miércoles, 28 de diciembre de 2011

"Pájaro" Vera dejará de volar en 2012

"La última vez que fui a Amazonas fue en 1990, cuando me tocó jugar con Bolívar una eliminatoria zonal de los Juegos Nacionales, contra Monagas y Amazonas. Espero que haya cambiado en 21 años", confesó entre risas Luis "Pájaro" Vera, nuevo fichaje del conjunto de Puerto Ayacucho.
El experimentado volante de 38 años de edad admitió no saber si su último vuelo será entre Tucanes, pero sí pone un límite. "Acordé el contrato con ellos hasta mayo, pero la decisión depende de cómo termine con Tucanes y la motivación que tenga. Quizás juegue un semestre más hasta diciembre. Lo que sí tengo claro es que jugaré, máximo, un año más. Para 2013 no seguiría", aseguró.
En Amazonas lo recibirán viejos amigos. El técnico Gilberto Angelucci, quien fue el reclutador de turno, y los asistentes William Pacheco y Víctor Orozco. "A Gilberto lo llamé apenas tomó el cargo. Fui uno de los primeros que lo felicitó. Le dije que él y Pacheco eran gente que tenía que volver al fútbol, que no podían estar alejados tanto tiempo. El fútbol venezolano necesita gente así", contó Vera.
"Será toda una experiencia ser dirigido por ellos, con quienes coincidí tanto en mi carrera. Cuando llegué a Minervén eran ídolos. Es muy agradable poder volver a compartir con ellos, ahora como técnicos", admitió. "Gilberto me llamó para unirme al equipo. La intención de Tucanes es poder reforzarse para lograr el objetivo que tienen, que es la permanencia en primera división, y espero poder ayudarlos en eso".

Será director técnico.
Vera tiene claro su futuro después de colgar los botines. Desea ser director técnico. Ya ha realizados cursos y también se ha trazado una ruta. "No quiero asumir la dirección de un equipo en primera división de inmediato, apenas me retire. Me gustaría empezar siendo asistente o trabajar con categorías inferiores, quizás en un equipo en segunda división, pero creo que es necesario quemar etapas y me gustaría hacerlo de esa manera", explicó. "Claro, luego de un tiempo sí me gustaría tomar un equipo de primera división", acotó sobre sus ambiciones.
El destino para comenzar esa etapa como estratega también parece estar pensado. Al preguntarle por Caracas, el cuadro en el que brilló durante la mayor parte de su carrera, confesó: "Caracas me dejó las puertas abiertas. Hace poco hablé con Philip Valentiner (presidente del club), que es un gran amigo, y conversamos sobre eso. Él sabe que quiero ser técnico y me pidió que les diera a ellos la primera opción cuando decida hacerlo. Y la tiene, me gustaría estar con el Caracas. Pero bueno, vamos a ver cómo se dan las cosas".

La aventura
Vera tiene claro que esta parada en Amazonas será especial. "De Puerto Ayacucho, lo único que recuerdo de aquella vez (1990) es que almorcé en un mercado", afirmó. "Me iré solo, pero mis niñas y la familia me visitarán luego. Tengo buenas referencias. La afición respalda al equipo, asiste a los juegos y me han dicho que la cancha está muy buena".
"Pájaro" se anima con el reto de ser figura en un nuevo conjunto y dar su mejor esfuerzo en el ocaso de su carrera. "El último semestre en el Esppor fue desgastante. Necesitaba recargar pilas".
(Nota escrita para la edición 28/12 de El Nacional)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Historias de una Copa América que marcó el camino

1 Maestrico y su bebé César González bailó al marcarle a Ecuador. Ese tanto significó el triunfo y, posteriormente, la clasificación para Venezuela. Fue también una oportunidad para soltar sus emociones. "El festejo va para mi bebé, que viene en camino. En el momento de anotar el tanto, me detuve un segundo y luego pensé en ir a buscar el balón para dedicárselo. Será mi primer hijo, un varoncito, va a ser futbolista", reveló entre risas. César Matías ya nació y para su padre, el recuerdo de aquel gol contra Ecuador siempre irá ligado a él. Maestrico casi no juega ese día por problemas estomacales y casi no hace el gol, porque justo antes de patear, se preparaba el cambio por él. Por eso cuando lo hizo, además de recordar a su bebé, cumplió con el baile planificado con sus compañeros.

2 El general Rincón Dos expulsiones. Ese dato podría indicarle a algún incauto que el torneo de Tomás Rincón fue negativo, pero nada más lejos de la verdad. El tachirense fue reconocido como pieza fundamental del buen quehacer de la Vinotinto y hasta fue premiado como el mejor jugador en una votación popular realizada por Adidas. Para Rincón fue un torneo de emociones. Aparte de la rabia por recibir dos tarjetas rojas (una injusta, en opinión de la mayoría), se conmovió en el día del triunfo contra Ecuador al pensar en un ser querido: "Recordé a mi mamá y casi se me salen las lágrimas, porque hace nueve años que falleció y quería darle esta alegría a ella".

3 El poste te da, el poste te quita Contra Chile, la Vinotinto agradeció que los postes rechazaran los disparos rivales. Esos momentos afortunados permitieron que Venezuela se mantuviera viva y luego liquidara al favorito en San Juan para cruzar por vez primera el umbral hacia las semifinales. "Tuvimos suerte, pero muchas veces nos ha tocado en contra", fue el comentario del grupo. Lo confirmarían en el siguiente partido, porque contra Paraguay, la suerte vino a cobrar esa cuenta. Los tiros venezolanos fueron los que se negaron a entrar y tocó decidir el pase en penales, con resultado negativo.

4 Farías, Brasil y el respeto Brasil, como primer reto de la Copa América 2011, era una carta de intención para César Farías. "Siempre es difícil jugar contra Brasil, pero esos son los retos que le gustan a quienes estamos en el fútbol. Si puedes sacarle un resultado a Brasil, mandas un mensaje sobre las pretensiones que tiene Venezuela en la copa", dijo el seleccionador antes de comenzar el torneo. Brasil es un rival especial para Farías. Consiguió el primer triunfo en aquel amistoso en Boston en 2008, le sacó el primer punto en eliminatorias y fue el primer y decisivo paso en la historia que desarrollarían en suelo argentino este año. Farías pidió a sus rivales respeto una y otra vez durante el torneo. Y lo consiguió de la forma más efectiva, con resultados.

5 La gran copa de Vega "El fútbol da revancha. Contra España me dieron hasta en la madre, la gente me dijo de todo, pero yo me preparé para esta copa sabiendo que podía ser mi última, y todo ha ido por buen camino. Igual tengo los pies sobre la tierra", dijo Renny Vega. El portero, criticado en aquel amistoso contra el campeón del mundo, hizo de todo en Argentina: salvó dos veces de forma milagrosa para defender la ventaja contra Ecuador, asistió de cabeza a Grenddy Perozo para el gol del empate con Paraguay, y jugó con un cuadro viral y vómitos contra Chile en cuartos de final.

martes, 13 de diciembre de 2011

Franklin Lucena: "Me recuperaré de esta lesión"

Franklin Lucena lo supo de inmediato. "Me di cuenta. Sabía que era grave", confesó ayer el volante del Caracas al conocer el alcance de la lesión en su rodilla izquierda: rotura de ligamento cruzado. El club informó que será baja por 4 meses, pero Lucena admitió que será más: "Entre 5 y 6 meses. Es un golpe, porque venía el reto de la Libertadores. Pero lo he dicho antes, tengo muchos objetivos pendientes. Me recuperaré". En poco más de seis meses, la Vinotinto volverá a jugar en la eliminatoria y Lucena probablemente no estará en forma. "Menos mal que el premundial es largo y me quedarán muchos partidos", dijo.
(Nota escrita para la edición 13/12 de El Nacional)

El presidente del Caracas, Philip Valentiner, afirma que no hay razones para decaer en el club

Como ocurrió en el pasado Clausura, Caracas tuvo que reconocer al final que hubo un equipo que lo hizo mejor. Esta vez fue Lara y no Zamora, pero en el ánimo de la afición pesa el tercer torneo consecutivo sin celebrar un título. Es una sensación extraña para el equipo más laureado de Venezuela.
La sequía coincide con la decisión de rejuvenecer al equipo y darle mayores oportunidades a la cantera. La medida podía tener un costo inmediato, y éste es. La directiva del club, sin embargo, mantiene sus argumentos porque confía en que dará frutos.
"Seguiremos con el mismo proyecto. Como es costumbre, nos reforzaremos para el Clausura y la Libertadores, porque el Caracas tiene que seguir participando en copas internacionales", afirmó el presidente Philip Valentiner, al ser consultado.
"Habrá pocas variantes, dos o tres refuerzos, porque los jóvenes han tenido continuidad y han ganado experiencia", acotó. Admitió que los extranjeros han sido un punto débil y que será parte del esfuerzo por reforzarse mejor en el segundo semestre.
Valentiner evaluó lo hecho por Caracas: "No me siento triste y no hay por qué decaer. Entiendo que van tres torneos sin un título, pero Caracas ha hecho grandes torneos, sólo que se ha encontrado con equipos como Zamora o Lara que lo han hecho mejor".
(Nota escrita para la edición 13/12 de El Nacional)

