Mostrando entradas con la etiqueta luis manuel seijas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta luis manuel seijas. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de marzo de 2013

Farías en control


Las palabras de apoyo que el seleccionador César Farías le dio al presidente de la FVF, Rafael Esquivel, antes de las elecciones que se avecinan, más allá de ser respetadas como parte de una decisión personal y de un vínculo de amistad y colaboración de trabajo entre ambos, fueron también una demostración de la personalidad del técnico y la visión que tiene de su labor.
Farías intenta siempre tener el completo control de una situación. Para ello planifica, se informa, se prepara y también busca imponer su fuerte carácter si hace falta, pero esto no se limita a los aspectos que otros considerarían meramente futbolísticos. Durante los cinco años de su ciclo con la Vinotinto, el técnico ha dejado conocer buena parte de su personalidad.

Sobre casi cualquier tema tiene una opinión y le gusta contrastarla con frecuencia con otros, sobre todo si está convencido de tener razón o conocer más sobre el tema. Su competitividad no sólo la refleja sino que de alguna forma la inculca, y de esto pueden dar fe sus jugadores en los tantos partidos que han disputado bajo su guía y también en las decisiones que toman en sus carreras profesionales, en las cuales la opinión de Farías surge con frecuencia, bien sea porque sus pupilos la consultan o porque el seleccionador se interesa en ofrecerla.
Si se trata de la formación de jugadores, del campeonato venezolano, de la rehabilitación de un vinotinto, de las transmisiones televisivas, de las refacciones de un estadio, de la labor de los medios de comunicación, de estos y muchos otros temas relacionados, Farías tiene una opinión, y dada la importancia de su cargo, pues se convierte en muy relevante. Entonces resulta lógico pensar que en un tema tan crucial como la elección, o reelección en este caso, del presidente de la FVF, su superior inmediato y principal respaldo, también debía tener algo que decir y no de forma tímida, pues no es su estilo.

Si bien pareció innecesaria la acción, porque la continuidad de Esquivel en el cargo no parece estar en peligro y menos en una época en la que su trabajo con Farías ha rendido frutos luego de una mayor inversión en los combinados nacionales, la iniciativa del técnico encuentra mayor sentido en ese intento de controlar todos los elementos, todas las circunstancias. La opción de renunciar no podía tener otro propósito más allá de acentuar la vehemencia de su opinión. El premio al esfuerzo realizado está demasiado cerca como para arriesgarlo, y por eso esta breve polémica pareciera haber sido sólo un intento más por marcar la pauta de lo que vendrá.
Donde Farías requiere tener aún mayor control de la situación es en la cancha, y esto lo ejerce a través de los jugadores. El seleccionador ha recorrido ya una ruta de cinco años en la que ha cambiado, corregido, fortalecido y ajustado sus ideas hasta llegar a un tramo en el que la Vinotinto entiende y sigue sus órdenes de la mejor manera, un momento en el que el control de Farías es parte de una dinámica mucho más natural para el futbolista que ya ha visto los resultados que se pueden obtener y que ha llegado al punto que todos anhelaban alcanzar cuando se inició esta ruta hacia Brasil 2014: ubicados en la zona de clasificación, con la posibilidad de defender ese cupo hasta el final.

lunes, 28 de marzo de 2011

La Vinotinto tendrá mayoría de debutantes en la Copa América


La Copa América en 2007 fue el punto final de una etapa. El técnico Richard Páez apostó principalmente por la experiencia para ese torneo, y por eso jugadores como Miku quedaron apartados en los cortes de la preselección.
Una vez iniciada la eliminatoria para Suráfrica 2010, Miku y jóvenes como Luis Manuel Seijas y Roberto Rosales contaron con mejores oportunidades, siendo titulares ese mismo año en el premundial. Pero una vez iniciado el ciclo del estratega César Farías en 2008, el recambio fue más acelerado.
Por eso, la Copa América de este año en Argentina tendrá a una Vinotinto con una nómina muy diferente a la de hace cuatro años. Sólo cuatro jugadores de aquellos 22 son candidatos fijos a repetir: Juan Arango, César González, Oswaldo Vizcarrondo y Renny Vega. Otros cinco jugadores podrían entrar en la lista final para julio si destacan y convencen a Farías en este tramo: José Manuel Rey, Daniel Arismendi, Giancarlo Maldonado, Andrés Rouga y Alejandro Guerra.
El resto espera jugar su primer torneo y aunque no haya tanta experiencia acumulada, la juventud del grupo ofrecerá otros beneficios.

