domingo, 10 de abril de 2011

Renny Vega y Edgar Jiménez: "Somos los más ratas del camerino"

Dos buenos amigos, Renny Vega y Edgar Jiménez, son los líderes del Caracas. Pero no solo comandan al grupo por experiencia o calidad. Son también los principales bromistas, los que ponen apodos, los que nunca están en silencio en las prácticas. Son, como dijo Renny, “los más ratas del camerino”.

- ¿Cuándo se conocieron ustedes?
RV: Cuando llegué al Caracas en 2005, mi primer año acá. Tenemos una linda amistad desde hace 6 años. Somos los compadres, por decirlo así. Ponemos la alegría dentro y fuera de la cancha. Es bueno tener un amigo como Edgar acá en el Caracas, que además es una institución en la que me siento muy bien.

- ¿Pero no son compadres de verdad?
EJ: No.
RV: No, estamos esperando a ver quien pare primero (risas)
EJ: (risas)

- ¿Comparten actividades fuera del Caracas?
EJ: Siempre que tenemos un tiempo compartimos, a veces a cenar o a la playa en grupo.
RV: También jugamos softball o hacemos parrilla con el equipo. En vacaciones la playa sí es algo fijo, me encanta. Vamos a Cata, en Aragua, que es mi zona. Edgar conoce a la familia allá.

- ¿Qué tal juega softball Edgar?
RV: Es bueno.
EJ: Center fielder titular.
RV: Sí, le dicen el Guti (risas).

- En todos los entrenamientos andan de buen humor.
EJ: Sí, creo que siempre he tenido eso. Esta es una profesión, pero también uno tiene que tener entusiasmo y alegría, y trato de transmitírsela a los muchachos.

- Ustedes hacen muchos chistes, ¿algunos de sus compañeros se molestan con frecuencia?
EJ: Sí, muchos. Rohel (Briceño) se molestó muchísimo hace un tiempo, se puso serio. Le dije que no lo iba a joder más, pero a los 5 minutos lo estaba volviendo a joder (risas). Si se molestan es peor, saben que es así.

- A Leo Bautista siempre parecen querer fastidiarlo.
RV: Sí, ése es el hijo.
EJ: Bautista es un tremendo amigo, nos llevamos muy bien con él. Siempre lo chalequeamos, es verdad, pero él es uno de los más alegres en el entrenamiento y el camerino.

- ¿Es porque se molesta menos que otros?
EJ: No, sí se molesta, pero es de los que más aguanta el chalequeo.
RV: Si me meto con la novia, se molesta, pero es que él inventa canciones y cosas así. Entonces siempre lo molesto a él.
EJ: Un día se iban a caer a golpes en el camerino.
RV: Sí, ese día fue así, pero le dije “si te arrechas, te voy a seguir matando”.

- Recuerdo que también bromeaban con Emilio Rentería. Supongo que no era tan fácil si se molestaba, ¿no?
RV: (risas) No, lo que pasa es que era bruto para escribir.
EJ: No, es tremenda persona. Lo que pasa es que un día fue al banco a escribir un cheque, iba a cobrar 5 mil bolívares, y puso “cin” y después “comil” pegado (risas)
RV: (risas)
EJ: No vale, pero es muy pana
RV: Está como Diony Guerra, que un día dijo: “Un saludo a todos los televisores” (risas)
EJ: (risas) A Rentería le echábamos broma porque le pegaba muy duro y la mandaba de jonrón, le decíamos Barry Bonds.

- ¿Igual se metían con los jugadores de experiencia?
RV: Sí, con Rey, con Castellín. El “Pájaro” es un poco más serio, no es tan abierto a eso, pero igualito. No importa que tengas más años, porque es nuestra personalidad, entonces es difícil de cambiar. En la selección también lo hago. A veces es complicado, por la cultura. Cuando jugaba en Turquía, chalequeaba y entonces los compañeros me veían y me decían que me calmara. Y yo les decía, “no, no puedo”.

- Ya va, pero ¿cómo chalequeabas? ¿En turco?
RV: No, chalequeaba en español, pero el traductor les explicaba. Claro, no es el mismo chiste.

- Supongo que han tenido muchos sobrenombres famosos en el equipo.
EJ: Un gran apodo es el de un buen amigo mío, “Bon Ice”: Ronald Vargas. Por lo delgado y chupi chupi (risas). A Juan Guerra le decimos “La merengada”, el hombre baila demasiado bien merengue y le pusimos así. A Julio Machado, “cabezón”, por la cabezota esa que tiene. Y Leo, bueno, ése no lo puedo decir porque se molesta (risas)
RV: En la selección también pegó eso de “Bon Ice” con Ronald. “La merengada” es bueno, porque suena medio raro. Ah, y faltó “El sometido”, Pablo Camacho (risas)
EJ: Ah verdad, no lo dejan ni salir (risas)

- ¿A los extranjeros tampoco los perdonan?
RV: Es que uno trata de hacerlos sentir parte del grupo. Fíjate, el panameño (Nelson Barahona) ya dice groserías venezolanas.
EJ: Claro, así tienen confianza con los demás y aportan más al equipo.
RV: Y así uno aprende groserías de otros países también.

