domingo, 4 de diciembre de 2011

El Juan Arango que sus amigos conocen

"Juan es un tipo al que si lo conoces, lo ves diferente a los demás". La frase es repetida por tres amigos que han aprendido a apreciar en distintas etapas de su carrera y de su vida a Juan Arango, el máximo representante del fútbol venezolano en los últimos diez años.
"Nos conocemos desde que éramos carajitos, desde que teníamos 5 o 6 años de edad. Vivíamos en el mismo barrio en Maracay, La Democracia, nos criamos allí", recordó Renny Vega con su usual desparpajo. "Jugamos juntos en el equipo de la UCV cuando éramos chamos, hasta que yo me fui a San Cristóbal y él a Cumaná a los 15 años", agregó el portero, que suele bromear con el capitán de la selección como lo hacía cuando eran niños.
"Nos conocemos de toda la vida, me tiene que aguantar el chalequeo. Pero él es un tipo tranquilo, así que es con respeto, nada pesado", aclaró Vega, que conoce al verdadero Arango. "Mucha gente tiene una imagen distinta de él. Por todo lo que ha logrado, la gente se intimida y cree que es agrandado, pero para nada, es un tipo humilde".
En La Democracia, Arango era bien conocido. "Lo recuerdo echando vaina en la casa y jugando fusilado. Pero siempre andaba con un balón pa’arriba y pa’abajo. Sus padres son colombianos y muy conocidos en el barrio por su educación y humildad. Él era muy casero, de familia, no era tan callejero como uno, lo tenían algo sometido, pero tratábamos de llevarlo por el carril del barrio", contó Vega entre risas. "Bueno, más mis hermanos que yo, ellos eran más malos y eran los que lo fregaban. Juan era muy tranquilo, no salía mucho a fiestas o a bailar, era un poco más cerrado. Lo que le gustaba era jugar fútbol y estar en su casa, pero nos juntábamos con frecuencia, teníamos un buen grupo. En mi casa jugábamos partidos de futbolito, pero Juan nos invitaba mucho a su hogar, porque era el único de la zona que tenía Nintendo. Se hacían colas para ir a jugar con él", relató divertido.
"Juan siempre fue un tipo que se comprometió con lo que quería, siempre quiso llegar a lo más alto y eso es algo de admirar. Su familia, además, es excelente e hizo que no descuidara sus estudios y los culminara. Juan ha sido el mismo desde entonces. Sí hay cosas que te cambian la vida, porque él es uno de los más famosos deportistas de Venezuela, pero Juan sigue siendo el mismo tipo tranquilo. No anda faranduleando ni es de salir de noche todo el tiempo, él sabe hacer sus cosas", afirmó Vega.
Cuando se encuentran en la selección, el guardameta pone al capitán al corriente de lo que pasa en el barrio: "En La Democracia se ponen muy contentos cuando Juan va, porque ahora no puede hacerlo a menudo. No es como a mí, que me ven casi que una vez al mes. Pero cuando ha ido en diciembre jugamos la caimanera de softbol que yo organizo. Y si no va, porque hay que entender que tiene la agenda más difícil que Chávez, igual me pregunta por el barrio y yo le cuento lo que ha pasado".