Con ganas de triunfar. “Son pocos los que repiten, pero creo que tendrá muchas cosas positivas, porque los nuevos vamos a tratar de sacarle el máximo provecho a esta primera copa. Esas ansias de querer demostrar van a ayudar a la selección”, afirmó Luis Manuel Seijas, uno de los que está en camino a estrenarse en el torneo.
Gabriel Cichero también se anima: “Sería mi primera copa y eso es algo muy importante para mí, porque uno siempre quiere jugar en los principales torneos del mundo. Confío en que (los deubutantes) podremos seguir demostrando nuestro juego y que estaremos en esa lista definitiva. Muchos nos conocemos de las categorías juveniles y hacemos un buen grupo, así que todos vamos por el mismo camino”.
La experiencia la podrán aportar jugadores como Daniel Arismendi, que desea jugar por segunda vez. “Espero poder aportarle eso al grupo, después de vivir la copa anterior. Esta es una selección joven que aspira a cosas mejores”, dijo.

Aquella lista
Los 22 convocados en 2007 fueron Renny Vega, Javier Toyo, Héctor González, Luis Vallenilla, José Manuel Rey, Alejandro Cichero, Oswaldo Vizcarrondo, Jorge Rojas, Andrés Rouga, Edder Pérez, Leonel Vielma, Pedro Fernández, Luis Vera, Miguel Mea Vitali, Ricardo David Páez, Alejandro Guerra, Juan Arango, César González, Fernando De Ornelas, Giancarlo Maldonado, José Torrealba y Daniel Arismendi.
(Nota escrita para la edición 28/3 de El Nacional)

miércoles, 23 de marzo de 2011

La Vinotinto conversó en grupo para buscar la reivindicación

El primer grupo de la selección viajó en la madrugada del miércoles a Jamaica, donde jugará este viernes ante el anfitrión. La segunda expedición saldrá el jueves, y esta división se debió al retardo en el trámite de visas.
El martes, lamentablemente, no fue un día normal de prácticas, con dos turnos peculiares en el Centro Ítalo en Caracas antes de emprender el viaje.
En la mañana, sin el técnico César Farías, se completó una sesión de hora y media. Al concluir, el grupo tuvo un momento privado en el campo. Los jugadores, abrazados en un círculo, se tomaron unos minutos para hablar entre ellos.
"Dijimos que debemos volver a la alegría, tenemos muchas cualidades. Hay jugadores emblemáticos que deben tener la jerarquía y la responsabilidad para hacer las cosas bien, como las hemos hecho antes. Queremos demostrarle a la gente que son altibajos, momentos futbolísticos en los que no estuvimos bien", explicó José Manuel Rey.
El central de Mineros, de vuelta en el combinado luego de un año, dijo: "Ojalá que contra Jamaica y México podamos jugar bien y demostrar el nivel".
"Son cosas que debíamos hablar", dijo Tomás Rincón. "Nos vamos a hacer fuertes. Confío en el talento que tenemos", agregó el mediocampista. "Los partidos de 3 puntos son en la copa. Más que resultados, buscamos funcionamiento", afirmó el volante Luis Manuel Seijas.
En la tarde, con Farías al frente, el grupo compartió con niños y firmó autógrafos al llegar, por lo que vio demorada su práctica. Luego estuvo dividida por el retraso de aquellos que tramitaban su visa y además tuvo problemas con la iluminación del campo.
En la noche, se prepararon para iniciar un viaje en el que esperan demostrar que el camino a la Copa América no tiene que ser tan espinoso.
(Nota escrita para la edición 23/3 de El Nacional)

