lunes, 23 de abril de 2012

Los árbitros también disfrutan de un buen juego

Más allá del papel de villano o de víctima de la profesión que se suele emplear para caracterizar a un árbitro está la razón que lo explica todo, la verdadera esencia del personaje: ser un amante del fútbol.
"Claro que disfrutamos de un buen juego cuando estamos en el campo", afirmó Juan Soto, uno de los principales árbitros venezolanos, que se dispone a debutar en unos Juegos Olímpicos en Londres 2012.
"Como quizás también le ocurre a los periodistas, muchos árbitros quisimos ser jugadores de fútbol, así que apreciamos mucho estar ahí en el campo y gozamos con el juego bonito de algunos equipos. A mí me encantan esos partidos de ida y vuelta, con muchas oportunidades de gol. Y como árbitro tengo el mejor puesto del estadio, el VIP para poder disfrutarlo", dijo.

Soto acepta el reto de describir cómo vive un árbitro el fútbol en la cancha. "El público es estimulante. Cuando estás en el campo lo sientes, el ánimo, los cánticos. Apreciamos eso, porque al final somos seres humanos también. Cuando a uno le toca pitar un partido a puertas cerradas, es difícil e incluso tienes que mentalizarte porque sabes que va a faltar un ingrediente que siempre es positivo".
Soto admitió que la idea general es contraria, que se suele pensar que al árbitro le puede incomodar la presión del aficionado. "Es que el público no debe influir. Quizás en el comienzo de la carrera, como también le pasa a los jugadores, hay un poquito de nervios, pero eso es natural. Ahora no es un factor para amedrentar, porque los árbitros profesionales contamos con personal de seguridad que están pendientes de nosotros. Distinto es en el fútbol amateur, esos árbitros sí corren riesgos, porque bien sea en un colegio o en un barrio, aunque haya menos gente, ellos no tienen protección, están solos y ahí si hay posibilidades de que los agredan".

Un gran partido en la opinión de los jugadores, la prensa o la afición también lo es para un árbitro. "Y se siente diferente. En los partidos importantes, como les ocurre a los jugadores, experimentas esa emoción que siempre debes sentir antes de comenzar. El día que no lo sientas, debes dejar esto", afirmó Soto.

La rutina antes y durante. La comparación con los jugadores surge con frecuencia, y Soto confesó que en cuanto a cábalas y rutinas también se repite. "Sí, hay algunos árbitros que usan la misma muñequera o ropa, pero en mi caso es más repetitiva la rutina. Duermo mucho el día del partido, casi que descanso y como nada más en todo el día. Tengo una misma secuencia de calentamiento y rezo para estar bien con el jefe (risas). Duermo mucho por dos razones, para ahorrar energías y para tener las menores distracciones posibles antes de salir a pitar".
En el camerino, los árbitros evitan el contacto externo. "En el vestuario de los árbitros no hay televisión, los celulares están apagados, tratamos de evitar el contacto para no tener prejuicios en el partido. Entre nosotros sí hablamos para corregirnos, pero nunca bajo la falsa premisa de compensar un error. Tratar de compensar es equivocarte dos veces, así que es falso cuando dicen que el árbitro intenta hacer eso. El jugador te respeta más en la medida en que te equivoques menos, así que si compensas, vas a errar más".

El trato con los jugadores. Soto no tiene problemas en confesar que la relación con un jugador puede llegar a parecerse a la amistad. "Con jugadores que tienen muchos años en las canchas se da ese vínculo en muchas ocasiones, es inevitable, hay una especie de amistad, pero eso no influye en las decisiones, porque realmente sólo los ves allí, en la cancha, no afuera".
La charla con ellos puede convertirse en algo muy breve, una vez comenzado el juego. "En los árbitros es un asunto de estilos, hay árbitros que casi no hablan y hay otros que lo hacen en demasía. Cuando puedo, yo hablo con los jugadores, lo principal es tratarlos con respeto. Si me preguntan que pité, les digo. Porque en serio, ocurre que a veces hay sanciones poco comunes y no entienden por qué pité, así que les explico la jugada", relató Soto.

Hay momentos también para las bromas. "Una vez me dijeron `te equivocaste’ y yo le dije `¿estás seguro?’. Me respondió `sí, te equivocaste’. Y le dije `bueno, anótamela entonces en los deberes’. Hay camaradería también, pero siempre dejando claro que eres la autoridad en el campo", contó.