Dulces sueños. En el final de su adolescencia, Arango y Ricardo David Páez forjaron una amistad en las selecciones juveniles. "Compartí con él en la Sub 20, la Sub 23 y luego en la mayor. Lo conocí cuando todavía vivía en Maracay y luego lo vi pasar por todas sus etapas hasta hace cuatro años, cuando dejamos de jugar juntos. Lo que más me llamó la atención durante todo ese tiempo, es que Juan siempre ha mantenido su personalidad. Es cierto que su estilo de vida cambió, quizás las personas alrededor de él cambiaron o la percepción de la gente, pero Juan no. Las personas lo ven muy serio, porque es inexpresivo muchas veces, pero eso es sólo de entrada. Como persona es leal, si eres amigo de él, puedes confiar de lleno", aseguró Páez.
"En el día a día es muy alegre. Es bromista pero sólo con las personas con las que tiene mucha confianza, no es con todo el plantel. Él trabaja mucho las amistades", dijo Páez, y añadió que para ver otro lado más de Arango, hay que observarlo con sus hijos: "Ahí le cambia el rostro, es muy expresivo. Sus hijos son lo más importante y es muy buen padre".
Arango pasó de promesa a estrella internacional en el período en el que compartió con Páez y también tuvo que acostumbrarse a la exigencia de la afición y los medios de comunicación. Páez describió su actitud en esos momentos altos y bajos: "Un aspecto clave de Juan es que es muy equilibrado, no se emociona en exceso si gana, ni se viene abajo en los momentos difíciles o con las críticas. No se deja llevar".
En la Vinotinto, Páez y Arango compartieron como socios en la zona de creación y amigos fuera de la cancha. "Él ha conseguido cosas importantes, es el que más ha logrado de todos los futbolistas venezolanos, pero eso no lo afecta. Es una persona tranquila, positiva para los grupos. No da problemas. Es un líder por su capacidad deportiva, pero no necesita hablar mucho y no alardea", aseguró el volante.
"Generalmente, entre jugadores de la misma posición hay algún pique, al menos en la competencia por el puesto. Juan y yo nunca la tuvimos, o al menos no lo sentí así de su parte. En realidad, nos complementábamos y nos ayudábamos. Siempre hubo una buena relación, teníamos empatía", agregó.
Hay otro aspecto en el que Páez y Arango tenían una gran similitud. A Arango le gusta mucho dormir y lo ha confesado, sin pena. Y Páez lo confirmó: "Es un dormilón, es verdad. De hecho, casi siempre éramos compañeros de cuarto en las concentraciones y en un momento nos tuvieron que cambiar, porque llegábamos tarde a los desayunos o a las charlas. Él duerme de más, tienes que ponerle un despertador que suene muy fuerte".

Mande capitán. Cuando el seleccionador César Farías asumió el cargo, tomó dos decisiones que originaron otra amistad. El técnico quiso que Arango se convirtiera en el capitán vinotinto e hizo que Tomás Rincón debutara en el combinado. El tachirense pasó a ser pronto el segundo capitán y un muy cercano amigo y respaldo del zurdo.
"Antes lo veía por televisión, sus goles, y era un ídolo. Juan impulsó al jugador en el exterior, abrió puertas para todos. Ahora que lo conozco y compartimos, estoy más orgulloso de él. Es muy callado, pero en confianza es alegre, echa chistes. Tenemos una amistad muy bonita", confesó Rincón.
En la selección, ambos son piezas indispensables. En Alemania, viven un gran momento con sus clubes (Borussia Mönchengladbach y Hamburgo) y se ven con mucha frecuencia. "Nos encontramos a cada rato. Muchas veces él viene a Hamburgo, aunque ahora estoy por ir yo a su casa. Cuando nos vemos salimos a comer y también vamos al casino, es una actividad que nos gusta. Es buen amigo porque es un tipo de gran corazón. Parece una persona cerrada, pero si eres su amigo, es otra cosa. Y como jugador, es tan talentoso, tiene una zurda increíble que Dios le dio. Estoy muy alegre por él, porque vive un momento muy lindo con su equipo", contó.
Rincón tiene un carácter distinto al de Arango, otra forma de ejercer su liderazgo también. Pero Rincón puede dar fe de que esas diferencias son sólo caminos alternos para un mismo objetivo. En el camerino de la selección y en la amistad entre ambos, la palabra de Arango cuenta mucho: "Él no va a dar charlas de 20 minutos, ese no es él, olvídalo. Pero sí te dice cosas que aporta desde su experiencia que son muy valiosas".
Esos detalles de la actitud de Arango han marcado significativamente su carrera, como aseguró Rincón: "Juan tiene una personalidad única. Cuando no le van bien, muchas veces se guarda las cosas, él se preocupa pero se lo toma con calma, creo que esa es la clave del éxito en su carrera, porque si te desesperas cuando las cosas van mal, fracasas".
Y esa personalidad única de Arango es lo que le permite tener amigos que, independientemente de la época en la que lo conocieron, aprecian su forma de ser.

Blackjack, pool y dominó
Tomás Rincón dejó saber que una de las actividades preferidas de Arango es probar suerte en los casinos. ¿Pero qué juega? "Principalmente jugamos Blackjack", admitió el tachirense entre risas, aunque no reveló si se han llevado un gran botín. "Tú sabes cómo es en un casino. A veces ganas, a veces pierdes", añadió con picardía.
Ricardo David Páez sumó otro pasatiempo: "Es cierto lo del casino, pero eso fue al final del tiempo en el que compartimos. Porque antes lo que le encantaba era jugar pool. Era competitivo, le gustaba".
Y Renny Vega completó la lista con un elogio particular: "Juan era un fenómeno jugando dominó. Eso lo aprendió en el barrio".


(Nota escrita para la edición 4/12 de El Nacional)