jueves, 17 de marzo de 2011

Invitado y nada más: Argentina 4, Venezuela 1


La historia no cambió, y el partido 17 contra Argentina se convirtió en la derrota 17. Pero lo que más le debe doler a Venezuela no es ese registro, ni la goleada 4-1. Es saber que todavía no encuentra una idea a la cual aferrarse para encontrar un funcionamiento parejo y consistente que la haga soñar con grandes cosas en la Copa América de julio.
Venezuela usó un esquema 4-2-2-2, con la intención de poder defender mejor al replegarse y buscar el ataque por las bandas con Maestrico González y Luis Manuel Seijas, mientras que la sorpresa fue el ingreso de Ángelo Peña en lugar de Ángel Chourio, como segundo delantero y socio de Daniel Arismendi.
Argentina empezó el juego como una fiesta por la inauguración del estadio Bicentenario en San Juan, uno de los escenarios del venidero torneo. Y terminó la noche con la misma alegría. Impuso el ritmo desde el inicio, con un juego de toque incesante y movilidad de sus tres delanteros, en los cuales ninguno ejercía claramente el rol de centro atacante. Si eso último se parece a una descripción del Barcelona no es casual, porque esa es la idea de juego que el seleccionador albiceleste Sergio Batista, ha dicho que desea emular.
Al menos en el dominio a sus rivales, se pudo acercar. Venezuela no tuvo respuesta para la propuesta albiceleste, y pronto sufrió el primer gol al no poder ejecutar bien un fuera de juego, y Cristian Chávez marcó el 1-0 a los 20 minutos. Un segundo tanto de Argentina, obra de Matías Defederico, fue anulado de forma errónea, y Ariel Rojas estrelló un balón en el poste izquierdo. Así, la Vinotinto se salvó de un golpe mayor en ese momento.
Los dirigidos por César Farías apenas pudieron jugar por ráfagas. En el primer tiempo, cuando Argentina cedió espacios y bajó la velocidad, hubo mejoría al aprovechar las bandas y al animarse a disparar desde lejos, como lo hicieron Seijas y Gabriel Cichero. Un centro de Ángelo Peña encontró a “Cafú” Arismendi para marcar el momentáneo empate al 30. El buen juego venezolano duró unos 8 minutos, la alegría apenas 5. Maxi Moralez se combinó con Pablo Mouche por el medio del área para que este último anotara el 2-0.
Todavía tuvo una oportunidad de empatar Venezuela, gracias a una pésima salida del portero Javier García, pero el cabezazo de Maestrico fue alto.

Debacle general. La segunda parte dejó aún más claro que Venezuela carecía de algún plan para poder reaccionar. Argentina no tuvo inconvenientes para crear jugadas y arrinconó lentamente a su enemigo sin sudar, a pesar de los continuos cambios. Al 54, Mouche marcó el 3-1 y el anfitrión se pudo relajar con la ventaja. Venezuela tuvo entonces su segundo momento de respiro y apuró a Argentina con algunas llegadas al área, gracias al empuje de Seijas y el despertar algo tardío de Edgar Jiménez. Ambos desperdiciaron oportunidades de gol al acercarse al arco.
Pero fue solo un espejismo, porque los locales reaccionaron de su letargo y cerraron la goleada. Luciano Aued marcó el cuarto tanto, luego Chávez falló en poner el quinto con un globito desviado y Mauricio Sperdutti vio cómo el arquero Leo Morales y el travesaño le negaron otro.
Poco les importó, pues pudieron festejar con goleada la inauguración del Bicentenario, un acto en el que Venezuela fue un invitado y no más.

Estrenos y muchos errores. Venezuela estrenó su nuevo uniforme, y Alexander González y José Reyes debutaron con la selección, ambos como reemplazos. El primero, de gran momento en el Caracas, pudo mostrar ganas y calidad en varias jugadas, pero terminó perjudicado por la situación del equipo. Reyes, algo apurado, intentó generar peligro. Pero poco se les podía exigir en un desafío en el que Venezuela fue gris como colectivo, mucho más que sus individualidades una a una.
A falta de tres meses y medio para empezar la Copa América, la selección sigue sin plasmar una idea de juego en el campo, o al menos definirla, más allá del esquema que use en cada oportunidad. El funcionamiento defensivo general sigue en deuda, y eso hace que cada central o lateral que se pruebe deje fallas que enumerar. Anoche fue Carlos Salazar el más errático, pero el problema empieza (y debe terminar) en la ejecución de un plan general, no en los nombres. Hasta ahora, el técnico Farías no termina de concretar una puesta en escena reconocible y efectiva, después de tanto tiempo de preparación.
 
Ficha técnica:

Argentina (4):
García (Marchesín, m.46); Pillud (Díaz, m.46), Maidana, López, Rojas (Monzón, m.33); Chávez, Yacob (Rinaudo, m.62)), Valeri; Mouche, Defederico (Sperdutti, m.46) y Moralez (Aued, m.56). DT: Sergio Batista.

Venezuela (1):
Morales; Romero (A.González, m.46), Salazar (Di Giorgi, m.57), Vizcarrondo, Cichero; Lucena, Jiménez (Hernández, m.73); C.González (Gómez, m.59), Seijas; Peña (Reyes, m.60) y Arismendi (Chourio, m.67). DT: César Farías.

