domingo, 8 de diciembre de 2013

Escoja una identidad


La escogencia del nuevo seleccionador de Venezuela se verá influenciada por muchos factores. Pero si algo marcó la elección anterior fue la ruptura de la continuidad en el estilo e identidad futbolística.Nada tuvo que ver, tácticamente, lo que hizo César Farías con lo que propuso Richard Páez en los añosanteriores.

Ahora, la situación es similar, debido al perfil de los candidatos. Ni Noel Sanvicente, ni Eduardo Saragó y obviamente tampoco Páez, manejan propuestas cercanas a Farías. Sin embargo, esta vez convendría mantener los puntos positivos que dejó el sucrense y mejorar sobre esa base, con una clara idea propia de cómo debería jugar la Vinotinto.

En cuanto a planificación, exigencias, método de trabajo, Farías resultaba prácticamente incuestionable, y los tres candidatos también son reconocidos por ser metódicos; Sanvicente y Saragó por ser parte de una generación reciente que lo ha entendido como una necesidad para triunfar, y Páez, aunque perteneciente a una generación anterior, como un estratega siempre interesado en actualizarse y con la experiencia de haber dirigido en Perú y Colombia.
Es claro: la Vinotinto contará con un entrenador obsesivo, organizado y exigente.A estas alturas, y después del progreso logrado con el propio Páez y Farías, la selección no demandará menos de quien la conduzca.

El momento parece pedir que la Vinotinto, después de un cambio brusco de estilo entre los dos últimos procesos y varias modificaciones más durante la era Farías, asuma otra vez una identidad futbolística más allá de la entrega y el esfuerzo constante. Y eso no tiene por qué convertirse en una negación de lo hecho en los últimos seis años.

La intensidad defensiva, el orden y la agresividad que Venezuela demostró durante la Copa América Argentina 2011 y parte de la eliminatoria pasada no deberían desaparecer.

Al contrario, deberían tomarse estos y otros puntos altos del rendimiento con Farías e integrarlos a un modelo e identidad que le den un mejor funcionamiento a la futura Vinotinto.

Páez, Saragó y Sanvicente pueden aportar eso desde diferentes perspectivas. El estilo e identidad que Páez forjó en la Vinotinto es algo que todavía perdura en la mente de la afición. Con nuevos jugadores, mayor juventud, feroz competencia interna y mejor forma física individual de piezas claveen el equipo, el experimentado estratega podría darle un giro más a su conocida propuesta.

Sanvicente supo plasmar durante años su idea en el Caracas sin importar los constantes cambios de nómina, y cuando debió adaptarse a las circunstancias (menor técnica en los volantes de creación) explotó aún más las bandas para seguir produciendo resultados. En el Zamora, con otro módulo táctico, ha seguido una senda similar, con variantes que no reniegan de la identidad ofensiva y protagónica que el técnico imprime a sus equipos.

Saragó es el más "camaleónico" de los tres. En poco tiempo ha demostrado ser capaz de adaptarse a cualquier nómina y circunstancia. Puede avasallar a la ofensiva o defender con orden un resultado. Puede tocar y mover piezas en armonía o proponer un ataque directo. Pero con los jugadores con losque contaría en la selección, sabe que tendría cómo proponer un fútbol que no se ponga a la defensiva ante sus rivales.

Sea cual sea la elección, hay aportes que mantener y otros que añadir. El primero de los nuevos, y es solo una opinión, sería darle a la selección un estilo reconocible. A veces se subestima la importancia que el jugador le puede dar a eso. Porque en un partido, cuando las cosas van mal, hay siempre algo a lo cual pueden aferrarse: un manual aprendido, asimilado y respetado. Funciona mejor que cualquier grito desde la raya.
(Columna escrita para la edición 8/12 de El Nacional)