga y dejó al Bayern en el segundo puesto, sino que le ganó la final de la Copa de Alemania con una goleada 5-2.

Por eso en la ciudad se espera también con nerviosismo el encuentro. Una victoria salvará la temporada, aliviará las penas y permitirá sacar el pecho. Pero una derrota, nada menos que en casa, los dejará con las manos vacías y como escolta del triunfador en los tres torneos principales de la temporada.
Suficiente razón para poner de cabeza a la ciudad si el sábado, en el Allianz Arena, la copa se viste con cintas rojas y blancas.
(Nota escrita para la edición 16/5 de El Nacional)

lunes, 7 de mayo de 2012

Ronald Vargas: "Ir a la Champions es lo máximo"

El título que logró ayer el Anderlecht en Bélgica permite ampliar la lista de venezolanos campeones en el exterior. Aunque estuvo lesionado durante casi toda la campaña, Ronald Vargas también tiene derecho a festejar esta primera conquista como legionario.
"Claro que celebré con el equipo", dijo entre risas desde Bélgica. "Estoy feliz, más allá de que jugué sólo en 6 partidos".

Para el volante, la recuperación de su rodilla izquierda era motivo de regocijo, después de dos lesiones graves. Reintegrarse a los entrenamientos, sentir más cerca el día de su retorno, eran pequeñas buenas noticias. Pero lo de ayer terminó de entusiasmarlo porque el título del Anderlecht trae un premio adicional: el boleto a la Liga de Campeones, en la que acompañará a Juan Arango (Gladbach) y probablemente también se les una Salomón Rondón (Málaga).
"Sí, eso es lo máximo. Es un sueño participar en esa competición, es lo que más quisiera junto al Mundial con Venezuela. Y estoy cerca de hacerlo", dijo. Por ahora el campeón belga está en la fase previa, pero por condiciones de campeonato, Vargas espera un triunfo del Bayern Munich en la final contra Chelsea: "Sólo falta que gane el Bayern y entraríamos a un grupo directo. Hay que ligarle a ellos". Si su rodilla coopera, esa gran alegría lo espera.
(Nota escrita para la edición 7/5 de El Nacional)