Ronald Vargas ha tenido que acostumbrarse a superar obstáculos en su corta carrera. Un caso de dopaje, cuando era parte de la selección Sub 20, lo mantuvo apartado de las canchas por un año. Las lesiones musculares, su eterno enemigo con el Caracas y el Brujas, lo habían dejado en paz en esta campaña y por eso el guatireño pudo disfrutar de una explosión goleadora, que lo mantenía como el segundo mejor anotador de la liga belga, con 15 tantos.
Ningún rival lo podía frenar en este 2011, que comenzó en grande. Hasta que la rodilla izquierda lo frenó el domingo. Sus gestos y su salida en camilla presagiaron lo peor. La lesión más grave e inoportuna de su carrera trunca de inmediato su mejor zafra, el sueño de ser el máximo artillero de la liga, la inmensa probabilidad de ser traspasado en junio a un gran club europeo y, lo peor de todo para el enganche, la oportunidad de jugar la Copa América en Argentina en julio.
“No podré jugar la Copa América. No me da, porque tengo que parar de cuatro a seis meses”, dijo Vargas a través de un mensaje telefónico desde Bélgica. Ese es el mayor lamento del guatireño, que a sus 24 años de edad estaba en el mejor momento futbolístico para afrontar ese importante reto.
Vargas confirmó el diagnóstico que ayer le dieron los médicos. “Fue lesión de ligamento cruzado, más el ligamento lateral y el menisco (de la rodilla izquierda)”, dijo.
Su tristeza es más que justificada. “Imagínate”, fue la escueta pero sentida respuesta del talentoso jugador, que quedó sin consuelo.
Su técnico en el Brujas, Adrie Koster, dijo ayer en rueda de prensa que habló con Vargas. “Yo tuve una lesión similar cuando era jugador y volví. Le comenté eso a Ronald. Pero naturalmente, él está molesto y desilusionado con lo que le ha pasado”, afirmó el estratega.
La prensa belga informó que Ajax, Málaga y dos clubes rusos seguían de cerca sus pasos para hacer una oferta. Ahora, todo queda en pausa.
En un servicio de mensajería, Vargas solía colocar su foto, siempre con un gesto sonriente. Ayer, la imagen había cambiado por un fondo negro con una sola palabra: “Off (apagado)”. En Bélgica y, sobre todo en Venezuela, cruzan los dedos para que Vargas no tenga que esperar demasiado tiempo para volver a encenderse.
(Nota escrita para la edición 8/2 de El Nacional)
