La mejor forma de analizar el grupo de Venezuela en la venidera Copa América quizás sea la expresada por César “Maestrico” González, al consultar su opinión ayer: “Es un grupo bastante difícil, pero un lindo reto. Nos permitirá ver de qué estamos hechos para intentar luego ir al Mundial”.
La cercanía con el inicio de la próxima eliminatoria hará del torneo en Argentina una oportunidad de demostrar que la Vinotinto puede soñar con Brasil 2014.
Pero la misma Copa América es un objetivo en sí, no solo una prueba. Y luego de clasificar por primera vez en la pasada edición en 2007, la misión es repetir el logro, aunque sea como uno de los dos mejores terceros de llave. “Nos tocó el grupo más fuerte de todos. Por eso tenemos que prepararnos al máximo”, dijo Gabriel Cichero con relación a la llave sorteada. Probablemente es cierto que haya sido el peor destino, aunque el grupo C también sea mortífero. Una vía menos complicada podía haber sido integrar el grupo A, pero ya Venezuela dejó de ser el equipo que todos los anfitriones desean en su grupo, una connotación negativa que ahora le pertenece a Bolivia, que justo quedó emparejada con el organizador.
Así que Venezuela tendrá que ganarse a pulso su boleto con tres rivales a los que tenía tiempo que no veía. Ecuador estuvo en su grupo en 2001, mientras que Brasil (1999) y Paraguay (1995) eran rivales de más vieja data en el torneo. Ecuador es el más cercano al nivel de la selección, y en la última eliminatoria, Venezuela lo venció dos veces, en Quito y Puerto La Cruz. Ese partido es crucial para la clasificación y será el último del calendario.
Antes, la Vinotinto tendrá que intentar sacar puntos del debut contra Brasil. “Ya le ganamos un amistoso y le volvimos a jugar bien (empate 0-0 en el cierre del último premundial). Claro que es el más difícil en el papel, pero podemos lograrlo”, dijo “Maestrico”.
Paraguay, en la segunda jornada, sería entonces el choque de la esperanza, el que quizás sirva de empujón, sobre todo si Venezuela gana. Para el que crea que es un grupo demoledor, “Maestrico” recordó: “Nada es imposible”.
(Nota escrita para la edición 12/11 de El Nacional)