domingo, 22 de enero de 2012

Una Vinotinto de otra época

"Pastoriza aportó mucho, pero no lo acompañaron los resultados". Gilberto Angelucci resumió de manera sucinta la razón por la que, a pesar de ser considerado hoy uno de los que motivó el cambio de Venezuela en el fútbol, José Omar Pastoriza tuvo un ciclo de dos años.
Aunque ocurrió hace apenas 14 años, el "Pato" llegó a otro fútbol. Uno en el que las prácticas de la selección eran presenciadas por uno o dos reporteros a lo sumo en la capital, en el que una entrevista con Pastoriza se podía hacer con una llamada al teléfono de su hogar, en el que las giras y módulos eran gastos que podían ser rechazados ocasionalmente por la FVF por tener una selección que no ganaba partidos y, por ende, no producía dinero. Y ni hablar de la percepción de la gente sobre la Vinotinto y sus integrantes, que pasaban desapercibidos por la mayoría de las ciudades.
Esos resultados tan anhelados comenzaron a llegar con su sucesor Richard Páez y gracias a ese ciclo posterior pudo apreciarse bajo otra luz lo que dejó Pastoriza, en lugar de quedar como un esfuerzo en vano. Los jugadores consideran positivo el paso del argentino por Venezuela, a pesar de las críticas que en su momento tuvo. Pero al final de su etapa, todos coincidían: era urgente obtener resultados y no llegaban.
"Él consiguió condiciones de trabajo mucho mejores que las que tuvo la selección previamente. Concretó amistosos con sus contactos y le dio un cambio importante de intensidad a la actividad", aseguró el periodista Edgardo Broner. "También tuvo que adaptarse porque la FVF en ese momento no tenía tanto dinero, así que de vez en cuando había que suspender algún plan de concentración o cambiarlo. Y él me decía `tranquilo, ya vamos a ver cómo hacemos’. Y buscaba una solución", contó Napoleón Centeno, ex coordinador de la selección.
Ese intento de profesionalizar a la selección, como reconocieron los jugadores, fue importante. Su aporte táctico, también. Pero siendo un personaje particular en un fútbol también muy particular en esa época, Pastoriza propició algunas críticas.
El exceso de jugadores de un solo equipo (Táchira, líder del momento) en algunas convocatorias generó un caso curioso: dos porteros del mismo club en el llamado.
"Tuvimos que esperar a que Pastoriza viera un partido de aquel Estudiantes que hizo una gran Libertadores para que nos empezara a llamar a mí, a Chuy Vera y a Pochito Echenausi", afirmó Ruberth Morán, quien también admitió que Pastoriza corrigió pronto y se preocupó más por empaparse del fútbol venezolano en lugar de sólo dirigir: "Llamó a los entrenadores de los conjuntos, preguntaba y enviaba observadores a los juegos".
Centeno comentó: "No es como ahora, que puedes conseguir videos o ver por televisión casi cualquier partido. Tenías que enviar a personas a ver los partidos, y por supuesto, si lo hacías muy seguido, empezaban a preguntarte por los costos. Pero incluso a mí me tocó ir a ver juegos para Pastoriza".
La costumbre del entrenador de volver con frecuencia a Argentina, también le jugó malas pasadas. "Una vez se demoró su vuelo desde Argentina y teníamos un amistoso. Llamó por teléfono, nos dio indicaciones, pero seguía sin poder llegar. Nos fuimos al estadio, nos dictó la alineación y finalmente, poco antes de salir al campo, apareció Pastoriza en el camerino", contó Centeno. Era un fútbol en el que eso podía pasar y no terminaba en un gran escándalo. En el que Horacio Cirrincione tenía que hacer una doble función como preparador de porteros y asistente.
Un fútbol que ha quedado en el recuerdo. Porque las victorias forzaron más cambios, atrajeron a la afición, a los patrocinantes y a los medios de comunicación. Aumentaron la exigencia. Pero tenía que empezar con un cambio de actitud.
(Columna escrita para la edición 22/1 de El Nacional)