lunes, 12 de noviembre de 2012

El valor de la camiseta en un gesto deportivo

Un gesto tan simple y noble como el intercambio de camisetas en el fútbol ha llegado a dividir opiniones. Un acto de fair play, de cortesía profesional, es considerado a veces una señal de sumisión frente al enemigo o de "amistad" con el odiado rival.
El más reciente malentendido involucró en España al venezolano Andrés Túñez, criticado por algunos por acordar con Lionel Messi el cambio de franelas en el entretiempo. Esto a pesar de que en el partido, Túñez dejó la piel en su intento por frenar al argentino.

En ocasiones, los aficionados, e incluso el periodismo, ven de mala manera esta dinámica. Aprecian que hay momentos impropios y hasta marcan diferencias si se trata de un partido de selecciones o si es entre enconados rivales. Puede haber excepciones, pero para el jugador, el origen del gesto es siempre el mismo.
"Es un intercambio, un recuerdo particular de una vivencia, pero no significa subestimar tu camiseta o sobreestimar al rival, los jugadores no lo vemos así.

Quizás para el aficionado o para el periodista parezca distinto, pero es porque lo ven con pasión", afirmó Ruberth Morán, otrora goleador de la Vinotinto y actual miembro del cuerpo técnico de Estudiantes de Mérida.
Morán aporta su experiencia para discutir este tópico y deja claro que en el campo no se ve con el mismo recelo esa amabilidad entre bandos. "Es como entregar banderines antes del partido. Ahí también están los colores del equipo, pero es simplemente un gesto".

Morán se refiere a la polémica con Túñez y recuerda una anterior con Gabriel Cichero y el mismo Messi ­en el choque entre Venezuela y Argentina en Puerto La Cruz­ para refutar cualquier argumento negativo: "Lo de Túñez no me parece incorrecto, porque seguro en el mano a mano siempre entró fuerte, es un profesional. Gabriel, por ejemplo, cambió camisetas con Messi también y fue porque se encontraron antes en el avión, conversaron y desde ahí lo habían acordado. Lo cumplieron en el partido, se buscaron y cambiaron".

Messi causa problemas. En los últimos años, en su condición de mejor jugador del mundo, Messi ha originado mayores controversias. Un árbitro le solicitó una foto en un partido eliminatorio con Argentina y dos jugadores del Bayer Leverkusen se pelearon por el derecho a solicitarle su camiseta en un choque de Liga de Campeones, hecho en el cual lo realmente lamentable es el pleito entre compañeros y no el intercambio.
Sin embargo, hasta Messi tiene a quién pedirle una camiseta. El crack del Barcelona ha admitido durante su carrera que su compatriota Pablo Aimar fue su ídolo y una gran influencia y por eso ha disfrutado los momentos en los que ha compartido con él. En la actual edición de la Liga de Campeones, Messi chocó con el Benfica de Aimar y volvió a realizar el intercambio con su antiguo ídolo, un gesto que sigue halagando a Aimar.

Etiqueta para un intercambio. No existe un manual para este ritual futbolístico, aunque Ruberth Morán hace referencia a lo que pudo vivir en su carrera. "Es un momento para compartir después del juego, cuando saludas y conversas. Pero no es un acto de sumisión, para nada".
Reconocer ese talento en el antagonista es parte importante del ritual del cambio de camisetas. "Sí, lo haces casi siempre con un jugador que consideras una referencia. Es una señal de respeto mutuo y de admiración entre jugadores".

Ese respeto también se gana en el roce directo de un juego. "Suele pasar que intercambias con el rival con el que tuviste un duelo en los partidos", acotó Morán, y por eso es que resulta común ver el gesto entre defensas y delanteros.
Muchas veces ni siquiera el recuerdo es para el jugador. "A veces el cambio es para hacerle un regalo a alguien. Una vez cambié con el central de Ecuador, (Iván) Hurtado, cuando les hice dos goles en San Cristóbal, y le regalé esa camisa a un amigo ecuatoriano que vive acá en Venezuela".
Entre los legionarios nativos se ha creado también la rutina de obsequiarse las camisetas cuando se enfrentan afuera.

