Brasil 2014 será un Mundial
diferente y emocionante. Esa es la expectativa de todos los amantes del fútbol
en el planeta y la exigencia que siente Ricardo Trade al frente del Comité
Organizador Local del evento.
Y ya hay muestras de la fuerza
del entusiasmo de los aficionados brasileños que le darán un toque especial al
torneo. “Si hay un estadio en el que no nos tenemos que preocupar por su
finalización es el de Sao Paulo, que será la casa del Corinthians. Hay miembros
de la barra de ese equipo que hacen vigilia prácticamente en el sitio de
construcción. Y les dicen a los trabajadores que en cualquier otra ciudad
pueden hacer huelga o demorar las labores. Pero que en Sao Paulo no”, relató
Trade como anécdota.
El ex integrante de la selección
de balonmano de su país se desempeña hoy como director ejecutivo de operaciones
y competiciones (CEO) de la Copa
del Mundo y tiene a su cargo también la Copa Confederaciones
del próximo año. Visitó Venezuela invitado por la empresa GDI y la Universidad
Metropolitana para dictar una conferencia en el Diplomado de
Gerencia Deportiva FIFA/CIES, y al concluir su ponencia atendió la solicitud
para esta entrevista.
A pesar de los regaños iniciales
de FIFA por el retraso en el arranque del proyecto, Brasil ha empezado a
responder, cuenta con un staff de FIFA de 25 personas que se instaló en su país
para garantizar el correcto desarrollo de los preparativos y Trade se anima con
el espectáculo que podrán ofrecer.
En la vecina Venezuela, le
acompañan en su ilusión. Será el primer Mundial que estará tan cerca y quizás
también el primero en el que la
Vinotinto pueda participar, si se mantiene en la zona de
clasificación en la que se encuentra en este instante.
– Por ser Brasil un país tan futbolero y festivo, las expectativas para
el Mundial son altas. ¿Les genera una presión adicional?
– Genera presión, pero es importante
y es buena. Tenemos condiciones de hacer un evento muy bonito, muy bien organizado,
pero sin duda ningún país va a tener el espíritu de celebración que tendremos
nosotros. Si juntamos la capacidad administrativa y organizativa con el ánimo
festivo del pueblo brasileño, y acogemos bien a todos los extranjeros que vendrán,
entonces vamos a tener un Mundial bien bonito. Debemos tener muchos aciertos
porque sabemos que por ser un país latinoamericano siempre hay desconfianza,
pero es buena esa presión porque nos hace trabajar con mayor voluntad.
– En Alemania y en Suráfrica se consolidó la idea del Fan Fest. ¿Cómo
será la experiencia del aficionado en esas concentraciones en Brasil?
– Bueno, ese proyecto no lo
manejará el Comité Organizador Local, sino que lo hará FIFA directamente con
las ciudades sede y con la televisora Globo, pero influirá lógicamente en
nuestra planificación por la logística de transporte y seguridad. Creo que va a
ser un éxito. Sabemos que los estadios no serán sólo para los brasileños,
porque habrá muchos extranjeros que comprarán entradas, y que muchos otros
estarán en el Fan Fest para vivir la experiencia y ver los partidos, pero claro
que esto nos llevará a tomar medidas en otros aspectos alrededor del evento.
Estamos hablando de probablemente 50 mil personas reunidas en cada ciudad.
– ¿Las exigencias de FIFA para el acondicionamiento de los estadios y
la experiencia de este Mundial podrían ayudar a empezar a cambiar el
comportamiento de los aficionados en Brasil y en la región?
– Esperemos que sí, es algo que debemos
aprovechar, estamos a tiempo de cambiar. Para Brasil va a ser un punto de quiebre
fundamental en el comportamiento de las barras, para que se pueda llevar a la
familia al estadio. Lograr eso es un sueño para Brasil porque queremos dar el
trato adecuado a quienes asisten a los partidos y ojalá eso se traslade luego a
la Copa Libertadores
y a todos los miembros de la Conmebol. Voy
a ser sincero, no llevo a mi hijo a los estadios porque en algunos momentos
tengo miedo y eso debe cambiar.
