domingo, 11 de marzo de 2012

Ronald Vargas y Montevideo, 4 años después

Cuatro años después, las ganas de jugar en Montevideo son similares. La situación, sin embargo, es muy diferente. Ronald Vargas sabe que a finales de abril debe tener el alta médica para volver a jugar, pero pensar en alinear contra Uruguay en el Centenario el 2 de junio, como lo hizo en 2008, es otra cosa.
"Claro que me gustaría repetirlo, es más, quisiera mejorarlo y que ganáramos el partido. Eso nos daría más motivación y posibilidades para la clasificación al Mundial. Pero en cuanto a poder jugarlo yo, no sé si pueda estar", afirmó el volante del Anderlecht belga, que está en la parte final de la recuperación de su segunda operación en la rodilla izquierda.
"No es porque no quiera jugar ese partido, que por supuesto que es así, sino que necesito estar al nivel de mis compañeros para poder ir a Uruguay. Si no estoy igual que ellos, de nada sirve. Y no puedo apurarme y recaer, este es mi futuro, es mi vida. Por eso estoy trabajando fuerte todos los días para poder jugar. Falta mucho todavía para el 2 de junio, así que vamos a ver cómo me siento en ese momento y sabremos", dijo algo más esperanzado.
Cuatro años antes, su deseo era tan fuerte como ahora, pero por distintas razones. "Fue mi primer partido de una eliminatoria. Atravesaba uno de los mejores momentos de mi carrera", recordó.
Venezuela venía de vencer a Brasil (2-0) por primera vez en un amistoso, con gol de Vargas incluido, y luego el guatireño repitió su suerte contra Uruguay nada menos que en el Centenario y en la pelea por un cupo a Suráfrica 2010.

A rezar y mandar a callar. En Montevideo, la Vinotinto había hecho historia con un triunfo 3-0 en la etapa de Richard Páez. Había quedado marcada como una sede histórica que Venezuela se había atrevido a profanar. En el comienzo del ciclo de César Farías, se convertía en la primera parada, y ya los jugadores no tenían razones para respetar ese lugar. Aunque no pudo salir con la victoria otra vez, el combinado nacional se llevó un valioso punto contra un rival que luego finalizaría en el cuarto puesto en Suráfrica 2010.
Para Vargas, ese empate 1-1 comenzó como un reto personal. "Antes de empezar el partido, estaba rezando como suelo hacerlo. Llevo mi San Miguel Arcángel y el Divino Niño, y a veces prendo una vela. Entonces Lino Alonso (asistente) se me acercó y pronunció unas palabras que se me quedaron grabadas. Me dijo que dejara la rezadera y que pensara más en lo que yo era como jugador, que sacara eso en el campo para que la gente lo viera, que me quedara tranquilo y que pidiera por eso, que pudiera sacar lo que en verdad tenía en mí", relató.


Vargas procedió a hacerlo realidad: "Sabía bien donde estábamos jugando, pero no me importó. Mucho menos que estuviera (Diego) Forlán o los demás. Estaba relajado, no me sentí distinto por tratarse de una eliminatoria. Pero el partido fue muy difícil, para mí, para todos. Había mucha brisa y nos costaba controlar la pelota. El gol de ellos cayó temprano y luego reaccionamos, aunque no teníamos salida del balón. En lo defensivo, sacamos muchas pelotas, ellos lanzaron varios centros y eran rápidos al ataque. De verdad se hizo complicado. Sin embargo, peleamos y logramos empatar. Y ni siquiera al final, sino comenzando el segundo tiempo".

El gol y Lugano. "La prensa allá es picante, las preguntas que nos hacían eran pedantes, arrogantes. Y recuerdo que se hablaba mucho de mí antes del partido, porque el entrenador de Uruguay (Oscar Tabárez, todavía presente en el banco celeste) me mencionó como uno de los jugadores de los que se debían cuidar. Eso lo noté en el juego, con lo que me decían. Y entonces llegó el gol, fue en un rebote que aproveché de un tiro de Juan (Arango). Y por eso celebré como lo hice, fue un desahogo", contó.
El gesto de Vargas en su festejo fue para mandar a callar a los presentes. No es algo típico en un joven que acaba de anotar su primer gol en una eliminatoria. "Es que era algo que tenía adentro en ese partido, los rivales también me decían cosas, y fue la mejor manera de responder, haber hecho ese gol. Por eso lo celebré de esa manera, como si estuviera callándolos", explicó.
El volante no olvida un nombre en particular, justo el otro goleador de aquel empate 1-1: Diego Lugano. "La defensa uruguaya es de lucha, de ganas, pero también de hablar mucho. Quieren sacarte de concentración con eso y te lo digo por experiencia por lo que me ha pasado con Lugano. Lo conozco, lo he enfrentado y es así, es insoportable el tipo (risas). Es un gran defensor, pero te habla, te insulta, te jala el short o busca tocarte el rabo para desconcentrarte. En serio, no es normal el asunto. Y si caes en su juego es peor. Le decía que se callara, que esperara a ver cómo terminaba el partido. Después del gol, claro, se quedó tranquilito".

A Vargas le encantaría poder volver a vivir otra jornada así en Montevideo. La misma paciencia que tuvo con Lugano la debe emplear ahora para no apresurar su regreso a las canchas y evitar una recaída. Otros sueños en su vida se han cumplido, incluyendo anotar un gol en su primer partido eliminatorio. Por eso, aunque hoy parezca improbable, no descarta todavía un milagroso retorno a Montevideo.

Incómodo en Málaga
Cuando la Vinotinto se enfrentó con España en Málaga contó con un visitante especial. "Quise acompañarlos y ahí tuve otro punto de vista. No me gustó, fue súper incómodo. Ver a mis compañeros en el hotel, ir a comer con ellos, pero sin el uniforme, me pegó bastante. La gente me veía como uno más y me hicieron sentir parte del grupo, aunque nunca es igual. Si bien me dolió, me llenó de motivación porque tengo que trabajar muy fuerte para volver a estar allí con el equipo", dijo Vargas.
"Fue duro tener que verlo desde las tribunas, sabiendo lo que tú puedes aportar, pero son experiencias a las que uno siempre trata de sacarles algo positivo. Ahora entiendo el otro punto de vista, el del observador. Lo valoro, pero no me adapto. Quiero estar otra vez en la posición de ellos", afirmó el mediocampista.
Con 12 partidos de la eliminatoria por disputarse, la esperanza está a tope: "Sí, queda eliminatoria para rato y pienso en eso. Quiero volver a tener continuidad para estar en ese camino y ganarme un puesto para el Mundial".

La camiseta del gol 
Vargas guardó la camiseta de aquel choque en Uruguay. "No soy de cambiar tanto las camisas, porque si significan algo para mí, las guardo. Tengo esa de Uruguay, también la del amistoso con Brasil. La tengo firmada por todos los compañeros que jugaron el partido, al igual que la de Uruguay, si no recuerdo mal. Las guindo todas en un sitio en la sala, allá en Venezuela".
El video del partido no lo tiene, aunque le gustaría obtenerlo. "Tengo sólo el video con el resumen del juego y el gol, claro", confesó.
(Nota escrita para la edición 11/3 de El Nacional)