Hace 19 años, Josep Guardiola fue parte del Dream Team que ganó en Wembley el primer título de la Copa de Europa para el Barcelona. Para el hoy técnico del cuadro azulgrana, volver al estadio londinense para intentar ganar el cuarto trofeo sería especial.
No será el mismo Wembley de las dos torres, ni el mismo Guardiola, pero es que este Barcelona tampoco quiere imitar, sino seguir sumando argumentos como uno de los mejores equipos de la historia.
Con el triunfo 2-0 en el Bernabéu, gracias a una actuación espectacular de Lionel Messi en los últimos 20 minutos, ya tiene un pie en Wembley.
Aquella final de 1992 fue la última en el viejo estadio y esta será la primera en el nuevo. Parece estar escrito este reencuentro en Londres, pero hay un detalle: la clasificación no se ha completado y es el Real Madrid el que intentará echar por tierra todo.
"El Madrid está eliminado de la final. Es misión imposible", dijo el técnico del Real Madrid, José Mourinho, alegando que hay una conspiración para favorecer al Barcelona. Su expulsión le impedirá comunicarse hoy con el equipo.
Su asistente Aitor Karanka, fue menos radical: "Está muy difícil, pero Real Madrid va a dar la cara, como siempre". Sin embargo, agregó quejas al saber que UEFA desestimó la denuncia de su equipo por supuestas simulaciones de los jugadores azulgrana: "Después de esa decisión, el partido pasa a un segundo plano".
Los catalanes, con Andrés Iniesta recuperado y la sorpresa de la vuelta de Eric Abidal, anhelan el final de la seguidilla de cuatro clásicos: "Menos mal que ya se acaba todo. Intento olvidarme de alegatos y protestas", afirmó Guardiola, mientras que Xavi expresó un deseo: "Quisiera que se hablara más de fútbol".
Hoy, en el Camp Nou, no les queda otra opción. Sólo con fútbol se llegará a Wembley.
(Nota escrita para la edición 3/5 de El Nacional)