El mensaje, la rutina, la oración. Zamora no quiso cambiar nada en el último día. "Desayunamos a las 8:30 de la mañana, y luego los jugadores tuvieron un encuentro con sus familiares. Lo hacemos siempre que viajamos, sólo que esta vez hubo más gente que nos pudo acompañar o que vive aquí", relató el ex goleador y asistente técnico, Ruberth Morán, una hora antes del encuentro.
"Después tuvimos la charla técnica, la oración grupal que siempre hacemos y las últimas charlas individuales, que suelo hacer yo", agregó.
"Nos sentimos con la misma calma de otros juegos", dijo Jesús Meza antes de salir al campo. "Hicimos lo mismo, porque el mensaje para este partido no varía. No hay que cambiar nada en la rutina", expresó el técnico "Chuy" Vera al llegar al estadio Olímpico.
La fe también es clave para ellos. "Somos muy creyentes en Dios", dijo Vicente Suanno. "Y en el equipo hay ateos, pero también están empezando a creer".
Por eso, la oración no podía faltar, como tampoco el mensaje motivador que en cada fecha encontraron los jugadores en el discurso y en el pizarrón táctico, ahí junto a las asignaciones individuales para los marcajes en las jugadas a balón parado.
"El mensaje de la pizarra en este partido es `hoy es por nosotros. Esta es la final por la que hemos luchado y el partido más importante de nuestras carreras’. Así lo sentimos", reveló Morán.
Cuando un conjunto pasa por tantas penurias como lo hizo este cuadro llanero en una temporada llena de deudas y complicaciones, más vale que la zanahoria que cuelga de la cuerda sea grande. En el caso del Zamora lo era. Pero no se trataba sólo del título, sino de una idea de juego. En ese fútbol que desarrollaron, se encuentra el mayor orgullo del equipo.
Sin embargo, algo sí iba a ser distinto al finalizar este encuentro. Tras cada partido del Clausura, y sobre todo tras cada victoria en esta increíble racha final de triunfos (9 en definitiva), en la pizarra del camerino se podía encontrar otro mensaje, que aunque variaba ligeramente, tenía la misma intención cada vez: "El próximo rival es el más difícil y el más importante".
"Eso lo hace el cuerpo técnico para hacer que estemos concentrados todo el tiempo en la meta", dijo Suanno.
Al preguntarle antes del juego a Morán si volverían a escribir el mensaje esta vez, pensando en la gran final si ganaban- o en la serie Pre-Sudamericana si perdían-, no dudó en dar una sola opción: "Será Táchira, pensaremos en Táchira".
Cumplido. Así será.
Gran festejo
Casi 2 mil personas entraron al Olímpico para apoyar al Zamora desde la esquina designada para los visitantes. Salvo un choque breve con unos fanáticos del Caracas en el campo, todo fue alegría para los barineses. Los jugadores se acercaron a ellos para continuar allí el festejo después del juego. En los pasillos, el camerino y más tarde, en el hotel Meliá, siguió la fiesta.
Este lunes será en Barinas. Y después, a pensar todos en la final. "Si no han puesto el nombre de Táchira en la pizarra aún, ya lo voy a hacer yo", dijo "Chuy" Vera.
(Nota escrita para la edición 16/5 de El Nacional)
lunes, 16 de mayo de 2011
Zamora hizo creer hasta a los ateos
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