Decisiones difíciles. Las advertencias son un recurso para los árbitros, pero no una forma de adaptar el reglamento. "Mira, hay jugadores que son muy vehementes al luchar la pelota, que van fuerte, y como es un deporte de contacto, viril, pues hay choque, pero si lo hace a destiempo y le pega al jugador, tiene que ser amonestado".
Para Soto no hay medias tintas. "Para una acción violenta no hay prevención, la sanción debe ser inmediata. Hay jugadores que les pasa esto y te dicen `es la primera’ y tú lo amonestas y le dices `y mejor que sea la última porque si no te tienes que ir’. Si la agresión es verbal, tienes margen de maniobra, le puedes decir que se calme. Si son protestas, puedes darles advertencias, pero si se trata de acciones violentas, las tarjetas son las advertencias. Así habla el árbitro cuando son jugadas de riesgo para los otros jugadores".

Las dudas siempre serán mayores en los tiros de esquina o los penales. "Resulta lógico que las decisiones más importantes sean las que se producen en las áreas penales porque son las que más influyen en el resultado de un juego. Es donde debes procurar tener siempre la mejor ubicación", afirmó.
"El problema que se presenta en jugadas a balón parado es que tu mirada no puede abarcar toda el área. Tú enfocas en un punto y lo demás no se ve tan nítido, así que si hay 10 parejas formadas en el área, no vas a poder seguirlos a todos. Pero si hay sujeción, debes pitar el penal. No vale eso de que nunca se pitan; si lo ves, tienes que pitarlo. Cuando no sucede es porque el árbitro no pudo ver el agarrón, como te decía".

La TV y los errores. ¿Cuántas noches de sueño puede perder un árbitro tras notar que ha cometido un error en un partido? Soto no se sonrojó al tener que responder con sinceridad: "Ufff, muchas veces me ha pasado. Hasta varios días seguidos en una semana".
Sin embargo, el árbitro necesita saber si cometió esas pifias. "Ver las grabaciones de los partidos es común y es sano. De la mayoría de los partidos yo sólo recuerdo los errores que cometí, no de otras cosas. Porque tienes que ver esas jugadas, te ayuda ese aprendizaje. Y más que saber si fallaste o no, lo que necesitas saber es por qué. Aprendes a olvidarlo porque no puedes seguir con ese pesar, pero lo que sí necesitas es saber cómo ocurrió para no cometer el mismo error de nuevo".

Por esa y otras razones, las transmisiones de televisión son un apoyo para el árbitro, no su enemigo como se tiende a creer, como lo aseguró Soto: "La televisión nos ayuda porque la gente también ve con esas repeticiones los aciertos de los árbitros. Sin la TV, queda la duda. Por eso es positivo que haya más transmisiones hoy en día, no debe ser un factor de presión, todo lo contrario".

La vida fuera del campo. "En el mundo entero muy pocos viven del arbitraje y aquí en Venezuela es igual", dijo Soto, quien es ingeniero civil y trabaja por su cuenta. "Tengo mi pequeña empresa de construcción de obras y movimientos de tierras. La cosa va bien. Pero como dicen, uno se mata trabajando para poder disfrutar el fin de semana".
Como un aficionado, periodista, técnico o jugador más, el fútbol para los árbitros también se convierte en esos domingos en un disfrute y un escape a su vida rutinaria. Y para Soto, en especial, en un impulso necesario en su vida.
"Cuando comencé era muy difícil combinar el trabajo y el arbitraje porque siempre fui empleado, y aunque trates de compensar el tiempo que faltas por los viajes, llega un momento en el que los jefes dejan de tener comprensión. Así que al fútbol le debo eso, me obligó a tomar el riesgo de independizarme. Y se lo agradezco".

Bienvenida tecnología
Para Juan Soto, el debate sobre la tecnología no puede verse en blanco y negro, sino según la forma de aplicación: "Para empezar, los árbitros quedamos al margen de la discusión, que es de FIFA y de la International Board. Nos ajustamos a esas directrices. Ahora, mi opinión es que en el campo es difícil introducir tecnología o repeticiones, porque hay decisiones que tomas en jugadas que muchas veces ni en el video logras ver bien, entonces la responsabilidad siempre debe ser del árbitro".
Con las jugadas en la línea de gol, se ve más sencilla su introducción en el juego, y por eso lo apoya: "Con las jugadas en la línea de gol sí es distinto, creo que si consiguen emplear la tecnología como existe en el tenis, con el ojo de águila, entonces sí puede ser una gran ayuda".
(Nota escrita para la edición 23/04 de El Nacional)