La Vinotinto se revaloriza. Para el jugador venezolano hasta esa peculiar situación cambió con los éxitos. "Nos ganamos el respeto de los rivales y entonces nos empezaron a ver de otra manera", contó Morán.
Para los técnicos de la Vinotinto también. El argentino José Omar Pastoriza apartó a David McIntosh luego de que lo viera con la camiseta del brasileño Ronaldo en el entretiempo de un choque premundialista. Un malentendido del que Morán fue testigo: "Ronaldo fue quien lo buscó para darle la camiseta, se la dio para evitar una represalia porque McIntosh estaba molesto".

Morán confiesa que en algunos casos sí hay inconvenientes con alguna selección en particular: "Si te fijas, los venezolanos rara vez cambiamos con uruguayos, por todo lo que pasó, o con los peruanos, que suelen hablar mucho contra nosotros". Pero lo cierto es que nada impide que el trueque se efectúe si algún jugador así lo desea.
"Puede ser con alguien con quien jugaste en otro conjunto o que enfrentaste en la Copa Libertadores. Incluso en la selección cambiamos entre nosotros. No era de entregarlas mucho, me gustaba guardar las mías, pero de mis compañeros de la Vinotinto, como Gabriel Urdaneta y muchos otros, tengo varias", explicó.

Morán recuerda con especial agrado una costumbre de un rival -y no cualquier rival-, Mario "Lobo" Zagallo, cuando era asistente de Brasil. "Que una persona que ganó títulos del mundo como jugador y técnico vaya y te entregue camisetas de su selección, me parece un gran gesto. Era una costumbre que él tenía con los rivales. Le daba una al técnico antes del partido y luego iba a dársela al que consideraba el mejor jugador del contrario", dijo Morán. Juan Arango recibió en dos ocasiones este obsequio de manos del propio Zagallo. "No recuerdo si Juan llegó a darle la suya también, creo que no, pero es un reconocimiento y además fue el propio Zagallo a entregarlas, eran camisetas nuevas, en su envoltorio. Es para destacar".

La reflexión de Morán encuentra el mejor apoyo en esos ejemplos. Si un multicampeón del mundo como Zagallo tiene la humildad para llevar una camiseta y Messi, el mejor jugador del orbe, también tiene a alguien a quien idolatra y desea pedirle la franela, no hay muchas razones para que alguien considere denigrante uno de los gestos más comunes y respetuosos del fútbol.

Bochorno
El intercambio de camisetas no siempre termina bien. En Brasil, este año se produjo un hecho vergonzoso: Eder Luis (Vasco Da Gama) y Marcio Araujo (Palmeiras) se encontraron como amigos que eran cuando compartían en el Atlético Mineiro. Eder Luis le entregó su camiseta, pero Araujo se negó a dar la suya, lo que originó un torpe pleito en el que el jugador de Vasco intentaba arrebatarle la camiseta, insistiendo en completar el cambio.

Con Zanetti
Morán relató algunos de los intercambios que realizó: "En Copa América cambié con Cuauhtémoc (Blanco) cuando estábamos en el antidoping. Contra Chile también cambié una camiseta, cuando ganamos allá". El ex atacante recordó un episodio en Argentina. "Me pasó con (Javier) Zanetti, cuando perdimos 3-2 allá, que estuvimos hasta el final buscando el empate. Él era uno de los que pedía la hora. Nos quedamos hablando y cambiamos camisetas".

El Dato
La campaña "Respect" que realiza la UEFA tenía este año el intercambio de franelas como tema central de su video promocional, en el que el cambio se producía constantemente en una secuencia de imágenes que combinaban al holandés Clarence Seedorf, al francés Karim Benzema y al ex árbitro Pierluigi Collina con aficionados de todo el mundo. Una forma de inspirar el respeto y la aceptación de las diferencias entre todos.
(Nota escrita para la edición 12/11 de El Nacional)