Les presento un cuestionario que respondí para @prodavinci sobre los cruces de cuartos de final y las figuras del Mundial hasta ahora.
¿Qué opinión tiene sobre cada uno de los encuentros
planteados para los cuartos de final del Mundial de Fútbol?
Francia-Alemania
Debería ser un extraordinario partido, además
de ser un clásico de los Mundiales. No veo a ninguno de estos conjuntos resguardándose,
así que promete ser un choque de ida y vuelta con diferentes armas: Alemania
con la pelota y avances en bloque; Francia con presión y un contragolpe letal.
En el caso de los galos tiene sentido recurrir a esto no por cuidados
defensivos, sino por el espacio que dejan los alemanes en el fondo al adelantar
líneas (algo que Joachim Löw tendrá que corregir de alguna manera después del
choque contra Argelia) y por la lentitud de Per Mertesacker, que ahora podrá
volver a contar con la ayuda de Mats Hummels. Un choque para disfrutar, muy
parejo en principio.
Brasil-Colombia
La incógnita más grande de esta ronda. Brasil
necesita ofrecer finalmente su mejor función de la Copa del Mundo y menos de
eso no le servirá para sacar a un rival tan inspirado y en buen momento. Es
obvio que también debe recomponerse anímicamente de la debacle emocional contra
Chile, pero quizás ese susto ya haya hecho la tarea, porque le tiene que haber
quitado buena parte del miedo a perder. Para el anfitrión ya da lo mismo salir
en esta ronda que perder la final, el objetivo es uno solo. Colombia también
tendrá su prueba de fuego, porque ahora debe creer y convencer a los demás de
que quiere el título, no solamente agradar. Estas dudas sobre ambos equipos se
resolverán en este partido, el que gane se habrá postulado con firmeza como
candidato para alzar la copa.
En cuanto a propuestas, es lógico pensar en un
local más pragmático y vertical contra el toque neogranadino, que también puede
convertirse en contragolpe si Brasil disputa la posesión de la pelota. La
defensa colombiana cede espacios y oportunidades, y en el duelo de efectividad
entre esa línea y los atacantes brasileños debe estar la clave.
Argentina-Bélgica
La selección albiceleste es favorita y le toca
confirmarlo. Su mejoría en el torneo ha sido lenta, pero una eliminación en
esta ronda y contra los belgas no tendría otro rótulo que fracaso. Ha dependido
de Lionel Messi hasta ahora, pero cuenta
con Ángel Di María como escudero y la espera por los goles de Gonzalo
Higuaín debería terminar en algún momento.
Sergio Romero se ha visto bien, pero la
retaguardia no tanto y ahora extrañarán a Marcos Rojo en la banda izquierda. Si
el fondo resiste las rápidas galopadas de Eden Hazard, Dries Mertens y el
resto, Argentina tendrá el duelo en sus manos.
Bélgica ha sido señalada desde hace meses como
la posible sorpresa del torneo, pero hasta ahora no puede ganarse ese
calificativo porque ha jugado cuatro encuentros contra rivales de inferior
calidad. En este partido, finalmente, puede obtener ese reconocimiento. Un
triunfo contra Argentina sí llenaría los requisitos. Queda ver si Argentina se
lo permite.
Holanda-Costa Rica
Holanda se verá obligada a mostrar variantes
en su juego, porque los ticos le negarán el contragolpe a Arjen Robben y Robin
Van Persie. Es el partido para que Louis Van Gaal repase algunas de las páginas
de su libreta, recuerde cosas que hacía con el Ajax y el Barcelona, y gane el
partido desde el control, con Wesley Sneijder como principal responsable de
filtrar pases por los espacios que deje Costa Rica.
Para los dirigidos por Jorge Luis Pinto será
otro día en la oficina. Repetir el plan que ejecutaron contra sus mayores
enemigos de este Mundial será la tarea, combinando presión alta cuando se pueda
y resguardo total frente a Keylor Navas cuando no quede otra alternativa.
¿Cómo se puede explicar la paridad entre la mayoría
de los equipos durante el Mundial?
En primer lugar hay que reconocer que nadie
esperaba tal paridad y mucho menos los riesgos que tomaron todas las
selecciones en la fase de grupos. Estábamos acostumbrándonos a que la mayoría
de los equipos jugaran el primer partido con la fórmula “si puedo, gano, pero
lo importante en el debut es no perder” y a partir de ahí hacían lo que
necesitaran para clasificar en los otros dos encuentros. En Brasil 2014 no; aquí
los partidos se asemejaron mucho más a los de una Eurocopa, donde la paridad en
las llaves obliga (u obligaba porque ese formato cambiará para la próxima
edición con 24 naciones y no 16) a los conjuntos a jugarse sus opciones desde
el primer partido.