Richard Páez crea su equipo ideal en Millonarios

Millonarios tiene una sensación de deja vu. En las semifinales de la Copa Colombia, goleó 4-1 a Junior en Bogotá y luego empató 0-0 para ir a la final, que le dio el primer título en el exterior a Richard Páez.
En la liga, después de golear 3-0 en El Campín, jugarán mañana en Barranquilla por el boleto a la segunda final en este semestre.
"Estamos felices. Dichosos los que tienen fe", afirmó Páez, vía telefónica. La explicación de la segunda frase la dio a continuación: "En un momento me criticaron por los cambios que hice, pero este equipo se ha mantenido fiel a una idea. Se ha presentado el mismo patrón que tuve antes con Estudiantes o la selección, y es que si me dan tiempo para trabajar, encontramos los resultados. Esta es la recompensa por eso".
Páez recuerda que con Estudiantes perdió una serie en 1999 después de ganar 3-0, pero sabe cómo evitarlo. Por ahora, está muy satisfecho con el juego de sus dirigidos: "Este Millonarios se acerca al equipo que siempre quise tener: laterales de proyección, un volante mixto o de salida, un portero que puede manejarse bien desde el fondo, dos o tres volantes creativos que llevan el juego".
Poder ganar otro título en tan poco tiempo motiva a Páez. "Ya aseguramos el cupo en la Copa Sudamericana y queremos ir a la Libertadores. Si lográramos el doblete sería el colofón de este proyecto que ha ido en alza. Pero lo evaluaremos si sucede", afirmó.
El estratega disfruta el respaldo de los venezolanos: "Los que viven en Bogotá siempre están cerca. Van a los entrenamientos o me hablan en la calle. Es un gozo, una dicha poder tener el apoyo y el reconocimiento de la gente de mi país". Y si gana otro título, sumará más adeptos en el vecino país también.
(Nota escrita para la edición 13/12 de El Nacional)

domingo, 11 de diciembre de 2011

Rivales a pesar del otro

Que Táchira sea el actual campeón y Caracas no haya podido ganar un torneo en la temporada pasada no le resta a la rivalidad. Que los rojos estén en busca del título del Apertura y los aurinegros no salgan de una crisis que ni siquiera esa estrella pudo borrar, tampoco.
Cuando una rivalidad deportiva es grande, prácticamente anula la relevancia de la tabla de posiciones. Claro que es mejor ver a dos grandes enemigos enfrentarse cuando su rendimiento está en el tope, pero después de la motivación principal de un trofeo, aún quedan muchas razones para vencer al archirrival.
La que mueve al Táchira hoy en San Cristóbal, además del orgullo deportivo, es aguarle la fiesta al Caracas. "Independientemente de dónde estén en la tabla, los jugadores de Táchira van a querer mostrarse en el clásico. Hay una historia entre los dos equipos que hace que se jueguen todo en esos partidos", anticipó Alexander González, una de las referencias del rejuvenecido Caracas.
Si quedaba alguna duda del compromiso adicional que tiene el cuadro tachirense, bastó leer las declaraciones de Javier Villafraz en un comunicado de prensa del club: "Es obligatorio ganarle al Caracas, porque es un rival directo siempre, es el clásico y siempre hay que ganarlo, hay que dejar una buena presentación en nuestro último partido del año en San Cristóbal".
Agregó el mediocampista: "Es un partido con gran ambiente. Caracas necesita sacar un resultado porque pelea el campeonato, trataremos de tener una revancha por todos los compromisos que nos han sido adversos durante este semestre".
La grave situación del Táchira en 2011 resulta imposible de obviar. Un Clausura para el olvido bajo la conducción de Jorge Luis Pinto, que se pudo excusar con la victoria en la final contra Zamora, una instancia en la que estuvieron gracias al torneo anterior. El anuncio de un nuevo proyecto de la mano del entrenador derrotado en esa serie, Chuy Vera, fue abandonado por la directiva después de la victoria de la impaciencia en un Apertura que ahora termina en la misma tendencia negativa. Una señal de alerta para cualquier otro entrenador, algo que confirmó la decisión de Noel Sanvicente de no tomar el timón para 2012 bajo condiciones que no estimaba convenientes.
En el Caracas las alegrías han sido más frecuentes, una vez superada la complicada transición hacia la conformación de un equipo más joven. Pero el papel secundario en los dos últimos torneos no le sienta bien al cuadro rojo, y menos si por tercer torneo consecutivo le toca conformarse con pelear hasta el final y felicitar a otro. En la Copa Libertadores fue eliminado en la fase de grupos y ahora deberá jugar el repechaje contra el poderoso Peñarol. Así que también hay urgencias en el bando capitalino, aunque su situación sea distinta a la de su némesis.
Un clásico es una oportunidad para dejar de mirar la tabla. Pero una vez que el resultado queda en el marcador, la realidad golpea de nuevo. Para Táchira sería doloroso perder otro partido, pero mucho más si eso significa permitir que el rival siga teniendo opciones de levantar un trofeo. Para Caracas sería una pena volver a dejar pasar otro torneo sin ganar, pero mucho más si es su archirrival el que le niega la posibilidad.
Algo devaluado, menos atractivo, pero clásico al fin, con mucha motivación aún. Un enemigo no quiere a otro de compañía, a menos que sea en la miseria. Ese quizás sea el deseo de Navidad del Táchira para el Caracas. Y no lo van a negar. O si prefiere, pregúntele a alguien de los Leones si no desea algo similar para el Magallanes esta noche.
(Columna escrita para la edición 11/12 de El Nacional)


domingo, 4 de diciembre de 2011

El Juan Arango que sus amigos conocen

"Juan es un tipo al que si lo conoces, lo ves diferente a los demás". La frase es repetida por tres amigos que han aprendido a apreciar en distintas etapas de su carrera y de su vida a Juan Arango, el máximo representante del fútbol venezolano en los últimos diez años.
"Nos conocemos desde que éramos carajitos, desde que teníamos 5 o 6 años de edad. Vivíamos en el mismo barrio en Maracay, La Democracia, nos criamos allí", recordó Renny Vega con su usual desparpajo. "Jugamos juntos en el equipo de la UCV cuando éramos chamos, hasta que yo me fui a San Cristóbal y él a Cumaná a los 15 años", agregó el portero, que suele bromear con el capitán de la selección como lo hacía cuando eran niños.
"Nos conocemos de toda la vida, me tiene que aguantar el chalequeo. Pero él es un tipo tranquilo, así que es con respeto, nada pesado", aclaró Vega, que conoce al verdadero Arango. "Mucha gente tiene una imagen distinta de él. Por todo lo que ha logrado, la gente se intimida y cree que es agrandado, pero para nada, es un tipo humilde".
En La Democracia, Arango era bien conocido. "Lo recuerdo echando vaina en la casa y jugando fusilado. Pero siempre andaba con un balón pa’arriba y pa’abajo. Sus padres son colombianos y muy conocidos en el barrio por su educación y humildad. Él era muy casero, de familia, no era tan callejero como uno, lo tenían algo sometido, pero tratábamos de llevarlo por el carril del barrio", contó Vega entre risas. "Bueno, más mis hermanos que yo, ellos eran más malos y eran los que lo fregaban. Juan era muy tranquilo, no salía mucho a fiestas o a bailar, era un poco más cerrado. Lo que le gustaba era jugar fútbol y estar en su casa, pero nos juntábamos con frecuencia, teníamos un buen grupo. En mi casa jugábamos partidos de futbolito, pero Juan nos invitaba mucho a su hogar, porque era el único de la zona que tenía Nintendo. Se hacían colas para ir a jugar con él", relató divertido.
"Juan siempre fue un tipo que se comprometió con lo que quería, siempre quiso llegar a lo más alto y eso es algo de admirar. Su familia, además, es excelente e hizo que no descuidara sus estudios y los culminara. Juan ha sido el mismo desde entonces. Sí hay cosas que te cambian la vida, porque él es uno de los más famosos deportistas de Venezuela, pero Juan sigue siendo el mismo tipo tranquilo. No anda faranduleando ni es de salir de noche todo el tiempo, él sabe hacer sus cosas", afirmó Vega.
Cuando se encuentran en la selección, el guardameta pone al capitán al corriente de lo que pasa en el barrio: "En La Democracia se ponen muy contentos cuando Juan va, porque ahora no puede hacerlo a menudo. No es como a mí, que me ven casi que una vez al mes. Pero cuando ha ido en diciembre jugamos la caimanera de softbol que yo organizo. Y si no va, porque hay que entender que tiene la agenda más difícil que Chávez, igual me pregunta por el barrio y yo le cuento lo que ha pasado".

