Lionel Messi le prometió al Camp Nou que regresaría el 29 de mayo a celebrar. Y más que un hombre de palabras, fue un hombre de hechos, el líder que su equipo necesitaba para terminar de aplacar a un Manchester United que se negó a bajar la cabeza y jugar atrás, y que hizo de esta final un partidazo, una labor que engrandeció todavía más la leyenda del Barcelona, que junto al ya legendario rosarino, se consagró ayer como un equipo para todas las épocas.
La cuarta Copa de Europa para el Barcelona llegó con un triunfo 3-1 que tuvo que conseguir sin su capitán Carles Puyol como titular, aunque Josep Guardiola tuvo el gesto de incluir al central al final para que celebrara como lo merece.
Si antes del partido se establecía una comparación con la final de Roma en 2009, Manchester United se encargó de recordar el comienzo de aquel encuentro, con unos muy buenos primeros 10 minutos en los que presionó y atacó al Barcelona sin parar. Como aquella vez, tampoco lo pudo aprovechar.
Barcelona pasó a dominar el partido y después de desperdiciar buenas oportunidades, llegó el jugadón de su capitán de turno, Xavi, para abrir a la defensa y encontrar a Pedro, que supo alejarse hacia la derecha y esperar su momento para liquidar.
Los catalanes se sentían dueños de Wembley en ese momento, igual que sus ruidosos aficionados, que los hacían sentir locales a pesar de estar en el país del rival.
Pero la promesa hecha de un partidazo, "la final de la década", como la llamó el DT del United, Alex Ferguson, necesitaba algo más de los "diablos rojos" para cumplirse. Y lo entregó su estrella Wayne Rooney, al iniciar paredes con sus compañeros tras un robo de balón en un saque de banda, para luego anotar tras asociarse con un ligeramente adelantado Ryan Giggs.
Así, el delantero evitó que este choque empezara a convertirse en un monólogo azulgrana y despertó a los fanáticos de su equipo en la grada este.
Messi toma el control. En la segunda parte, Barcelona salió con el pie en el acelerador para terminar de llegar a su cita con el destino, a ese sitial prometido como uno de los mejores equipos de la historia, si no es el mejor desde ya. Messi asumió que tenía que ser el hombre del partido, pero acumulaba varias jugadas muy claras en las que no había podido rematar como quería. Sentía que estaba en deuda.
Por eso, cuando lanzó el zapatazo que venció a Van der Sar, soltó toda esa bronca. Pateó el micrófono cerca del córner con mayor fuerza que a la pelota y dijo: "Aquí estoy. Si por ellos marcó Rooney, yo respondo ahora".
"¡Meeeessi, Meeeessi!", corearon los fanáticos en las gradas y no dejaron de saltar desde entonces. Porque pronto otro regate genial de Messi dejó varada a la defensa. Y otro. Hasta que en un rebote que surgió de una intentona más del zurdo, la jugada se prestó para que fuera David Villa, uno mucho más torturado que Messi por el gris final de temporada que tuvo, el que pusiera punto final al juego. El asturiano marcó un verdadero golazo y el primero en celebrarlo fue Messi, que se tiró de rodillas al suelo y levantó las manos hacia el cielo.
Sabía que era la consagración de él, de todos. La última prueba de que este Barcelona, este equipo que el mundo ha tenido la suerte de presenciar, es la mejor expresión del fútbol.
Ficha técnica:
Barcelona (3):
Valdés; Alves (Puyol, m.88), Mascherano, Piqué, Abidal; Busquets; Xavi, Iniesta; Pedro (Afellay, m.90), Messi y Villa (Keita, m.85). DT: Josep Guardiola.
Manchester United (1):
Van der Sar; Fabio (Nani, m.69), Ferdinand, Vidic, Evra; Carrick (Scholes, m.77), Giggs; Valencia, Park; Rooney y Chicharito. DT: Alex Ferguson.
Goles: 1-0, m.27, Pedro (B) –recibió en la derecha un pase de Xavi y marcó con un tiro bajo y cercano al poste izquierdo-; 1-1, m.34, Rooney (MU) – llegó al área con paredes cortas y definió con toque cruzado luego de otra pared con Giggs-; 2-1, m.54, Messi (B) –zurdazo frontal al que no llega Van der Sar-; 3-1, m.69, Villa (B) –tiro colocado al ángulo izquierdo desde el borde del área-.
Amonestados: Alves, Valdés (B); Carrick, Valencia (MU).
Árbitro: Viktor Kassai (Hungría).
Estadio: Wembley, Londres.
(Nota escrita para la edición 29/5 de El Nacional)
domingo, 29 de mayo de 2011
Un equipo de leyenda
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