RÍO DE JANEIRO
Pocos televidentes pensarían que algunas de las personas
involucradas en ofrecerle las mejores imágenes del Mundial tienen que hacer un
sacrificio por ello; muchos de esos responsables no se acercan al estadio ni a
Copacabana durante un juego, y permanecen encerrados para garantizar la calidad
de la transmisión. Ese es el trabajo de buena parte de los que habitan durante
más de un mes en el IBC (International Broadcast Centre).
Esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en Suráfrica, el
IBC no puede ser alcanzado a pie desde el estadio principal, como ocurría en
Johannesburgo con el Soccer City. Ahora, Brasil dividió sus esfuerzos en este
aspecto en tres lugares: un centro con 9 estudios en Copacabana para ofrecer
extraordinarias vistas de la playa a las cadenas que lo solicitaron, el estadio
de la final (Maracaná) y el IBC, alejado del bullicio en la zona de Barra da
Tijuca.
Una invitación de Directv permitió conocer este martes las
instalaciones ubicadas en Riocentro, un complejo dedicado a eventos y
exposiciones que ofrece la amplitud de espacio que el IBC necesita en un
Mundial. El centro neurálgico del evento agrupa a los grandes medios
radioeléctricos del planeta bajo un mismo techo y un mismo proveedor: HBS. Esta
empresa, creada a partir de una iniciativa para transmitir la edición de
Francia 1998, ha crecido a la par del Mundial y de las exigencias de las
empresas que llevan la acción al mundo, entre ellas, Directv, que aprovecha
todos los beneficios del paquete completo de HBS, incluidas las numerosas
pantallas (cámara táctica, equipos A y B, mejores jugadas, etc). Y por esos
pasillos se tropiezan con frecuencia grandes nombres del periodismo del planeta
y también de la historia del fútbol, con Faustino Asprilla y Diego Armando
Maradona entre las más recientes sensaciones del IBC en cuanto a demanda de
atención de los presentes.
Técnicos, comentarista y voluntarios se cruzan en los
pasillos con el técnico Ángel Cappa, que aprovecha un descanso para sentarse a
ver un encuentro en el televisor del lobby central. No muy lejos se escuchan
los gritos de los narradores y comentaristas de varias radios, que laboran desde
estas instalaciones. Y mientras todo esto ocurre, los pasos hacia el siguiente
Mundial se van dando. HBS muestra los avances que se han hecho en incluir los
sistemas de mejor definición de imagen (4K y hasta 8K) y empresas como Directv
no se conforman con ofrecer múltiples pantallas en su señal, sino que apuestan
con fuerza por la “segunda pantalla”, con la aplicación móvil que permite a sus
usuarios disfrutar del torneo en un soporte adicional. Y así, lejos de los
estudios del IBC y en desconocidos rincones del mundo, más personas podrán
sentir el Mundial mucho más cerca que muchos de los esmerados técnicos que deben
aislarse del ruido de la calle y el estadio para lograrlo.