Un adiós que abre una puerta para Sanvicente

Noel Sanvicente acababa de romper su relación con el Real Esppor y, con el dolor de la separación en su voz todavía presente, no estaba muy animado para empezar a hablar de un nuevo pretendiente: Táchira. Pero en San Cristóbal, apenas al conocerse la noticia, la directiva del cuadro aurinegro ­que aún busca un nuevo técnico para el Clausura y la Copa Libertadores- confirmó su interés mientras ofrecía una rueda de prensa sobre el proyecto de la nueva sede del club. Es una situación favorable para ambas partes y difícil de obviar.
"El contacto con Táchira fue anterior al torneo. En este momento no hay ofertas, y no quiero pensar en eso. Si llegan, las analizaré", dijo Sanvicente al atender la llamada, después de conocerse su renuncia al cuadro blanco. "Ahora no tengo compromisos y quiero estar con mi familia. Si llega alguna propuesta, la revisaré. Veremos qué trae el Año Nuevo", dijo el estratega.

Camino con obstáculos. La decisión de separarse del Esppor, luego de una temporada y media al mando, llegó con pesar para "Chita". Este tercer torneo fue, sin duda, el más difícil para el laureado entrenador. "Es difícil estar así, los problemas económicos se iban agravando y no había ninguna solución. La directiva me dijo que antes de salir de vacaciones este mes van a poder pagar toda la deuda (de tres meses). Ojalá sea así, pero la razón para irme es que el proyecto inicial se desvió con tantos problemas. Había desgaste en el grupo por todos los problemas que hemos tenido: deudas, lesiones, multas. De todas maneras, Tomamos la decisión con la directiva del Esppor, de manera amigable", explicó.
Sanvicente habló antes con los jugadores: "Fue simple, porque ellos ya sabían. El desgaste era para todos, especialmente los jugadores. El presidente (Ricardo González) también, y él siempre fue sincero. También para él esto era una preocupación. Por eso y porque somos amigos, preferí tomar esta decisión antes de que termináramos como enemigos, que es algo que no quiero. Al Esppor le deseo lo mejor".

Pronta despedida. El lunes dirigirá el partido reprogramado contra Monagas y probablemente cederá de inmediato el timón a Charles López, su sucesor y hasta ayer coordinador de las categorías menores del club. "Lo decidí ahora porque no me parecía conveniente esperar hasta terminar diciembre. Así tendrán tiempo para planificar y armar el equipo para el próximo torneo", afirmó.
Su legado en el Esppor es positivo, pero exigente como es Sanvicente, era lógico que tuviera un lamento nada difícil de adivinar. "No haber podido conseguir un cupo internacional con el equipo de primera división, porque incluso estuvimos a un gol de un título de torneo. Pero en las divisiones menores el equipo ha sido muy exitoso y se encuentra muy fuerte para el futuro. Seguirá en crecimiento", confesó "Chita".
Ahora, le tocará pensar en su propio futuro. Y aunque no desea apurar el proceso para su retorno, ayer se convirtió, de inmediato, en el técnico más buscado por los equipos del país.
(Nota escrita para la edición 3/12 de El Nacional)

viernes, 25 de noviembre de 2011

“El General” se siente en control


En el Hamburger Morgenpost aparecía identificado como “el General” del equipo. Por su don de mando en el campo y la agresividad en su juego, parece un apodo lógico para Tomás Rincón. Y ha ganado fama.
“En algunos periódicos lo han colocado y otros compañeros me lo han dicho. Me contenta eso y la verdad, no me molesta que me llamen ‘el General’, para nada”, confesó el tachirense al atender la llamada.
Pero más importante que tener un nuevo sobrenombre, es lo que significa. La situación de Rincón ha cambiado mucho en el Hamburgo desde que regresó a la ciudad después de disputar la Copa América. Nunca, desde que llegó al club en 2009, había sido considerado una pieza esencial en la alineación y ahora se le trata como a una figura. Hasta su número cambió: en vez de usar el 25, ahora tiene el ocho que tanto le gusta y que es fijo en su espalda con la Vinotinto.
“La Copa América cambió mucho esa impresión, porque tuvo repercusión mi actuación en el torneo y aquí en el club vieron los partidos. Al volver fue así, sentí que podía estar en el once y no salir más de mi posición natural en el mediocampo, y así ha sido hasta hoy”, explicó el mediocampista de primera línea.
Rincón ha jugado nueve partidos, todos como titular y durante el tiempo completo, sin ser sustituido. Con la llegada de Thorsten Fink al banquillo también ha tenido mayor seguridad.
“Sin duda es importante eso, es linda esa confianza que te da el técnico y los compañeros. La clave fue quedarme en mi puesto. Aquí cambiamos muchísimo de técnico. Y ahora hay nuevo presidente, nuevo director deportivo, creo que esa estabilidad que ahora tenemos es lo necesario para poder seguir creciendo. Y en mi caso no es como antes, que jugaba un partido sí y otro no, uno como lateral y otro como volante. Ahora tengo mayor exigencia, pero cuento con la confianza del grupo en mí y en mi forma de jugar”, dijo.

Presente y futuro. Rincón aprecia su situación y también quiere que mejore la del Hamburgo: “El equipo está subiendo en la tabla y vamos a seguir creciendo”. Con su labor en la Vinotinto, Rincón no sólo gana importancia en su equipo, sino que aumenta su notoriedad en el mercado europeo. Por ahora, no hay un destino claro. “Tengo contrato hasta 2014 y por ahora no me planteo irme, pero hay que ver qué pasa en los mercados de invierno y verano. Si se presenta una oferta de un club grande la analizaremos, pero si me quedo no hay problema, me siento bien aquí”, dijo el nuevo “General” del Hamburgo.
(Nota escrita para la edición 25/11 de El Nacional)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tomás Rincón: "Si entramos en el Mundial estaremos entre los primeros 20 o 30 en el ranking"

La Vinotinto ha disfrutado de un gran 2011. La Copa América catapultó a Venezuela del puesto 69 al 40 en el ranking FIFA, y el triunfo contra Argentina en la eliminatoria ayudó a repetir ese escalafón récord en octubre. Pero la reciente doble tanda del Premundial, con empate en Colombia y triunfo contra Bolivia en casa, permitió al combinado nacional traspasar otra barrera.
La casilla 39 es el nuevo premio para la selección en la clasificación FIFA de este mes, que se dio a conocer ayer. “Estoy muy contento con eso, es producto del trabajo que viene haciendo la selección”, afirmó Tomás Rincón, vía telefónica desde Alemania.
“Pero no debemos conformarnos sino aspirar a más. Quedan muchos partidos de la eliminatoria y podemos seguir subiendo, es cuestión de seguir con la misma idea y la mentalidad de superación”, agregó el volante del Hamburgo y segundo capitán vinotinto.
Renny Vega, portero del Caracas y la selección, dijo: “Lo hecho por la selección hasta ahora nos motiva mucho. Es un reconocimiento a nuestro trabajo y sólo nos queda seguir para conseguir nuestro objetivo final: la clasificación al Mundial”.
Esa posible presencia en Brasil 2014 es la motivación mayor. Lo demás vendrá por añadidura.
“Imagínate, si entramos en el Mundial debemos ubicarnos entre los primeros 30 o incluso 20 del mundo. Así lo hizo Chile en el último Premundial. Sabemos que la eliminatoria es difícil, pero esa es la meta y creemos que tenemos cómo hacerlo”, opinó Rincón.
El camino ha sido largo desde la creación del ranking en 1993. Venezuela llegó a ocupar la posición 129 del mundo en 1998 y hoy, 13 años después, muestra un avance de 90 puestos. A pesar de las críticas que ha recibido el sistema de FIFA para evaluar a las selecciones, algo es claro: no hay forma de negar el inmenso progreso venezolano, sin importar cómo saque la cuenta.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Juan Pablo Angel: "Conozco bien a la Vinotinto gracias a Alejandro Moreno"

Aunque ya no es parte de la selección colombiana, Juan Pablo Ángel vive esta eliminatoria con pasión y de cerca, pues se ha dedicado también a comentar partidos en televisión.
"Es algo que me divierte, pero no deja de ser algo que hago esporádicamente", comentó en tono divertido el delantero de 36 años de edad, como para no dejar dudas de que su carrera como futbolista activo no tiene fecha de vencimiento aún.
Además de estar atento a lo que hace Colombia, el goleador también tiene un amigo a quién seguir: Alejandro Moreno, compañeros en Chivas USA en la MLS.
Así que al solicitarle una entrevista para analizar este primer año de la eliminatoria suramericana para Brasil 2014, Ángel aceptó con gusto.

- ¿Qué le ha llamado más la atención en estas primeras cuatro jornadas?
- Lo pareja que está la competencia. Creo que sólo Uruguay ha mostrado un nivel muy superior al resto. Algunos quedaron un poquito mejor que otros, Venezuela entre ellos, y ahora tienen seis meses para prepararse y seguir evaluando a sus jugadores para enfrentar lo que vendrá a mediados del año próximo. Otros han tenido algunas dificultades, y también tendrán tiempo, pero para reencontrar el camino.

