jueves, 17 de mayo de 2012

Final atípica y sorpresiva


Días atrás, José Mourinho se refirió con sarcasmo a los finalistas al recordar que ni Bayern Munich ni Chelsea fueron campeones de sus ligas. Si el técnico del Real Madrid hubiese podido saber que esos dos conjuntos llegarían al partido del año después de sufrir una goleada cada uno, quién sabe qué otra frase punzante habría soltado.

No es una final típica, ciertamente. Para empezar no era la que la mayoría quería. Salvo en esta ciudad y en un sector de Londres, el resto del planeta deseaba un Barcelona-Real Madrid este sábado. “Teníamos muchísimas reservaciones de españoles, pero todos cancelaron. Ahora estamos recibiendo a los aficionados del Chelsea”, reveló una empleada de un hotel en Munich.

En cambio, quedaron dos equipos que tuvieron que superar graves baches en la temporada. Que además tendrán siete bajas entre los dos para esta extraña final. Pero los dos equipos ya han encontrado soluciones, especialmente el club inglés con el retorno en plena forma de los centrales David Luiz y Gary Cahill. Y debido a sus penas similares podrían terminar ofreciendo un duelo parejo y emocionante, que igual nunca está garantizado por equipos en mejor forma. Así que quizás no tenga la tensión (o histeria) que hoy ofrece el clásico español, pero sí el dramatismo de Munich, una ciudad dispuesta a todo con tal de celebrar. Hasta 15.000 euros ha llegado a costar una entrada revendida, según publicó hoy la prensa local. Una final realmente fuera de lo común.
(Nota escrita para la edición 16/5 de El Nacional)