– Brasil comenzó este proceso con demoras. ¿Cree que influyó en su caso
que no hubo una competencia con otros países de Suramérica por la sede?
– Antes FIFA no contemplaba la
elección de las sedes con tanto tiempo de antelación, pero eso ha cambiado con
las escogencias de Rusia y Qatar, que tendrán más tiempo de preparación, creo
que es un cambio de filosofía que ayudará a los organizadores. Es cierto que
comenzamos tarde pero con la ayuda de personal de FIFA que ahora vive en
nuestro país, podemos cambiar esto a tiempo, estamos dentro del cronograma.
– ¿Y ahora que se han recuperado, están satisfechos con el proceso?
– Sí y estamos más tranquilos. El
secretario general de FIFA nos visita cada 40 días, recorremos y revisamos los
estadios, y estamos trabajando muy bien en todos los detalles. Estamos muy
contentos y contamos con gran participación de las ciudades en la planificación
del torneo.
– Venezuela tiene una gran opción de clasificar al Mundial. Es un sueño
para el país y de lograrse, con seguridad muchos aficionados viajarán. ¿Han
pensado ustedes en esa afluencia de venezolanos durante el torneo?
– Claro que sí. Está en el cuarto
puesto de la tabla, si el Mundial fuese hoy estaría clasificado, son señales de
que la Vinotinto
está en un camino correcto y para los venezolanos sería muy importante porque además
están muy cerca de la sede esta vez, podrían apoyar a su equipo. Sé que están
creciendo y recuerdo que le ganaron a Brasil 2-0 en 2008, en Boston. No me
olvido de eso.
Muchos beneficios
En la presentación del proyecto,
Trade destacó los beneficios que en diferentes áreas tendrá su país con la
organización de la Copa Confederaciones
y el Mundial. En el renglón calificado como intangibles enumeró “orgullo,
identidad, celebración y poder de los trabajadores”. En aspectos deportivos
están “estadios modernos, servicios, gramados, nuevo concepto y seguridad”. En
imagen y visibilidad apuntó “turismo, marca Brasil, romper estereotipos”,
mientras que en infraestructura consideró “aeropuertos, movilidad urbana y
tecnología”.
Énfasis ecológico
El plan de cada estadio se
realiza bajo el concepto de sostenibilidad que FIFA ha empezado a solicitar a
los organizadores y que hará obligatorio a partir del Mundial Rusia 2018. En
Brasil, el tema ecológico no se queda en la imagen de la mascota, sino que se
verá en el manejo de recursos para los escenarios: uso de aguas pluviales,
plantas de energía en los estadios y reutilización de materiales de los
estadios demolidos. FIFA también requiere que los estadios tengan un propósito
para sostenerse, “que no sean elefantes blancos”, dijo Trade. Así que las sedes
en Brasil que no tengan grandes aficiones en la liga local convertirán a los
nuevos estadios en escenarios multiuso para conciertos y demás eventos.
Violencia en casa
El bochorno de la final de la Copa Sudamericana en Morumbí
esta semana es precisamente lo que Trade quiere erradicar y cambiar en Brasil.
La ventaja en los torneos de FIFA es que el dispositivo de seguridad que exige
el organismo elimina las incertidumbres, como bien se pudo constatar en
Suráfrica. En la Copa Confederaciones
y en el Mundial no hay tolerancia con la conducta violenta y Trade mostró el
procedimiento que tendrán en las tribunas con los hinchas que incurran incluso
incurran en ofensas verbales (serán advertidos y luego retirados si se
mantienen alterados). Los nuevos estadios no tendrán pista olímpica, factor que
incrementará la importancia de la prevención y el control.
La Cifra
450
Son los millones de dólares que
otorgó FIFA a Brasil para acometer los trabajos de organización de los dos
torneos en 2013 y 2014, una cifra que Trade admite que tuvieron que hacer
rendir cuándo decidieron postular a seis sedes, en lugar del plan original de
cinco, para la Copa Confederaciones.
“FIFA aprobó entonces las seis sedes, pero se mantuvo el mismo monto así que
tenemos que aprovechar bien los recursos”, dijo.
(Nota escrita para la edición del 17/12 de El Nacional)