Así que al no poder anticiparlo, solo podemos
intentar explicar lo ya observado. Quizás la pregunta se responde con otra:
¿Hay algún gran favorito al título en este momento? La respuesta sería no. Y
eso tiene que ver con el nivel de los grandes. Brasil, Alemania, Argentina no
han podido ser todavía lo que se espera de ellos (salvo por momentos o algún
partido). Ni hablar de Italia, España o Inglaterra, que ya no tendrán la
oportunidad de redimirse.
Si a eso se suma la ausencia de algunas
figuras por lesiones o el agotamiento y baja forma de otras estrellas tras una
extenuante campaña, hay razones para justificar que los favoritos no hayan
demostrado con tanta claridad su superioridad. De otros no tan candidatos (o no
tradicionales, mejor dicho) sí se esperaba que destacaran: Chile, Bélgica,
Colombia. Pero quizás la mejor explicación esté en la ambición y excelente
preparación de los menos favorecidos por las opiniones. La inteligencia de
Costa Rica, la actitud de Argelia, la entrega de Estados Unidos y el repunte de
Nigeria en octavos fue un ejemplo. Fue una feliz coincidencia de ideas, trabajo
y arrojo en estos equipos “pequeños”. Pero la mayor sorpresa de todas es que
después de tanta paridad, tantas emociones, tantos finales cerrados e
imprevistos en los octavos de final, la lógica terminó invicta en esa ronda y
avanzaron a cuartos todos los líderes de grupo. Explicar eso después de 7
partidos de infarto (solo Colombia pasó con tranquilidad) solo llevaría a caer
en frases hechas.
¿Quiénes han sido los jugadores y técnicos más
destacados hasta el momento? ¿Por qué?
James Rodríguez encabeza la lista, sin dudas. Ya había
sido apuntado como uno de los jugadores a tener en cuenta entre las figuras del
Mundial antes del torneo (en Suramérica nadie puede declararse sorprendido por
su calidad después de admirarlo o sufrirlo en los últimos tres años en la
eliminatoria), pero su rendimiento ha superado incluso esas expectativas.
Luego están Lionel Messi, Juan Guillermo Cuadrado, Thomas
Müller, Arjen Robben, Karim Benzema y Neymar (con algunos momentos flojos, pero
ha cargado con Brasil hasta acá), entre las otras estrellas del torneo hasta
los momentos. De todos ellos también se podía esperar esto, y en el caso de
Messi le ha servido finalmente para quitarse de encima el peso de las críticas
en los Mundiales, sobre todo por los goles.
Un capítulo aparte merecen los porteros, la posición que
más figuras ha aportado a este Mundial con una larga lista que incluye a Tim
Howard, Keylor Navas, Guillermo Ochoa, Manuel Neuer, Sergio Romero, Claudio
Bravo, Julio César, David Ospina, Rais Mbolhi y Thibaut Courtois, entre otros.
Entre los técnicos hay claros favoritos. Jorge Luis Pinto
logró colar a Costa Rica hasta los cuartos de final cuando se suponía que no
debía pasar en un grupo con tres campeones mundiales. Y lo ha hecho con una
disciplina táctica y un excelente criterio para aprovechar sus momentos con el
balón y los instantes de lucha sin él.
José Pekerman es el otro gran triunfador por confirmar en
Brasil el extraordinario juego asociado de Colombia, además de tapar hasta
ahora los potenciales problemas en el fondo que se podían presentar. El conjunto
neogranadino ha sido, hasta este punto, el mejor del Mundial.
También hay que resaltar los méritos de Louis Van Gaal y Didier
Deschamps por recomponer a selecciones como Holanda y Francia. En el primer
caso, tras una eliminatoria arrasadora como es costumbre para los anaranjados,
la situación en el grupo no se veía sencilla y la escasez de valores en la
retaguardia y en el mediocampo (tras perder por lesión a Strootman y Van der
Vaart) lo solucionó con un cambio de esquema y de funcionamiento que, aunque no
sea tan vistoso en creación de juego, produce goles (es el equipo más prolífico
del torneo con 12 tantos) y los evita. Pero su mayor acierto fue unir a Van
Persie y Robben como dupla, y no como extremos (como jugaron en 2006) o como
centro delantero y extremo (como jugaron en 2010). Así, con libertad para
moverse hacia el centro o las bandas, son mucho más peligrosos.
Y Deschamps cambió a un equipo lleno de dudas -y que
perdió a Franck Ribéry- en uno veloz, ambicioso y promisorio (sin tener que
contar con Samir Nasri, que no es del gusto del DT).
Los otros estrategas en cuartos de final han hecho lo que
de ellos se espera, sin demasiados lujos.
Menciones de honor también para técnicos que ya se
despidieron como Jorge Sampaoli, Miguel Herrera, Jürgen Klinsmann y Vahid Halilhodzic.