Goles: 1-0, m.20, Chávez (A) –derechazo tras pase de cabeza de Valeri al romper fuera de juego-; 1-1, m.30, Arismendi (V) –remate cerca de la raya tras centro bajo de Peña-; 2-1, m.35, Mouche (A) –toque cruzado tras pase de Moralez por el centro-; 3-1, m.54, Mouche (A) –balazo fuera del área-; 4-1, m.76, Aued (A) –zurdazo cruzado desde el lado derecho del área-.
Amonestados: Mouche (A); Salazar (V).
Árbitro: Claudio Puga (Chile).
Estadio: Bicentenario, San Juan.
(Nota escrita para la edición 17/3 de El Nacional)

domingo, 13 de febrero de 2011

Nelson Carrero habla sobre los inicios de Vargas, Miku, Seijas y la generación de 2005

“Luis Manuel Seijas era un querre-querre. Mucha gente no creía en Ronald Vargas solo porque era flaquito. (Miku) Fedor me impresionó al momento de conocerlo por su seriedad”. Y así las anécdotas y los relatos corren en la charla de mediodía, en la oficina de la Notaría 37, ubicada en la avenida Urdaneta.
Nelson Carrero, abogado y también director técnico, soltó otra confesión con una sonrisa de nostalgia y afecto: “Tenía mucha fe en ellos, sabía que era uno de los mejores grupos en la historia”.
Carrero se refiere a la selección Sub 20 de 2005 que jugó el Suramericano en Colombia, que no pudo lograr el boleto al Mundial a pesar de avanzar a la fase final. “Y eso que no tuvimos la preparación adecuada, algo que ahora sí se hace con las selecciones juveniles, que cuentan con apoyo de la FVF”, acotó.
Pero la relevancia de ese grupo —y el motivo de la charla con Carrero— no quedó en aquella actuación, sino en el desarrollo posterior de sus integrantes. Miku Fedor, Ronald Vargas, Luis Manuel Seijas, Grenddy Perozo, José Luis Granados, Alejandro Guerra. Ellos son parte importante de la base de la selección de hoy.
“¿Sabes cuándo me di cuenta de eso? En el partido que la Vinotinto le ganó a Perú en la eliminatoria (3-1, septiembre de 2009 en Puerto La Cruz). Miku fue figura ese día (anotó dos goles), y también Seijas y Ronald (marcó el tercero). Lo ganaron los que tuvimos en esa Sub 20. Pensé que entonces mi trabajo quizás no había sido tan malo”, dijo entre risas.
Ellos, además, triunfan hoy en el exterior. “Y eso que se perdió el talento de Paúl Ramírez por su enfermedad renal y las lesiones, y uno de ellos murió, Alfredo Contreras, un caballero y buen jugador. Pero en la liga hay muchos que rinden. Por ejemplo, Gianfranco Di Julio y Laynecker Zafra podrían ser llamados en cualquier momento a la selección, tienen méritos”, dijo.

Con carácter. De ese sexteto que hoy impulsa a la Vinotinto, Carrero tiene recuerdos a granel. “Cuando te digo que Seijas era querre-querre es por su temperamento, que luego fue canalizando. Era un líder, profesional, todo un luchador. Jugaba con el Centro Italo de Valencia y nos empató un partido (al Caracas juvenil que dirigía Carrero). Nada más al verlo dije que había que llevarlo al Caracas. Desde ahí empecé a tener cercanía con él, compartí con su mamá y su papá. Extraordinario como jugador y como persona, porque venía muy bien educado de su casa”.
“Hoy triunfa en Colombia y tiene una solvencia emocional por esa educación, está disfrutando del prestigio que tiene allá, donde lo quieren mucho. A mí me criticaron porque llegué a usarlo como lateral izquierdo en un momento y en la contención, donde jugó luego en la selección mayor. Claro que su mejor puesto es como volante ofensivo, pero es que él era un todo terreno, cumplía en donde lo ponías y nunca me dijo que no”, contó.

