Un par de frases y el rival se molesta. Con algo de persistencia, conseguirá que empiece a cometer errores. En el “mejor” de los casos, ese enemigo hará una estupidez y se irá expulsado.
Si le suena a algo que haría Marco Materazzi en la final de un Mundial, está en el camino correcto. Es una de las armas de muchos centrales en el planeta para contrarrestar a las figuras del equipo contrario. Y Marcelo Maidana es la estrella en ese aspecto en el fútbol venezolano. En cada partido del Deportivo Petare lo verá en alguna discusión fuerte, notará cómo los rivales tienden a buscarlo en la mayoría de los intentos de pelea que se generan o podrá observar cómo siguen discutiendo con él rato después de haber terminado una jugada.
El defensor argentino lleva ese rótulo de “bad boy” con orgullo. “Acá se necesita que el central sea más ‘coño e’ madre’, como dicen ustedes. Metes y metes para sacar al delantero de sus casillas, pero también tienes que saber aguantar, porque si la estrategia sale mal, el que se va expulsado soy yo. Son cosas que vas tomando con la experiencia”, afirmó Maidana al describir su arte.
“Meter”, en el vocabulario futbolero de Maidana, involucra presionar al rival con palabras y alguna patada o choque fuerte también.
“A los delanteros que sabes que van a ser complicados, tienes que intentar sacarlos del partido. Entonces metes desde temprano, para que cuando venga la próxima pelota, él no sepa si sacar la cabeza o la pierna, porque sabe que uno va fuerte. Eso sí, uno debe ser leal cuando pega, porque ése es el trabajo y la comida de alguien”, explicó el central, de 32 años de edad.
“Hay jugadores que sabes que pueden ser expulsados con facilidad. También debes conocer cuáles te pueden contestar, para que luego no seas tú el que salga botado. Pero todo es de buena intención, en el fútbol eso se vale”, dijo.
Maidana sólo revela parte de las frases que tiene en su repertorio, que seguramente contiene muchas palabras impublicables. Andrés Sánchez, su compañero de zaga, es un privilegiado oyente. “Uy, tienes que escucharlo en los partidos”, afirma Sánchez entre risas. El defensa aclara que es un rol que representa Maidana, porque fuera del campo, es distinto: “Es más tranquilo y muy buena persona. La otra vez se apareció aquí con 20 pares de zapatos de fútbol para regalar a los Sub 20 del Petare. Los pagó de su bolsillo”.
Pero cuando suena el pitazo, el rosarino asume su papel de villano. “Es su personalidad en el campo, lo hace en todos los juegos. Es impulsivo, pero lo convierte en algo favorable, porque mientras saca de concentración al delantero, él está tranquilo. Eso sí, si se arma una pelea, uno va a defenderlo como un hermano, porque él es igual con uno. Lo que esperamos, siempre, es que no llegue a algo extra futbolístico”, dijo Sánchez.
Uno de los episodios más recordados terminó así. Fue la pelea entre Maidana y Emilio Rentería, cuando el atacante estaba en el Caracas. La golpiza se dio fuera del campo, pero todo se originó en el terreno. Y así Maidana reveló parte de su arsenal de frases.
“A los delanteros les digo cosas como ‘¿qué me vas a pasar? No me vas a pasar nunca, mirá que te hago cambiar’. El de Rentería fue así, lástima que terminó en un lío afuera. Me puse a decirle esas cosas, y justo vino Chita Sanvicente y lo sacó. Le dije ‘¿Te das cuenta? Te cambió porque no puedes pasar a nadie’. Y se encendió. Pero son cosas de juego. De verdad, le deseo lo mejor a Rentería, sé que está en Columbus y ojalá siga así. Hay muchos delanteros buenos en Venezuela”, relató Maidana.
En esa élite de atacantes, cuesta encontrar uno que no haya tenido su encontronazo con el argentino, como él mismo confiesa. “Con Juancho García. Siempre nos decimos cosas”, dijo entre risas. “Con Armando Maita igual, nos hemos pegado muchas patadas. Con ‘Cafú’ Arismendi también hubo algún entredicho. Eso muere ahí, porque después te encuentras en el aeropuerto y no pasa nada. Bueno, eso depende también del defensor, porque si eres mala persona fuera de la cancha, te van a querer matar si te ven. En mi caso, solo han sido algunos los que me he encontrado y me gritan una grosería o me dicen ‘¿te acuerdas de lo que me dijiste aquella vez?’. Es el folklore del fútbol”, aseguró.