- ¿Y qué opina de Venezuela?
- Lo de Venezuela no es casual, estaba tocando la puerta desde hace algunos años. Ha progresado, tuvo una Copa América muy buena, así que ya no sorprende. Además, en mi caso, conozco bien lo que vienen haciendo porque tengo a Alejandro Moreno como compañero y me cuenta lo que vienen haciendo, el cuidado en la preparación que pone el entrenador (César Farías), y van por muy buen camino. Por eso estos resultados de Venezuela no son casualidad.

- ¿Cómo es la relación con Alejandro, dentro y fuera del campo?
- Muy buena. Alejandro es un gran tipo, un gran jugador y tengo una excelente relación con él. Como delanteros, tenemos características completamente diferentes. Él es de choque, de contacto, se mueve por el frente de ataque; yo soy de área. Y con mi llegada a Chivas, a Alejandro lo han empezado a usar más atrás, casi como volante creativo, pero "Ale" es un jugador necesario para cualquier equipo porque se sacrifica mucho, ayuda a los compañeros.

El tramo más difícil es la mayor ilusión

Mientras la realidad mejora, la expectativa aumenta. Lo vivió José Omar Pastoriza, Richard Páez y ahora, con más razón, César Farías. Por eso conviene ver la eliminatoria en toda su extensión y luego vivirla paso a paso. ¿Cuántos puntos hacen falta para clasificar? La respuesta no puede ser definitiva, porque esta eliminatoria es como ninguna de las más recientes, debido a la ausencia de Brasil. También porque, como quizás ninguna otra antes, muestra una paridad tan clara entre las selecciones, que puede que no haga falta sumar una cantidad apreciable para ir al Mundial o al repechaje, y sólo baste estar un punto por encima de un lote compacto de candidatos. Por eso Farías insistió tanto en el valor de un punto en esta eliminatoria, porque cuanto más se acerca la Vinotinto a su sueño -y ha avanzado siempre un paso o más en cada uno de los premundiales anteriores-, más crucial o exigente parece cada partido. No obstante, lo cierto es que se puede ganar o perder la clasificación tanto al principio como al final.
Si se dividiera la eliminatoria en grados de dificultad para Venezuela, habría que pensar que se superó una etapa complicada y que toca prepararse para la más difícil. Los siete puntos obtenidos hasta ahora superan la cosecha de Suráfrica 2010 de las cuatro primeras fechas, aunque ahora viene el tramo que hizo sufrir al seleccionador César Farías como nunca en su ciclo: visita a Uruguay, recibir a Chile, y viajes a Perú y Paraguay. Esta vez no habrá que esperar la llegada de Brasil, otra tragedia más en la eliminatoria pasada, en un pasaje que apenas le dio un punto a Venezuela en cinco partidos. Sin embargo, aquel recuerdo doloroso del pasado es la esperanza más clara para el técnico en el presente. Hoy, Farías sabe que Venezuela puede sacar más que un punto en este tramo.
También sabe que quizás de eso pueda depender el boleto al Mundial, si logra superar con creces la cifra anterior. E ilusiona, sobre todo, porque la segunda vuelta, sin poder llamarla sencilla (lo cual sería irresponsable), es mucho más conveniente para la Vinotinto. De ocho partidos, cinco se jugarán en el hogar, allí donde la selección ha aprendido a ganar paulatinamente los partidos desde 2001 y hoy exhibe una gran confianza. Lo pudo hacer en mayor medida en el camino a Suráfrica y lo ha logrado con efectividad máxima hasta el momento en los dos choques contra Argentina y Bolivia. Los dos últimos juegos de 2013 serían en casa contra Perú y Paraguay, y nada mejor que poder resolver como local el capítulo decisivo de tu historia.
Sin embargo, el aficionado no ve el asunto con la misma frialdad. Ni siquiera sirve pedirle que lo haga. También hay que pensar que aburrida sería la grada si lo vivieran así. Ahora la exigencia es mayor que en la eliminatoria pasada. La presión, con cada partido, también irá en aumento. Mientras mejor juegue la Vinotinto, más se esperará de ella. Venezuela suma siete puntos, un récord para el combinado en este tramo, y mucha gente se pregunta qué pasa con los delanteros o por qué se ganó con apremio contra Bolivia. Se obvia, en ocasiones, lo que costó llegar a este punto. Y a ese hecho también quiere adelantarse Farías y el equipo.
No celebran en demasía lo conseguido hasta ahora y piden paciencia para lo que viene. Saben que esa exigencia y presión pueden resultar contraproducentes, si dejan que la ansiedad gane. Pero cuando llegue la hora de jugar los últimos puntos por el boleto (asumiendo, ojalá, que será así) también habrá que adaptarse a esa realidad y a esa expectativa. Y esperar que todas esas energías, nervios y emociones terminen por coincidir en un estallido de júbilo.
(Columna escrita para la edición 20/11 de El Nacional)

Julio Álvarez: "Si yo cobro los corners, podemos aprovechar a Juan en el área"

Jonay Hernández, ex compañero en España, lo había advertido tres días antes del juego contra Bolivia: "Julio Álvarez va a ayudar mucho a la selección en los cobros con pelota detenida". Apenas le dieron la titularidad y la responsabilidad de ejecutar tiros de esquina, el volante no dejó mal parado a su amigo con esa elogiosa referencia. Su centro a la cabeza de Oswaldo Vizcarrondo permitió que Venezuela consiguiera un importante triunfo.
En el fútbol, hay códigos y Álvarez los respeta. En la Vinotinto, César González y Juan Arango son los principales encargados de las jugadas de táctica fija. Pero en los días antes del choque en Pueblo Nuevo, Álvarez recibió la asignación en los corners. "Que yo cobre los corners permite que Juan vaya al área y lo aprovechamos, porque va muy bien de cabeza. Tratamos de encontrar lo que sea mejor para el equipo, y en este caso, como yo estaba en al alineación, pues pude hacerlo. En esa jugada del gol me tocaba a mí y estoy contento por haber podido aportar", explicó Álvarez, vía telefónica desde España.
El volante del Numancia es un especialista también en los tiros libres y penales, pero en esas jugadas todavía tendrá que esperar que sus compañeros o el cuerpo técnico den luz verde. "Me gustaría también patearlos, pero con el tiempo se irá viendo. La selección no es como un club, en el que tienes muchas oportunidades, así que no puedes llegar y encargarte. Están César y Juan para eso, y uno debe respetar la experiencia y veteranía de los que están. Ellos tienen esa responsabilidad, y uno trata de adaptarse al grupo, no puedo pretender que sea al revés y que el grupo se adapte a mí. Pero en lo que pueda ayudar, lo haré", afirmó.

La jugada. En el gol de Vizcarrondo, la fuerza y precisión del centro de Álvarez en una jugada preparada para esa parte del área permitió que la reacción del portero Carlos Arias fuese inútil. "En la semana practicamos esa jugada y resultó. Salió muy bien, debía enviar el balón al primer palo y bloqueaban dos jugadores para que quedaran libres Juan y Vizca. Mi labor era colocarla ahí", explicó.
Álvarez reveló que su misión era apuntar bien hacia el primer palo; la de sus compañeros, llegar a la zona. "No puedes prever exactamente quién va a llegar, sólo darle la oportunidad para que anote. Así que el centro era para uno de los dos (Arango o Vizcarrondo), y llegó Vizca. De eso se trata. En el fútbol actual, estas jugadas son decisivas con frecuencia y para eso los tenemos a ellos, a Amorebieta. Ojalá sigamos teniendo oportunidades para hacerlas", dijo.
Álvarez también elogió a Marcos Mathías, el asistente del técnico César Farías que suele encargarse de pulir estas jugadas: "Trabajamos muy bien y ciertamente Marcos es parte importante de eso, por ser quien ajusta los detalles para que salgan bien. Gracias a ese trabajo, lo estamos logrando".
(Nota escrita para la edición 19/11 de El Nacional)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Jonay Hernández: “Con humildad, la adaptación a la Vinotinto es fácil”


Jonay Hernández y Fernando Amorebieta tienen algo en común: ambos debutaron en una eliminatoria con Venezuela con un triunfo histórico. Para un jugador que quiere ser acogido por una afición que no los conoce y sus nuevos compañeros, no hay mejor forma de forzar una bienvenida.
Entre 2003 y 2004, el ex seleccionador Richard Páez quiso sumar jugadores a su causa, varios de ellos criados y formados en el exterior, para poder iniciar la eliminatoria para Alemania 2006 con la mejor de las opciones. Jonay fue uno de los que aceptó y comenzó una etapa en su carrera que disfrutó mucho. Se convirtió en vinotinto.
Hoy, César Farías ha logrado sumar todavía más figuras en esas circunstancias. Además de Amorebieta, llegaron Julio Álvarez (que se negó en su momento con Páez, cuando Massimo Margiotta sí aceptó), Andrés Túñez y los hermanos Rolf y Frank Feltscher.
Si alguien entiende cómo se deben sentir los nuevos vinotintos es Jonay Hernández, quien además vivió de cerca la reciente adaptación de otro “repatriado”: su hermano, el portero Dani Hernández. Por eso, el lateral izquierdo es un personaje ideal para analizar el proceso que hoy viven las nuevas adiciones al proyecto de Farías.

