domingo, 12 de junio de 2011

De la última copa de Páez a la primera de Farías


No son muchos los puntos en común entre Richard Páez y César Farías, pero si hay algo en lo que ambos técnicos coincidieron es en la importancia del tiempo de preparación de una selección antes de la Copa América.
No se trata solo de ese torneo, sino del ciclo que cumplirá el seleccionador. Porque durante las eliminatorias o los amistosos, cada técnico tiene que hacer lo que mejor puede con dos o tres días de entrenamientos. Sin embargo, antes de un gran torneo, en este caso la Copa América, esas tres semanas o un mes de convivencia pueden ser la salvación.
Así lo vio Páez en su momento, durante la preparación para la primera de sus tres copas: Colombia 2001. El ex seleccionador, años atrás, atribuyó a esa concentración el éxito que lograría luego en el final de la eliminatoria para Corea-Japón 2002 y de ahí en adelante durante el llamado “boom” vinotinto.
Al consultar ahora a Páez sobre ese momento, el entrenador reitera sus palabras. “En ese momento buscamos que el grupo se identificara con mi estilo de juego. Y en esa concentración se entendió mejor la idea. Apenas teníamos 3 o 4 meses de trabajo y aprovechamos esa posibilidad de contar con todos por un tiempo”, afirmó Páez.
“La idea se transmite mejor al tener el concepto claro. Si los muchachos no entendían los movimientos, yo asumía entonces que no era claro en mis mensajes. Y me servía mucho más mostrárselos en las prácticas, así se iban empapando. Eso lo pudimos hacer durante ese tiempo”, explicó.
Si bien en la Copa América de ese año no lograron obtener triunfos, ni en la siguiente edición en Perú 2004, las bases de la Vinotinto que Páez quería eran fuertes y se había podido probar el efecto de sus enseñanzas en los Premundiales.
En el camino a esta edición 2011, Farías coincidió en el argumento de Páez. Aunque al técnico sucrense ya le ha tocado dirigir a la selección por tres años, nunca ha podido contar con el grupo élite entero por tres semanas seguidas, y por eso afirmó que este es el momento que tanto había esperado para poder consolidar el trabajo de la Vinotinto en su ciclo.
Si Farías aprovecha bien esta etapa, Venezuela podría ofrecer su mejor desempeño hasta ahora en la era del técnico. No dependerá solo de lo que haga el combinado en la copa, sino de cómo se muestra en la eliminatoria que comenzará este mismo año.
En cuanto a resultados, la última copa de Páez dejó el listón alto para la primera de Farías. Después de dos ediciones sin éxitos, la revancha para Páez en la Copa América llegó en 2007, cuando Venezuela fue anfitriona del torneo por primera vez y la selección llegó, también por ocasión inicial, a los cuartos de final.
“Por primera vez pasamos invictos, eso es algo que va a ser difícil de igualar. Me quedó el orgullo de haber cumplido con esa responsabilidad. Lo que recuerdo con más cariño es el apoyo constante de la fanaticada hasta el final. Fue un respaldo irrestricto”, dijo Páez.
Ahora, Farías no contará con la ventaja de jugar en casa o tener una llave menos complicada. Pero tendrá a un grupo muy talentoso de jugadores con ganas de demostrar que la historia en esta competición puede seguir mejorando.
“Los resultados que importan serán a partir del 3 de julio. Para el día del partido contra Brasil, el equipo estará mucho más consolidado”, aseguró el DT en Puerto La Cruz, tras jugar contra España. Esa es la confianza depositada en estas semanas de trabajo antes de la copa. Para Farías, también puede ser la clave del éxito futuro.
(Columna escrita para la edición 12/6 de El Nacional)