Talento natural. “Ronald Vargas no quedó en un corte de la Sub 17 porque le aplicaron el estigma del flaquito. No apostaban por él, ni en el Caracas al principio. Es que eso no importa, fíjate en el Barcelona. Y nosotros no podemos ir contra la genética del venezolano. En el Suramericano, un argentino me dijo: “Si este fuera de mi país, lo vendemos por 50 millones de euros”. “Y es verdad”, recordó Carrero.
“A Ronald lo sacamos prácticamente de la liga César Del Vecchio para el Caracas. Era un talento. Yo le decía que no era normal lo que hacía ese niño. Me identifiqué mucho con él por lo que sufrió por la suspensión por dopaje tras el Suramericano. Muchos quisieron echarme la culpa de eso, pero fue algo que consumió tres meses antes del torneo y que no conocía. Lo peor es que ese medicamento lo usaban mucho aquí en la liga por desconocimiento. Se sintió muy mal. Pero siempre hablamos. Igual que ahora con la lesión que tuvo en Bélgica. Lo llamé para animarlo y sé que nos vamos a ver pronto cuando venga”, dijo.

Madurez necesaria. “Un amigo mío, Jorge Cubeddu, me habló de Miku un día. Lo recordaba, pero tenía tiempo sin verlo. Estaba en España y lo trajimos para observarlo en la Sub 20. Me impresionó al llegar a San Cristóbal, donde estábamos concentrados. Bajándose del avión me dijo que si lo necesitaba, se vestía para entrenar de una vez. Le dije que sí y pensé que así iba a llegar muy lejos. No me equivoqué”, relató.
“Siempre fue muy maduro. Se fue a vivir fuera del país muy joven, mientras su mamá se quedó aquí con su hermana, y eso hace que el jugador crezca, porque vivir solo no es fácil y él ha capitalizado todo ese esfuerzo que hizo”, dijo.
“En el Suramericano empezamos con un solo delantero, Paul, y Miku un poco más atrás. Pero luego tenía que meter a Ronald, y pasó Miku al frente, porque eso es lo que es, un delantero nato. El trabajo en España para lograr eso se le nota muchísimo. En ese torneo, me tocó levantarlo después que falló un penal, pero sin presionarlo. Le dije que le había pasado a Maradona, Zico, Platini. Y se le pasó”.

El crack del bloque 4. “A Guerra lo conozco prácticamente desde que era niño. Conocí a su papá, a su hermano el que murió (cuando “Lobito” estaba en Perú con la selección). El vivía en el bloque que está antes del mío en Lomas de Urdaneta, en Catia. Hasta nos enfrentamos en un torneo de la zona, porque él jugaba con el bloque 4 y yo, aunque ya estaba retirado, estaba en otro equipo. Nos vimos en la final y mandé a uno de los mejores de los nuestros a marcarlo. “Para a ese muchacho”, le dije. Y ganamos”.
En el Caracas, Carrero seguía admirando a Guerra. “Yo tenía al equipo Sub 20 y quería subirlo siempre, era extraordinario, pero no lo hacíamos mucho porque entonces el Sub 17 cojeaba”.

Líder de pocas palabras. “Grenddy Perozo era el que tenía mayor experiencia, más minutos en primera división. Era titular en Trujillanos, venía de ser fijo en todas las selecciones menores. Si Paúl era el líder alegre, Seijas y Perozo ponían la seriedad y el carácter. Grenddy siempre ha sido parco, pero tenía la madurez, sabe cuando está para la pelea”, contó.
“Yo le decía que jugara la pelota al salir, que si se equivocaba, yo era el culpable. Yo copié eso de Richard Páez, lo digo sin pena, porque las cosas buenas hay que copiarlas. Richard decía que hasta cuándo íbamos a tirar la pelota arriba, que había que salir jugando. Y eso tenía Perozo y este equipo, muy buen pie. Tocaban y tocaban”.

Contra pronóstico. “En el Suramericano, Granados me dijo un día que no aguantaba, que estaba lesionado, que no sentía las piernas. Realmente era cansancio. Y en su caso había una explicación. Su formación fue casi amateur. Tenía las deficiencias de la sociedad venezolana, venía de una familia humilde, carecía de la formación atlética. Y eso le creó inseguridad. Aquí casi no hay laterales y cuando tuvimos que buscar, fue el mejor de los que había. Creo que todavía Granados puede dar más. Mucha gente lo critica en la selección, pero sé que aún no ha demostrado todo lo que tiene”.

Amistad duradera. Carrero es el primero en enorgullecerse de lo que muchos de ellos han logrado. “Es que había demasiado talento y eran todos muy comprometidos con el trabajo. Y lo mejor que quedó fue una amistad con ellos. Todavía hoy los veo, hablamos y me abrazan”.
Y como el resto del país, espera que las conquistas de este grupo con la selección apenas estén empezando.
(Nota escrita para la edición 13/2 de El Nacional)