sábado, 12 de junio de 2010

John Carlin nos habla sobre Nelson Mandela

Entre las 84.490 personas que presenciaron la inauguración del Mundial el viernes y que lamentaron que Nelson Mandela no pudiera estar ahí, se encontraba John Carlin.
El autor del libro Playing the Enemy (en español se llama El Factor Humano) tiene una estrecha relación con Suráfrica y con Mandela por los años en los que trabajó en este país y por haber tomado al Premio Nobel de la Paz como protagonista en su carrera periodística y personaje central del mencionado libro, que fue el punto de partida para la creación de la película Invictus.
Carlin, que aceptó colaborar en la escritura del guión del film, es un periodista inglés de dilatada trayectoria, con gran afición por el fútbol, y que vuelve a estar en un Mundial como enviado especial del diario El País de España. En medio de esas labores, aceptó esta entrevista por ser alguien cuya vida Mandela ha tocado. Por eso sintió mucho más su ausencia en el acto inaugural por la muerte de un familiar.
“Lo de Mandela me pareció absolutamente trágico. Fue una enorme pena que no estuviera aquí, porque le hacía mucha ilusión. Sé que soñaba con estar aquí desde hace muchos años. Nadie fue más influyente en que Suráfrica consiguiera el Mundial que Mandela”, dijo Carlin.
La muerte de Zenani, bisnieta de Mandela de 13 años de edad, le causó conmoción a Carlin, no sólo por haber sido un fallecimiento repentino por un accidente de tránsito: “Mandela es una persona que por los años que pasó en la cárcel mantiene cierta culpa por no haber podido atender las necesidad de su familia, por no estar ahí. Entonces en su vejez compensa de alguna forma con los nietos y bisnietos. Le encanta rodearse de niños”.
Agregó: “Él estuvo 27 años en prisión y la otra cosa terrible de estar ahí es que nunca ves niños. Por eso él les tiene tanto aprecio, se apasiona por ellos, sobre todo los de su familia. Hablé ahora con una persona muy cercana a Mandela y me dijo que esta muerte fue un golpe durísimo para él”.

Efecto Madiba

La repercusión de su libro y la película ayudó a darle otra dimensión más a la leyenda de Mandela en el resto del planeta. En Suráfrica, la inspiración que Mandela le dio a los Springboks (rugby) en su improbable título mundial de 1995 en casa quedó marcada en la historia. Increíblemente, un año después, el primer presidente electo de la nación estuvo también en la coronación de los “Bafana Bafana” en la Copa de África, que también se jugó en Suráfrica.
Esos triunfos forjaron la creencia en “la magia de Madiba”, como se conoce a Mandela. En el trabajo de Carlin se puede apreciar ese efecto, y con la popularidad de Invictus, justo en el tiempo de un Mundial de fútbol en Suráfrica, el relato cobró mayor relevancia.
“Lo que pretendí hacer en el libro fue transmitir la grandeza de Mandela, lo mejor de él, que para mí es lo mejor de la humanidad. Y si como consecuencia del libro, y obviamente más de la película, ese mensaje se ha transmitido a todo el mundo, un mensaje que además es ejemplar, pues yo encantado”.
Y Mandela, aunque apoye desde su casa y se haya perdido el acto inaugural, también.

Su amistad con Mandela

Carlin admite que ya no ve con frecuencia a Mandela, como antes: “Hace unos meses lo vi. Ya está muy viejito, como la gente de esa edad (91 años) tiene días buenos y malos, más lúcidos y menos lúcidos. Se tiende a repetir a veces. Ahora no puedo decir que tenga esa amistad con él. Sí tuve una relación muy cercana con Mandela, lo que pasa es que no me gusta molestarle, la gente siempre está pidiéndole entrevistas y yo no quiero unirme a ese coro de gente”.
Después de vivir y trabajar muchos años en Suráfrica, Carlin admite que este Mundial es especial para él. “Para mí es muy emocionante. Aunque no tengo nada de sangre surafricana, siempre me siento muy identificado. Siempre, en cualquier deporte, voy con Suráfrica, para que veas el grado de compenetración que tengo, pese a no ser de acá”, dijo.