viernes, 27 de mayo de 2011

Wembley se engalana y la copa espera nuevo dueño

Wembley está acostumbrado a cambiar de cara. No sólo por ser esta una versión nueva, construida en 2007 sobre los escombros del viejo Wembley, demolido en 2003. Sino porque este escenario alberga un día un partido de fútbol, al siguiente, un gran concierto y al otro, un espectáculo de autos.
Hoy, Wembley añade al gris y blanco de su fachada muchas banderas y pendones de color morado, el color de fondo del emblema de la final de la Liga de Campeones 2011. Así se puede apreciar en cada calle que conduce al estadio y en el paseo por sus instalaciones. Ayer, todavía, era un lugar apacible. Apenas unas decenas de curiosos y aficionados se acercaron allí, y se cruzaron con personal de los canales de televisión, que ya empezaron a instalar sus equipos, o con algunos jugadores de fútbol sala, que disputaban un torneo en una de las cinco canchas que se colocaron al lado de Wembley con motivo de esta fiesta en la que se ha convertido el partido por el título europeo.
Wembley también está acostumbrado a no tener un solo dueño. Los finalistas de la FA Cup lo visitan cada año, pero ninguno de los equipos londinenses tiene su hogar allí. Lo más cercano que tiene a un dueño, con tanto inquilino que le renta para su espectáculo, es la selección de Inglaterra, que juega allí compromisos amistosos y eliminatorios.
Por eso, no resulta extraño que su exterior se haya dividido entre dos dueños temporales: Manchester United y Barcelona.
Hoy, todo cambiará para Wembley. La paz se acabará con la llegada de miles de periodistas para presenciar las prácticas oficiales y las conferencias de prensa de ambos finalistas. Y sus dueños momentáneos tomarán posesión hasta que mañana sólo uno pueda reclamar supremacía al apropiarse de algo más.


La “orejona”. El premio para ese ganador no está aún en Wembley, o por lo menos eso juran los efectivos de seguridad que se encuentran en Hyde Park, sede del Festival de la Liga de Campeones que se inició esta semana en Londres.
Ante la lógica interrogante, el hombre de seguridad explicó: “Todo el mundo me pregunta eso, lo entiendo. Pero sí, es la verdadera, no es una réplica. Los que tenemos chaleco anaranjado, también los de verde y los que están en esa tienda, somos todos personal de seguridad. Nadie se puede acercar al podio y mucho menos intentar tocarla o sujetarla”.
Esa orden se mantendrá hasta que el capitán del ganador suba mañana al palco de honor de Wembley y le sea concedido el permiso.


Con pocas dudas

Barcelona volvió a trabajar ayer a puerta cerrada y al terminar, se mudó al hotel que originalmente tenía reservado en Chelsea Harbour. Manchester United prefirió practicar una vez más en su hogar y llegar en la noche a Londres. Los catalanes sólo tendrían la duda en el lateral izquierdo (ir con Abidal o mantener ahí a Puyol para seguir con Mascherano como central). Los “diablos rojos” quieren usar a Van der Sar; Fabio, Ferdinand, Vidic, Evra; Carrick, Giggs; Valencia, Park; Rooney y Chicharito. El árbitro ya fue designado: el húngaro Viktor Kassai.



(Nota escrita para la edición 27/5 de El Nacional)