Las franjas de terreno a los lados de Salomón Rondón se ven inmensas. Todos sus compañeros están al menos a 15 metros de él. Es el inicio del último entrenamiento antes del amistoso de hoy, y el delantero del Málaga, como en las anteriores prácticas en Puerto La Cruz, trabaja alejado de sus compañeros.
La soledad de Rondón es pasajera. Una rotura fibrilar la ocasionó. Pero más importante aún será evitar que esa soledad en el terreno se produzca luego, cuando se estén jugando los partidos de la Copa América y la eliminatoria, y el espigado atacante tenga que resolver los encuentros decisivos.
En cuanto al dibujo, el seleccionador César Farías ha decidido adoptar este año el esquema 4-2-2-2, anteriormente el dibujo tradicional de la Vinotinto. Pero con Miku o cualquier otro delantero, la necesidad irá más allá de tener un socio en la línea de ataque. Y en eso trabaja Farías, en evitar que su gente se quede sola por momentos.
Los triángulos han aparecido con frecuencia en el campo en los últimos días. Esa es la base del juego de equipos que hacen de la posesión su principal arma. Bien lo dijo "Chuy" Vera al explicar la fórmula del Zamora: "Triangulación. Que haya dos opciones verticales y una horizontal". Barcelona lo hace. Otros antes que los catalanes, también.
Para lograr esa conexión frecuente entre todos sus miembros, los jugadores necesitan ser rápidos e inteligentes para llegar al espacio deseado y ofrecer, siempre, varias opciones a un compañero.
Habrá rivales que lo permitan, habrá rivales que no. España será una prueba complicada para esa tarea. Brasil, al inicio de la Copa América, también. Salomón espera con ansias su momento. De ir contra los gigantes, y sentirse guapo y apoyado.
(Nota escrita para la edición 7/6 de El Nacional)
martes, 7 de junio de 2011
Salomón Rondón espera que su soledad sea pasajera
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