De tanto repetirlo, se puede recitar de memoria. El calendario de la eliminatoria suramericana será el mismo por cuarta vez consecutiva y Venezuela sentirá el efecto. No está derrotada de antemano, claro que no, pero para ir a Brasil 2014 tendrá que encontrar finalmente la manera de vencer ese obstáculo adicional.
En febrero de 2007, la Conmebol realizó su reunión de Comité Ejecutivo en Caracas, un día antes del sorteo de la Copa América. Uno de los recuerdos más fuertes de esa noche fue la muy prolongada reunión que finalizó con una nueva desazón para Venezuela: se repetiría el mismo calendario de la eliminatoria.
Ahora, ese golpe moral vuelve a sentirse. Tres semanas atrás, Rafael Esquivel, presidente de la FVF, dio a conocer que intentaría ganar la batalla una vez más. “Vengo peleando por eso y todavía no cuento con los votos suficientes de los otros miembros para lograrlo”, adelantó. Se había hablado de la posibilidad de reorganizar el calendario con un sorteo, debido a la ausencia de Brasil por ser anfitrión. “Esa sería una forma de lograr el cambio”, advirtió Esquivel. “Mi propuesta no la puedo hacer pública, pero te puedo decir que no es justa la primera vuelta que hemos tenido siempre. Empezar en Quito y luego recibir a Argentina. Son cosas que ya deben cambiar”, dijo. La votación del miércoles pasado terminó 6 a 4, y Esquivel solo recibió apoyo de Colombia, Perú y Chile. Si bien los objetivos de la Vinotinto han cambiado, la dificultad del calendario es idéntica. En la ruta hacia Corea-Japón 2002, Venezuela sacó apenas 3 puntos en la primera vuelta y 13 unidades en la segunda. Tuvo muchísimo que ver la llegada para las últimas ocho fechas de Richard Páez, que generó el “boom” vinotinto, al reemplazar a José Omar Pastoriza. Pero también ayudó que esa parte final de la agenda era de menor dificultad.
Una vez logrado el hito de sumar con frecuencia, Alemania 2006 planteó el reto de soñar con los cupos mundialistas. Aquí la situación varió: Venezuela sumó 10 unidades en la primera ronda y apenas 8 en la segunda. ¿La razón? Después de verse entre los posibles clasificados después de cinco jornadas, la expectativa creció enormemente, y a esa presión no estaba acostumbrada la selección, que al final cedió puntos importantísimos en casa.
Para Suráfrica 2010, Páez dejó una buena herencia: 6 puntos en 4 juegos. Farías, en el inicio de su ciclo, sufrió el peor tramo con 1 empate y 4 derrotas seguidas para totalizar apenas 7 puntos en la primera vuelta. Pero luego aprovechó las ventajas de la segunda para sumar 15 unidades y terminar con un récord de 22.
¿Por qué tanta alharaca sobre el calendario? Porque ese orden influye y en el extremo negativo está Venezuela. Empezar en la altura de Quito y recibir luego a Argentina es duro, pero es apenas el inicio. Anteriormente, esa primera vuelta tenía 5 choques afuera y solo 4 en casa, pero dos de esos partidos como anfitrión eran contra Argentina y Brasil, por lo que había 7 partidos cuesta arriba entre los 9 primeros. Sin Brasil, ahora se radicaliza la situación, pues entonces Venezuela jugará 5 partidos de visita en la primera vuelta y apenas tres en casa antes de su única fecha libre. Y en la segunda vuelta serán 5 como local, tres afuera, y sin acción en la jornada final. Es decir, si Venezuela quiere ir a Brasil 2014 tendrá que haber hecho su tarea antes de la última fecha o tendrá que quedarse en casa a ligar un resultado ajeno y festejar su mayor logro sin poder estar en un campo. Hasta en eso será incómodo el calendario.
(Columna escrita para la edición 28/11 de El Nacional)