De cuna. Maidana aprendió esto en su país, una verdadera escuela del “trash talk” (hablar basura), término con el que identifican los estadounidenses a esta técnica, muy usada también en el baloncesto.
“En Argentina se pelea todo el día. Es un fútbol de mucho hablar, y las grandes figuras te sacan la chapa, te pasan factura”, afirmó.
Desde niño era impulsivo, pero supo convertir ese defecto en un arma: “Me expulsaban en todos los partidos en las inferiores de Rosario Central. Dios mío, me pegaban un poquito y al rato me estaban sacando la tarjeta roja. Y eso que los técnicos me apartaban un momento en el entretiempo para calmarme. Pero nada, volvía y pronto estaba expulsado. De eso se aprende, porque ahora llevo años sin ver una roja”.
Parte del secreto de caminar con éxito sobre esa cuerda floja que él mismo tiende, es conocer su límite y el del rival. No siempre ocurre.
Maidana no llega a 1,80 metros de estatura, por lo que muchas veces su actitud lo metió en un problema que no calculó bien. “Uy, con Martín Palermo, Boca contra Rosario Central, terminamos 3-3. Me puse a decirle cosas y me mandó a callar”, rememoró Maidana. Al preguntarle cómo terminó el pleito, dijo: “No, ¿cómo iba a terminar? Si me pongo a decirle más cosas, me pega un tortazo y me manda a dormir, me cuelga. Si me lleva como dos cabezas”.
Maidana entonces lo reconoció: “Sí, hay veces que dices ‘me metí con el que no era’. Eso pasa”.
“También me sucedió con ‘El Rifle’ Pandolfi. Me miraba y me decía ‘nene, sos un cargoso, dejá’. ¿Qué le iba a decir? Era Pandolfi, campeón del mundo con Vélez Sarsfield. Con otros, ni eso importa. Pasó con Bazán Vera, ‘El Indio’. Medía 1,90 metros, pero me quiso agarrar del cuello y dije ‘¿sabes qué?’ Es que ellos también se meten con uno, te dicen eres malísimo y cosas así. Pero bueno, siempre que seas leal, después no pasa nada”, contó.
Aunque es argentino, su arraigo en Venezuela le ha agregado otra motivación. “Me identifico mucho con el país, cuando voy a Argentina, lo que hago es hablar de Venezuela. Por eso a los extranjeros también me gusta enfrentarlos y provocarlos. Me pasó con Roberto Nanni, de Cerro Porteño. En la Libertadores fuimos cabeza a cabeza en una jugada, casi nos vamos a las manos. Como capitán del Petare, tengo que hacer respetar la casa y a mi equipo”.
Y finalizó: “Es que este país me ha dado mucho y aquí me siento bien, feliz. Ojalá siga en Venezuela muchos años”.
Paciencia, delanteros.
Rentería y García recuerdan sus pleitos
Emilio Rentería no olvida esa pelea con Maidana en 2008. “No sabía que era su estilo, pero me quiso humillar y por eso peleamos fuera de la cancha. Yo le dije ‘si eres tan bueno, ¿qué haces aquí? ¿por qué no estás en Inglaterra? Pero bueno, lo que pasó, lo dejo atrás. Claro, si me lo encuentro en la calle, no lo voy a abrazar, pero tampoco habrá problema, uno olvida eso”, dijo el delantero del Columbus.
Juan García no le guarda rencor a Maidana: “Muchas veces nos hemos enfrentado y nos hemos dicho cosas. Pero eso queda ahí, hay que tomarlo con nobleza porque luego podemos ser compañeros. Es difícil que un extranjero sea capitán de su equipo, y él lo es en Petare, así que méritos tiene”.
Pero el goleador histórico del campeonato venezolano se ríe al recordar su último encuentro: “Cuando nos ganaron la última vez aquí en Mérida, me dijo ‘anda a llorar, mariquita’. Y yo le respondí ‘está bien, nosotros lloramos ahora, igual que ustedes cada vez que ven al Lara y les quita el título’”
(Nota escrita para la edición 13/3 de El Nacional)
domingo, 13 de marzo de 2011
Marcelo Maidana, el villano favorito
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