- Hace ocho años, también en Barranquilla, fue tu debut en una eliminatoria. ¿Cómo fue ese momento?
- Fue un partido muy especial por poder estrenarme en el premundial y por poder ganar, sobre todo. Fue un punto de inflexión también para Venezuela, creo, porque le ganamos a Colombia en su casa. Recuerdo que echaron al entrenador de ellos, porque claro, ¿cómo iban a perder contra Venezuela en Barranquilla? Fue bonito para mí, porque apenas comenzaba con la Vinotinto, antes solo había jugado contra Nigeria en Londres, pero fue un amistoso.

- ¿Ayudó a tu adaptación al grupo haber sido titular y gran parte de ese triunfo contra Colombia? Porque algo similar le ocurrió ahora a Amorebieta.
- Evidentemente, si llegas a un grupo nuevo y ganas, es así. Si juegas contra Argentina, le ganas y encima haces el gol (lo que hizo Amorebieta), pues es mucho más fácil. Pero en la selección hay buena gente, tipos humildes, no creo que tengan problemas para adaptar a estos nuevos jugadores. Y si es para mejorar a la selección, es más sencillo. A mí me sucedió en Barranquilla, a partir de ese momento me sentí mucho más integrado al grupo y todo fue mucho más cómodo.

- ¿En el primer partido, contra Nigeria, te había costado? Ese amistoso no fue un partido común.
- Sí, ese juego en Londres fue extraño. Apenas llegué pensé que era una locura, que si jugábamos, que si no, que si no habían pagado. Fue algo caótico, pero me quedo con que pude jugar y al menos me sirvió para conocer a los compañeros y luego poder debutar en un juego oficial en Barranquilla.

- ¿Es complicado entrar en un grupo que se conoce bien y que está acostumbrado al técnico?
- Eso va también con la personalidad de cada uno. Yo nunca he tenido problemas, me he acoplado bien a los grupos en los que he estado y este fue más sencillo, con jugadores como Juan Arango, Héctor González o Alejandro Cichero, que son muy buena gente. Fue fácil para mí, recuerdo esa etapa inicial con mucho cariño. Incluso en ese partido en Barranquilla, cuando Juan marcó el gol el primero en ir a celebrarlo con él fui yo. Me sentía parte del grupo, como si hubiese estado ahí toda la vida.

- ¿Cómo debe comportarse un jugador cuando llega a un grupo ya establecido?
- Hay que ser muy cauto, soy de los que piensa que al integrarte a un grupo, lo primero que debes hacer es observar, entender cómo debe ser tu comportamiento con tus compañeros. Hay situaciones más difíciles, como cuando no hablas el idioma. Me sucedió en Escocia en mi primer año. El que llega debe ser inteligente para acoplarse, no puedes llegar y pretender ser el protagonista, el líder, el que llame la atención. Es preferible ser cauto e ir poco a poco. Pero el grupo de la selección es muy positivo, se hacen muy buenos amigos ahí.

- Mencionaste entre los que te ayudaron a Juan Arango, que hoy en día es el capitán, además. A él se le conoce como alguien reservado, cuando se trata de su imagen pública, pero se nota mucho más extrovertido con sus compañeros. ¿Fue así en su trato contigo?
- Sí. Juan al principio parece serio de cara a la gente, y hace bien, porque por su protagonismo y la expectación que levanta es normal que actúe así frente al público, pero es una de las mejores personas de la selección. Tanto a mí como a mi hermano Dani nos ha acogido muy bien y nos ha hecho las cosas mucho más fáciles. Juan es un pilar fundamental de la Vinotinto, no sólo como jugador sino como persona. Que sea capitán tampoco cambia eso, porque no es su responsabilidad única y exclusiva integrar a los que llegan, eso es más una labor de grupo.

- En tu carrera has conocido a varios de los nuevos jugadores de la Vinotinto. ¿Cómo ves su adición a la selección?
- Sí. Julio estuvo hasta hace poco aquí en el Tenerife conmigo hasta que salió para el Numancia. Tiene muchísima calidad, puede ayudar mucho a balón parado. Amorebieta es más que conocido aquí en España, va bien por arriba, es muy agresivo y en la selección puede dar muchísimas cosas en este camino al Mundial, como los demás. Quizás al principio es normal que les tome algo de tiempo adaptarse de lleno, pero si la humildad prima, y en la selección eso sucede, no habrá problemas. Espero que por fin Venezuela pueda ir al Mundial, porque tiene jugadores muy valiosos.

- La gente suele tener cierta reticencia al principio con jugadores repatriados. ¿Te pasó a ti?
- Sé a lo que te refieres. Son reticentes a la gente que no ha vivido en Venezuela, que no ha estado ahí, pero te hablo por mi experiencia. Cuando suena ese himno lo sientes de la misma forma que si hubieses vivido en Venezuela. Por estar acá en Europa no he dejado de ser venezolano, nos sentimos así y en ese momento se nota. La gente que no crea que vamos a pasar el rato. Sé que los que se unen ahora, van a aportar. Van a crecer como jugadores y darán lo máximo a la selección para buscar la clasificación al Mundial, que sería un logro increíble.

- Además de un sentimiento, hay un orgullo profesional involucrado, ¿no?
- Sí, porque incluso en mi etapa con el Córdoba, me tenía que sacrificar muchísimo para ir a la selección. Jugábamos en La Paz y al fin de semana siguiente tenía que volver al equipo y me costaba. Si no rendía ciento por ciento, podía perder la titularidad o la regularidad de juego. Es un sacrificio profesional, pero a mí no me importaba porque quería jugar esos partidos con la selección.

- ¿Cómo recuerdas esa relación con el público luego de haberte ganado un lugar?
- Muy bien. Ya en los últimos años de mi etapa, recuerdo que podía caminar por Caracas y la gente me reconocía en la calle. Para mí fue increíble, me sentí muy orgulloso de ser venezolano, de lo que había hecho por la selección y saber que había aportado mi granito de arena. La verdad es que los mejores recuerdos de mi carrera hasta ahora son con la selección.

(Nota escrita para la edición 14/11 de El Nacional)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Del penal fallado al triunfo sobre Messi

20 de julio de 2011. Fría noche en Mendoza. Franklin Lucena se dirige a cobrar el tercer penal de la ronda decisiva contra Paraguay en las semifinales de la Copa América. Como él mismo confiesa, nunca había pateado uno en un partido oficial, pero no lo consideró un obstáculo, se sentía preparado. Segundos después, sin embargo, sufriría la tristeza más grande de su carrera.

-Juan Arango reveló esa noche en Mendoza que no se sentía en condiciones de patear por la lesión de tobillo, que se resintió ese día. Todo indica que tu turno lo habría ocupado él de haber estado bien. ¿Estabas en el plan original o se decidió en ese momento?

-Practicamos dos días antes los penales y todos pateamos. No había un grupo ni un orden específico. Anoté los dos penales que me tocaron y el día del partido el profe (César Farías) me preguntó si estaba dispuesto a patearlo. Yo me sentía capacitado, con mucha confianza y le dije que sí. Me dijo "bueno, vas a cobrar".

-¿Cómo fue ese momento, cuando fuiste a patearlo? 

-Estaba bien, no dudé nunca en que podía meterlo, nunca. Pero a la hora de patear sí dudé, porque primero había pensado en patearlo hacia el lado derecho, o sea, a la mano izquierda del portero, y al final dudé y ahí fue que (Villar) me lo adivinó y lo tapó.

-¿Cómo te afectó? Ese día, cuando saliste a la zona mixta, preferiste no hablar.
-Me pegó muchísimo. No quería ver ni hablar con nadie. Lo que hice fue llegar a encerrarme en la habitación, solo, buscando una explicación. "¿Por qué me tocó a mí?", pensé. Solamente hablé con mi familia en ese momento y me ayudaron mucho: mi hijo, mi esposa, mi madre, mis hermanos (se interrumpe y luego prosigue). Es que me da sentimiento otra vez al recordarlo, porque estaba liquidado anímicamente. De verdad fue un apoyo impresionante, se los agradezco. También el respaldo de mis compañeros y el de la gente.

-¿Cómo lidiaste con ese sentimiento en los días siguientes, cuando tenían que jugar por el tercer lugar? 

- Esos días fueron muy fuertes, sobre todo porque no me tocó estar en el once contra Perú. Quería comerme la cancha, demostrarle a la gente que siento la camiseta, que fue un error de fútbol. Es un reto que tienes internamente. Yo le decía al profe que me metiera, y él me decía "tranquilo, que van a llegar muchas cosas más". Ese día estaba en el banco y cuando me tocó entrar en el segundo tiempo, corrí como loco a marcar, quería meter gol, así fuese con la mano (risas). Pero al final son cosas que te ayudan a madurar.

-El aficionado suele ser cruel con quien falla un penal. En tu caso no pareció así, mucha gente te respaldó, ¿no? 