- A Cabezas ya le asignaron su apodo
RV: Ah sí, los fanáticos le pusieron “Webin”, yo no sé por qué.
EJ: Será que lo vieron en el baño, no sé (risas). Había otros como Weymar Olivares. Le decíamos triple feo, era muy animado, muy buena persona. A él creo que le pusimos más apodos que a cualquier otro.

- Cuando juegan voleibol en las prácticas, ustedes parecen tener sus trucos para buscar ganar. El de Edgar es meterse con el rival, ¿no?
EJ: Claro, trato de hablarles y decirles que son malísimos a ver si los saco de concentración en el juego. Lo único malo es que nunca me ponen con Renny, porque si no, les ganamos a todos. Pero obvio, cuando pierdo, me quieren caer todos encima.

- ¿Y el de Renny? Bueno, aparte de cabecear bien
EJ: Claro, si no cabecea bien con ese “cocorón”
RV: (risas) Sí vale, si no cabeceo bien con esta topora, imagínate. No, tú me ves ahí, echando broma, tratando de meterme con el árbitro, mentándole la madre a los chamitos, pero no por mal, sino para pasarla bien. Son los únicos días de la semana que podemos jugar eso.

- ¿Han pagado apuestas? Porque veo que las hacen
EJ: Sí, he pagado desayunos. Grande nunca me apuestan, me tienen miedo, pero desayunos he pagado.
RV: Ahorita te deben una parrilla por el Táchira
EJ: Ah sí, pero esos son unos amigos que me apostaron en contra en el clásico. Y como gané, ahora me tienen que pagar. Cuando tengan un tiempo, ya saben.

- ¿En las concentraciones son iguales o peores las bromas?
RV: Si vemos a alguien dormido en el avión o en el autobús, ponemos su foto en el PIN del Blackberry o lo fregamos dormido.
EJ: Uno de los viajes más alegres que hemos tenido fue después de la final en Táchira. Fue un vuelo extraño, casi volteamos el avión ése, estábamos saltando y cantando. Fue uno de los momentos más felices del equipo, por ganarle así a nuestro principal rival. “Colorado” (Aristeguieta) se puso a cantar las canciones de la barra. Fue un momento inolvidable.

- ¿Alguna vez han tenido un motín o al menos alguien que se rebele?
RV: Es que somos los más ratas del camerino. Pero sí, nos buscan a veces.
EJ: Entre nosotros ha pasado. En los partidos, Renny y yo nos hemos dicho cosas fuertes. Claro, son cosas de partido.
RV: En Maracaibo nos íbamos a matar.
EJ: Sí. Con Castellín una vez me pasó, nos dijimos de todo en la cancha. Fue feo, por la adrenalina del juego, pero el gordo es tremenda persona y habló luego conmigo, y todo bien. Con este cabezón (Renny), es a cada rato. Le gusta tirar las pelotas largas y nos pone a correr demasiado.
RV: (risas)

- ¿Les ha tocado que se metan con ustedes por alguna jugada mala?
EJ: Sí, me pasó ahora cuando fallé el penal en Táchira. Imagínate el chalequeo.
RV: Estaba callado el hombre.
EJ: Es así. Recuerdo un gol que nos hicieron en Barinas, que el árbitro anuló. Te habían quitado el balón, ¿recuerdas? (se dirige a Renny). Entonces yo le estuve fregando la paciencia después del juego. “¿En qué estabas pensando?”, le decía. Él sabe en qué estaba pensando.
RV: La negra (risas)
EJ: Sí, estaba pensando en su negra -la novia-, entonces el hombre se desconcentra (risas).

- ¿En un partido también bromean en el camerino?
RV: Antes del partido, claro. Pero si pierdes es muy difícil que eso pase. Si ganas, entonces no hay rollo. Ahora en Táchira, al ganar, le echamos broma a (Carlos) Suárez, porque hizo una bicicleta y rompió la cancha.
EJ: Siempre antes del juego hay música, cinco minutos antes de salir. Incluso en el calentamiento seguimos echando broma. Eso ayuda a no estar tensos ni presionados, y así podemos rendir. Les digo a los muchachos que somos privilegiados por poder hacer lo que nos gusta. Así que lo tomamos con alegría y responsabilidad.
(Nota escrita para la edición 10/4 de El Nacional)