-En general sí, sobre todo cuando llegué al país, me pidieron que hablara pero no creas, también hubo insultos por Twitter. Muy pocas personas, eso sí, y yo los entiendo, sufrieron ligando. Y también hay gente que no sabe de fútbol y me decía que si nunca había cobrado penales, entonces no estaba preparado. No es así. Pero los entiendo, no tengo rencor. Agradezco el apoyo de la mayoría.

-¿Te han dicho algo en la calle?

-A veces me pasa que ando por allí y escucho a la gente que dice "este es el que peló el penal". Me reconocen por eso, supongo que les resulta fácil identificarme así. No me gusta, porque la gente es injusta a veces, pero tengo que asimilar esas cosas, porque este es mi trabajo, no me puedo poner a discutir con la gente. Sí me incomoda que me recuerden por eso, pero nunca voy a bajar la cabeza. Y más allá de ese penal, no me siento mal por la copa, porque tuve una buena actuación y logramos mucho como grupo. Y por eso quiero seguir en la eliminatoria, para dar alegrías al país y a mi familia.

-¿Te cambió este hecho? 

-Sí, me hizo mucho más fuerte. Las cosas pasan por algo, porque luego vino la oferta de Chile, que no se concretó, e igual sabía que debía seguir adelante. El que me conoce sabe que soy un luchador, un trabajador, por eso he logrado cosas importantes y por eso me mantengo en esta selección, en la que hay tantos jugadores de calidad. Estar en este grupo es meritorio.

La recompensa. 11 de octubre de 2011. Noche calurosa en Puerto La Cruz. Franklin Lucena levanta los brazos y se permite, finalmente, disfrutar de un gran momento. Venezuela acaba de vencer a Argentina por primera vez en su historia y obtiene los primeros tres puntos en esta eliminatoria. Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, desapareció del campo gracias al trabajo de Lucena y sus compañeros. Uno de los momentos más brillantes de su carrera.

-¿Sentías que era el momento de vencer a Argentina? 

-Había concentración plena en el grupo y convencimiento en cada uno de poder lograr eso. Estábamos con nuestra gente en Puerto La Cruz, una plaza que es bien difícil.

-Renny Vega y tú fueron los únicos que jugaron en Quito y en Puerto La Cruz. ¿Sabías que te tocaría jugar? 

-Cuando llegué de Ecuador, el profe y yo hablamos de eso. Me preguntó cómo me sentía por el desgaste que tuvimos en Quito, pero le dije que estaba bien para jugar. Estaba endeudado conmigo mismo, con un país, por lo que sucedió con ese penal en la Copa América, y se lo recordé también a él en ese momento. Sentí que era la oportunidad.

-¿Tenías entonces una motivación adicional?

-Sí, por el esfuerzo que hice desde la etapa de preparación para la altura en Mucuchíes. Esos 21 días no fueron nada fáciles. En Ecuador no nos fue bien y pensaba que ese esfuerzo entonces no me había valido de mucho. Pero con el triunfo sobre Argentina conseguí ese regalo, la tranquilidad después del esfuerzo que había hecho.

-La marca a Messi fue un trabajo colectivo. ¿Cómo se planificó?

-Sabíamos que íbamos contra uno de los mejores del mundo y logramos que Messi no jugara. Solo en los primeros minutos tuvo acciones de peligro y luego se apagó por el trabajo que hicimos. Debíamos presionarlo cuando tuviera la pelota, no dejarlo que se volteara. Caíamos dos o tres para rodearlo. Pero no había marca personal, dependiendo de la zona en la que cayera podía ser Tomás (Rincón) o yo. En el segundo tiempo, Messi se movió a la raya por la banda de Gabriel Cichero. Si Gabriel se proyectaba, me tocaba a mí cubrirle la espalda. No fue fácil, porque además no podíamos descuidar tampoco a (Gonzalo) Higuaín o (Ángel) Di María, son muy hábiles.

-¿Recuerdas algún choque particular con Messi?

-Sí. En una jugada le entré muy fuerte. Me dijo que me dedicara a jugar y le respondí que yo lo hacía por mi camiseta y él por la suya. Y también le dije algo un poquito más fuerte.

-¿Qué le dijiste?

-(Risas) Una grosería. Y luego le dije: "A mí no me vas a venir a ganar con la boca, argentino agrandado". A mí no me sacó de concentración con eso, y yo tampoco a él. No creo.

-En el entretiempo, ¿de qué hablaron en el equipo?

-El profe nos dijo que cuando Argentina no marcaba en los primeros minutos se complicaba, y fue así. Mantuvimos la confianza. Sabíamos que aunque un punto no era malo, podíamos ir por los tres y los conseguimos.

-¿Cómo celebraron en el vestuario?

-Con tranquilidad, fue un festejo sano. Le echamos mucha broma a (Fernando) Amorebieta, por haber debutado en la eliminatoria con gol. También en el hotel en la cena. Yo aproveché para reunirme con amigos que tenía tiempo que no veía como Ronald Vargas y Roberto Rosales.

-Después de lo que sufriste por ese penal fallado, ¿fue ese triunfo contra Argentina y Messi la revancha que esperabas? 

-No, todavía no. Yo quiero clasificar al Mundial.

-¿Quieres que esa sea la manera en la que te recuerde la gente?

-Exacto. Que en vez de recordar el penal, digan "ese es uno de los que clasificó al Mundial". Eso es lo que quiero.
(Nota escrita para la edicion 6/11 de El Nacional)

lunes, 31 de octubre de 2011

La ruta de Páez, de Lima a Bogotá


Hace tres años se presentó la posibilidad de cumplir con una misión particular. La Vinotinto se disponía a jugar en Lima su partido de la eliminatoria contra Perú y Richard Páez estaba iniciando un nuevo ciclo en su carrera. Al mando de Alianza Lima, el club más popular de ese país, el merideño se convertía en pionero entre los técnicos venezolanos al dirigir a un equipo en el extranjero.
El amargo adiós al combinado nacional, luego de su enfrentamiento con la afición en San Cristóbal, todavía tenía secuelas, y el ex seleccionador había mantenido el silencio con los medios venezolanos. Aprovechar el viaje para saber cómo sentía aún esa ruptura era ideal y Páez se encargó de hacer todavía más peculiar la tarea. En lugar de pautar un sitio de encuentro en Lima, obligó a asistir a una rueda de prensa que ofrecía a los medios en el estadio de Alianza. A través de la formalidad de las preguntas en la sala, respondió todas las interrogantes provenientes de su país, con una sonrisa. Al finalizar, luego de cruzar el túnel hacia el exterior y antes de ir a dirigir la práctica de su nuevo club, finalmente permitió unos pocos minutos para charlar, de manera más informal.
Aunque prefirió no abundar en opiniones sobre la selección por respeto al técnico César Farías, dejó las palabras que marcaban el fin de una era. De su era vinotinto. “Estoy tranquilo. Lo que no quiero es volver a hablar de lo mismo, de lo que ya pasó. ¿Para qué? Además, ya hablamos ahí en la rueda de todo lo que se puede hablar. Te puedo decir que estoy feliz con la responsabilidad que en Perú me han entregado, me alegra que hayan confiado en mí para darme las riendas de su mejor equipo y eso es lo más importante. No estoy molesto. Saludos a Venezuela". Ese fue el resumen de su despedida como todos lo recordaban aún, como el seleccionador que cambió el rumbo de la Vinotinto. Y asumía, en plena conciencia y para que todos lo entendieran también, su presente. Era ahora el técnico que representaba al país en clubes del exterior. Y quería disfrutarlo.
No fue sencillo. Alianza no estaba en su mejor momento, y una mala racha con Páez al mando se fue convirtiendo en una grave crisis que forzó la salida del técnico venezolano. Luego vendría el contacto con Guatemala, una selección que estuvo muy cerca de dirigir, pero la negociación no llegó a buen término. Y entonces apareció Millonarios.
Este nuevo reto para Páez también trajo complicaciones y aunque nunca sufrió tanto como en Perú, de igual manera debió ser paciente para lograr la mejoría esperada, que llega a su punto más alto con esta coronación como campeón de la Copa Postobón, poniendo fin a una larga sequía de títulos del tradicional y linajudo club bogotano.
En el camino, Páez se mantuvo en la memoria del aficionado venezolano, pero en la mayoría de las ocasiones ocurría por la directa comparación con su sucesor, algo natural pero poco beneficioso para Páez y Farías, quienes solo querían seguir vinculados por la historia. Este año, cada quien logró victorias importantes que ayudaron a separar más los rumbos. La Copa América y el triunfo contra Argentina consolidaron las ideas y la gestión de Farías, y ahora Páez, en Colombia, obtiene el anhelado premio a su esfuerzo por descubrir un nuevo territorio para los entrenadores venezolanos.
Después de tres años de emociones encontradas en medio de nuevos retos, conflictos, alegrías y dificultades; con paciencia y trabajo, además de su conocida convicción, Páez consigue lo que había ido a buscar en Lima en 2008. Este es su presente. Y ahora, claro que puede disfrutarlo.
(Columna escrita para la edición 30/10 de El Nacional)

lunes, 24 de octubre de 2011

Angelucci no olvida Barranquilla

"No es común que un portero pierda 4 kilos y medio en un partido, y me pasó ese día. Fue el desgaste, la humedad", recuerda Gilberto Angelucci.
El 15 de noviembre de 2003, en el estadio Metropolitano de Barranquilla, Venezuela venció 1-0 a Colombia para conseguir el primer triunfo contra esa nación en eliminatorias.
Ocho años después, la selección regresará a esa ciudad para disputar el tercer encuentro de este largo camino hacia el Mundial Brasil 2014 y querrá repetir el golpe que le asestó al vecino país en aquella ocasión bajo el mando del técnico Richard Páez. Un golpe que, en buena medida, se debió a la inolvidable labor del ex portero de la Vinotinto esa tarde.
"Yo lo digo con sinceridad, ese ha sido el mejor partido de mi vida con la selección. Claro, muchos recuerdan el Centenariazo, pero en mi carrera, por la actuación que tuve, ése fue el mejor", afirma.
Para el recuerdo quedó el golazo de Juan Arango, al minuto 9 con un largo disparo; fue una acción que cambió el partido. Pero las continuas intervenciones de Angelucci para salvar a Venezuela y conseguir uno de los triunfos más emocionantes (y sufridos) de la selección, fueron la clave en Barranquilla.
"Es que eso pasa siempre. Si pierdes 1-0, la gente le echa la culpa muchas veces al portero. Pero si ganas 1-0, se acuerdan solamente de quién hizo el gol", dijo entre risas Angelucci. "No, pero ahora en serio, lo que hizo Juan, también Alejandro Cichero en la defensa, mi trabajo; todos contribuimos a ese gran triunfo", acotó.
El calor fue intenso, pero hubo otra razón para que perdiera 4 kilos y medio de peso. Su trabajo fue incesante. "Ricardo David (Páez) le dio el pase a Arango y él pateó cruzado para marcar ese golazo (minuto 9). Hasta entonces el juego había sido parejo, pero de ahí en adelante Colombia empezó a atacar constantemente", rememora.
Las frecuentes paradas de Angelucci ayudaron a aumentar la fe vinotinto. Disparos con claro destino a gol, mano a mano, llegadas por las bandas; no hubo forma de superar al gigante de Turén. Este no era el día en el que recibiría un gol que estropearía el festejo.
"Recuerdo una jugada uno contra uno que paré con una mano. Y así hubo otras llegadas y disparos. Recibí muchas felicitaciones de la gente, escuché elogios de los mismos jugadores colombianos. Me dijeron que si jugábamos 10 veces, igual no me habrían anotado", asegura con orgullo.
Su esfuerzo tuvo como premio esos tres valiosos puntos, y también un costo que pagó con gusto. "Después del partido estaba mareado, perdí esos kilos, como te dije. Esa misma noche nos íbamos a Venezuela en un avión privado y yo fui el último en montarme porque todavía estaba débil, entonces me puse a buscar algo de comer en el duty free. Me detuve a comprar unos chocolates, me estaba muriendo de hambre", relata.

Enemigo al lado. La rivalidad deportiva entre vecinos es muy común, y Venezuela y Colombia no son la excepción. Incluso en la época en la que la Vinotinto aún no conseguía victorias, cada partido contra este rival tenía una sensación diferente.
Angelucci recuerda cómo fue en 2003: “Había una fiesta en el lobby del hotel, con música criolla, al llegar a Barranquilla. La verdad no fue nada hostil la recepción, pero claro, creo que también había un aire de superioridad, de confianza en que nos iban a ganar”.
“Richard (Páez) nos dijo la alineación un día antes del partido. Nos preparamos y ya en el estadio vivimos ese ambiente especial, como suelen ser los encuentros entre Colombia y Venezuela”, cuenta el ex portero.
Si había un aire de superioridad, la Vinotinto lo disipó ese día. Luego, con César Farías en el banquillo, volvería a derrotar a su vecino en Puerto La Cruz en 2009.

Antes y ahora. En el premundial anterior, Colombia decidió cambiar de sede contra la Vinotinto. Los neogranadinos lograron vencer en Bogotá, pero en esta nueva ruta hacia Brasil 2014, el calor y la humedad de Barranquilla serán los anfitriones nuevamente.
“De todas maneras, no creo que afecte a Venezuela. El clima es muy parecido al de Puerto La Cruz, aunque quizás se siente más el efecto en Barranquilla por el estadio, que es más cerrado, e incluso en los camerinos, en los que se siente más el sofoco. También porque ahí suelen jugar en la tarde. Pero estoy seguro de que (César) Farías ya habrá pensado en todo eso y ya conocerá bien la ciudad”, afirmó el ex portero de la Vinotinto.
Pero más allá de las condiciones que encontrará la selección en Barranquilla, lo principal será el fútbol que cada equipo pueda exhibir en un momento en el que la paridad está presente.
Venezuela viene de su mejor Copa América y de vencer a Argentina por primera vez en su historia, mientras que Colombia se esperanza con un nuevo ciclo en el que Radamel Falcao García, Freddy Guarín, James Rodríguez y otras figuras le invitan a soñar con volver a un Mundial.
“Aquella Colombia que enfrentamos era más cercana al modelo tradicional, de manejo, de toque. Esta versión actual es más rápida, más ‘metedora’, que puede nutrirse del carácter de su técnico. Y que ya dieron un buen golpe en Bolivia, así que querrán mantener esa línea”, afirma.

Angelucci opina. El ex portero de la Vinotinto ve con optimismo el resto del camino hacia Brasil. “Ya Venezuela le ganó a todos los rivales, y en casa se ha hecho más fuerte, así que lo que necesita es poder sacar afuera los puntos que necesita. Creo que este partido contra Colombia y el de Perú, aunque son difíciles igual, son los choques en los que la selección tiene las mejores oportunidades de sacar puntos. Si lo hacen bien esta vez en Barranquilla, pueden superar lo que hicimos en anteriores premundiales”, asegura.
Sobre el juego que se podría ver el 10 de noviembre comenta: “La ventaja es que quizás esta Colombia va a salir a buscar a Venezuela, y esa situación es positiva, porque Venezuela es uno de los que mejor defiende en Suramérica. Mas allá de estilos, que yo no voy a discutir porque eso se lo dejo a Richard y a Farías, esta Venezuela se me parece a Uruguay. Aunque ellos quizás tengan una vocación algo más ofensiva, esta Vinotinto termina mejor los partidos que los rivales, corre más, se ve mejor físicamente”.
“Lo importante es mantener esta motivación. Colombia es un rival directo. Ecuador también y se perdió contra ellos, entonces es importante sumar ahora”, expresa.
De ser así, Barranquilla será una ciudad todavía más querida y recordada.

Angelucci vs Renny Vega

Angelucci no espera que Renny Vega, actual dueño del arco vinotinto, tenga que jugar el partido de su vida, como le tocó a él en Barranquilla en 2003, para que Venezuela repita un triunfo en esa ciudad. "No me gusta comparar, pero creo que Renny tiene mayor colaboración de los volantes. Los que teníamos en 2003 eran de corte un poquito más ofensivo, y creo que ahora le llegan menos a Renny, entonces él se encarga del juego aéreo principalmente, que es su fuerte. Así que quizás tenga menos trabajo", explica Angelucci.

Tres Pases

¿Qué hace ahora? Aunque ha trabajado como técnico en el fútbol nacional, Angelucci se mantiene ocupado al mando de su empresa de uniformes en Acarigua.

Un recuerdo. El ex portero guardó un artículo de aquella victoria en Barranquilla en 2003. “Tengo la camiseta de Oscar Córdoba (era el portero suplente en ese encuentro)”, confiesa.

Ayuda para la memoria. Las escenas de aquel partido siguen presentes en la mente de Angelucci, pero también ha podido revivir esos momentos con su familia: “Tengo el video y a veces lo pongo para verlo con mis hijos. Tú sabes, por nostalgia”.

(Nota escrita para la edición 24/10 de El Nacional)

martes, 11 de octubre de 2011

La libreta de la eliminatoria (1)

- Venezuela. El valor de ser local no se puede subestimar. En Puerto La Cruz, Venezuela tumbó la última barrera histórica contra los rivales de la región y ahora empieza a construir su camino hacia Brasil 2014 con la misma renta de la eliminatoria anterior tras la primera doble jornada: tres puntos. La gran diferencia es que esta vez las unidades llegaron por una victoria contra Argentina en casa y no contra Ecuador en Quito, y aunque valgan lo mismo, la motivación que ofrece esta victoria es mucho mayor. La clave para clasificar es ser fuertes en casa, conseguir la mayor cantidad de puntos allí donde tendrás las mejores condiciones posibles. Es una verdad sencilla e irrefutable, lo han dicho y todavía dicen la mayoría de los que compiten por esos boletos, incluyendo a Lionel Messi anoche al hacer revisión de lo mal que les fue contra la Vinotinto. Para los venezolanos, ese fue el obstáculo en los dos premundiales pasados: derrotas dolorosas en el hogar. Ahora, con este triunfo como bandera, tendrán más razones para confiar en poder conseguir la mayor parte de los 21 puntos que restan por disputarse en casa y “robar” todo lo que puedan afuera.

- Más Vinotinto. Había dos argumentos fuertes para la apuesta que hizo César Farías con la doble convocatoria. En Quito, intentar repetir lo que funcionó en el premundial pasado contra Bolivia: adaptación a la altura como solo se puede hacer con un grupo que esté disponible con tiempo de antelación (algo imposible de hacer con el grupo élite de la Vinotinto, con tantos legionarios). Y en Puerto La Cruz, tener a un grupo descansado (ventaja sobre Argentina, que vendría de jugar y viajar después de abrir en su casa) y preparado para dar todo en un choque y no dos. La primera apuesta no funcionó, la segunda salió de maravilla. Si usted estuvo de acuerdo, ganó una y perdió otra. Si no estuvo de acuerdo, también ganó una y perdió otra, como la selección. Porque los dos partidos se jugaron condicionados por esa convocatoria. Ah, y aunque la nómina mantiene la base del equipo de la Copa América y el último premundial, empezó a recoger pronto los dividendos de adiciones como Fernando Amorebieta, Julio Álvarez y Frank Feltscher en plena eliminatoria.

- Chile: Claudio Borghi puede cambiar a cualquiera en su once, pero nunca a Valdivia. En esta versión "Borghiana" de Chile, de menor vértigo que la de Bielsa, el genio y la visión del "Mago" son factores esenciales.

- Argentina: Sufre unos altibajos emocionales impropios de una selección de su categoría, todavía sorprendida por su propia incapacidad para encontrar una propuesta futbolística. En la Copa América se llenaron de dudas, luego golearon a Chile en esta primera fecha de la eliminatoria y asumieron que todo lo demás había sido un mal sueño. La Vinotinto los despertó de verdad, y si quieren ir a Brasil 2014 van a tener que fajarse como uno más del gran montón que es esta eliminatoria suramericana ahora.

- Bolivia: Si a usted le piden que saque a una selección de esta carrera a Brasil 2014, dirá Bolivia. Y estaré de acuerdo, y muchos más también. No es por las dos derrotas de arranque, sino porque no hay nada qué hacer con este combinado. Su mejor figura son los 3.600 metros de altura de La Paz, y ella sola no puede ganar los partidos. Ni a Messi le pueden pedir tanto. No surgen jugadores que llamen la atención y lo más cercano a eso, que era Marcelo Martins hace unos años, hoy parece una promesa incumplida, un talento que se estancó en Europa al no encontrar continuidad. Y lo peor es que perder puntos contra ellos, en La Paz o como local, le dolerá más a cualquier rival por saber esto: ese puede ser el desliz que cueste el boleto.

- Perú: Esta selección mejora y crece, como lo empezó a demostrar en la Copa América, pero creo que será la gran incógnita del premundial a cada paso. Capaces de liquidar a cualquiera con el cuarteto ofensivo formado por Guerrero, Pizarro, Farfán y Vargas, también son capaces de perderse en un partido por largos ratos.

- Curiosidades: ¿No sería bueno tener un modelo de pelota para todos los juegos de la eliminatoria, en vez de ver balones distintos en cada sede?

- Paraguay: Aquel cuadro guaraní que deslumbró al comienzo de la eliminatoria pasada, con un giro en su juego y un perfil muy ofensivo, de ataque demoledor, definitivamente quedó lejos en el recuerdo ya. Gerardo Martino se dio por vencido, porque tanto el cambio como el retroceso ocurrieron bajo su mando, y ahora habrá que ver si Arce encuentra otra fórmula. Hoy su ofensiva no atemoriza y a menos que vuelvan a ser aquella versión algo más antigua, de férrea defensa y que ganaba 1-0, va a tener que luchar mucho para seguir clasificando a los Mundiales. Cómo le hace falta Cabañas...

- Ecuador: Buen equipo en casa, mucho más errático fuera de ella. Si hay una selección que necesita sacar todos los puntos como local, es esta. El problema es que es capaz de hacerlo. Así ha clasificado antes al Mundial.

- Uruguay: Arrancó como el favorito de todos, por su estupendo presente y por el merecido título en la Copa América. No hay razones para contradecir eso. Pero me pregunto cuánto peso podría tener un eventual declive de Diego Forlán, crack, figura y corazón indiscutible de este gran combinado. Por ahora, no tienen razones para preocuparse, Forlán no se detiene y si sigue así, al menos por tres años más, Uruguay irá al Mundial a ser otra vez protagonista.
 

- Colombia: Poco importan las razones que haya tenido Leonel Álvarez para dejar en el banco de Colombia a Falcao en La Paz (en una doble jornada en la que Colombia tenía un solo partido al igual que Ecuador y los demás, dos). Todo lo que necesita saber alguien sobre Falcao lo puede ver en la forma en la que midió sus pasos en el contragolpe final contra Bolivia y cómo definió la jugada del gol decisivo. Una panela de hielo en el momento más apremiante.

domingo, 28 de agosto de 2011

Miku: "Me alegra poder comenzar la liga"

Miku quiere vivir una temporada de ensueño con Getafe. Después de disfrutar con Venezuela en una Copa América que quedó marcada en la historia, es lógica su motivación.
Pero el delantero no se deja llevar por la emoción, pues sabe que le toca competir por un puesto con un goleador como Dani Güiza, convencer al nuevo técnico, Luis García, y tratar de evitar la angustia de la cercanía del descenso que le tocó vivir en la campaña pasada. Sobre esos temas y acerca de los nuevos convocados de la Vinotinto habló el atacante, via telefónica, desde España.

­¿Es un comienzo extraño de liga, luego de tener que esperar por la resolución de la huelga y arrancar con la segunda fecha?
No importaba realmente cuántas jornadas se perdieran, sino llegar a un pacto. La huelga era necesaria, se hizo en defensa de los intereses de todos los jugadores y para garantizar las condiciones adecuadas en diferentes categorías. Con los años que tengo acá en España y luego de haberme formado en divisiones inferiores, conozco a muchos futbolistas en segunda división B y en tercera, entonces sé las dificultades que estaban pasando.

­ ¿Crees que lograron un buen acuerdo?
Creo que lo fue, aunque no se lograron todos los puntos que se pedían, por lo menos dimos un paso muy importante para los jugadores. Estamos contentos por eso ­ ¿Cómo viviste estos días de espera? ­ De verdad, menos mal que ya podemos jugar, porque estábamos aburridos. Solo paramos en los entrenamientos por dos días nada más, y con eso no se pierde mucho, pero ya teníamos las ganas de comenzar la temporada. Me alegra poder empezar.

­ ¿Para los jugadores de la Vinotinto hay mayor motivación a la hora de arrancar esta campaña con sus clubes después de completar una gran Copa América?
La Copa América fue una inyección grande de moral para todos los que estamos en la selección y ahora eso te lleva a querer empujar en tu equipo, pero sabemos que en ese sentido, volvemos a partir de cero, porque ahora empiezas una competencia individual con otros.

­ ¿Tienes metas particulares para este año?
No me gusta ponerme cifras de goles a alcanzar, porque luego si no llegas, sientes que has fracasado, pero siempre es importante mejorar lo anterior, tanto en lo personal como en los objetivos del grupo. Creo que lo principal es que Getafe no vuelva a sufrir como el año pasado.

­ ¿Sientes que la llegada de Dani Güiza es competencia directa para ti, bajo la mirada también de otro técnico, o ustedes dos podrían hacer dupla?
Todo es posible. Güiza es un jugador contrastado y querrá tener un buen año para volver a ser figura del equipo como en épocas anteriores. Y ciertamente competimos por la posición como delantero, pero también hemos compartido en el mismo equipo en los entrenamientos, así que es una opción también y nos hemos entendido.

­¿Crees que ayude a Güiza el hecho de haber sido goleador de la liga?
El fútbol no tiene memoria, quizás el aficionado sí, pero será el día a día el que diga quién va a jugar.

­ Fernando Amorebieta, Julio Álvarez y Andrés Túñez, por nombrar solo los que juegan en España y que tú conoces, aceptaron unirse ahora a la Vinotinto. ¿Cuál es tu opinión?
Prefiero no hablar del tema. Tengo mi opinión personal, pero prefiero guardármela.

­ Los debes conocer, al menos por haberte enfrentado a algunos.
­ Sí, los conozco bien, eso sí, los he enfrentado.

­ La llegada de ellos y otros más en este nuevo llamado amplía el grupo para la eliminatoria y crea mayor competencia
La competencia ya existía. El profesor (César) Farías tuvo dificultades para elegir a los convocados para la Copa América por esa razón y siempre ha existido una competencia sana por los puestos.

­ ¿Listo entonces para comenzar la temporada?
Sí, con ganas. Pensé que llegaría cansado por haber disputado la copa, pero no, estoy muy bien físicamente.
(Nota escrita para la edición 28/8 de El Nacional)