viernes, 4 de julio de 2014

Análisis de cuartos de final y figuras del Mundial



Les presento un cuestionario que respondí para @prodavinci sobre los cruces de cuartos de final y las figuras del Mundial hasta ahora. 
 

¿Qué opinión tiene sobre cada uno de los encuentros planteados para los cuartos de final del Mundial de Fútbol?
Francia-Alemania
Debería ser un extraordinario partido, además de ser un clásico de los Mundiales. No veo a ninguno de estos conjuntos resguardándose, así que promete ser un choque de ida y vuelta con diferentes armas: Alemania con la pelota y avances en bloque; Francia con presión y un contragolpe letal. En el caso de los galos tiene sentido recurrir a esto no por cuidados defensivos, sino por el espacio que dejan los alemanes en el fondo al adelantar líneas (algo que Joachim Löw tendrá que corregir de alguna manera después del choque contra Argelia) y por la lentitud de Per Mertesacker, que ahora podrá volver a contar con la ayuda de Mats Hummels. Un choque para disfrutar, muy parejo en principio.

Brasil-Colombia
La incógnita más grande de esta ronda. Brasil necesita ofrecer finalmente su mejor función de la Copa del Mundo y menos de eso no le servirá para sacar a un rival tan inspirado y en buen momento. Es obvio que también debe recomponerse anímicamente de la debacle emocional contra Chile, pero quizás ese susto ya haya hecho la tarea, porque le tiene que haber quitado buena parte del miedo a perder. Para el anfitrión ya da lo mismo salir en esta ronda que perder la final, el objetivo es uno solo. Colombia también tendrá su prueba de fuego, porque ahora debe creer y convencer a los demás de que quiere el título, no solamente agradar. Estas dudas sobre ambos equipos se resolverán en este partido, el que gane se habrá postulado con firmeza como candidato para alzar la copa.
En cuanto a propuestas, es lógico pensar en un local más pragmático y vertical contra el toque neogranadino, que también puede convertirse en contragolpe si Brasil disputa la posesión de la pelota. La defensa colombiana cede espacios y oportunidades, y en el duelo de efectividad entre esa línea y los atacantes brasileños debe estar la clave.

Argentina-Bélgica
La selección albiceleste es favorita y le toca confirmarlo. Su mejoría en el torneo ha sido lenta, pero una eliminación en esta ronda y contra los belgas no tendría otro rótulo que fracaso. Ha dependido de Lionel Messi hasta ahora, pero cuenta  con Ángel Di María como escudero y la espera por los goles de Gonzalo Higuaín debería terminar en algún momento.
Sergio Romero se ha visto bien, pero la retaguardia no tanto y ahora extrañarán a Marcos Rojo en la banda izquierda. Si el fondo resiste las rápidas galopadas de Eden Hazard, Dries Mertens y el resto, Argentina tendrá el duelo en sus manos.
Bélgica ha sido señalada desde hace meses como la posible sorpresa del torneo, pero hasta ahora no puede ganarse ese calificativo porque ha jugado cuatro encuentros contra rivales de inferior calidad. En este partido, finalmente, puede obtener ese reconocimiento. Un triunfo contra Argentina sí llenaría los requisitos. Queda ver si Argentina se lo permite.

Holanda-Costa Rica
Holanda se verá obligada a mostrar variantes en su juego, porque los ticos le negarán el contragolpe a Arjen Robben y Robin Van Persie. Es el partido para que Louis Van Gaal repase algunas de las páginas de su libreta, recuerde cosas que hacía con el Ajax y el Barcelona, y gane el partido desde el control, con Wesley Sneijder como principal responsable de filtrar pases por los espacios que deje Costa Rica.
Para los dirigidos por Jorge Luis Pinto será otro día en la oficina. Repetir el plan que ejecutaron contra sus mayores enemigos de este Mundial será la tarea, combinando presión alta cuando se pueda y resguardo total frente a Keylor Navas cuando no quede otra alternativa.


¿Cómo se puede explicar la paridad entre la mayoría de los equipos durante el Mundial?
En primer lugar hay que reconocer que nadie esperaba tal paridad y mucho menos los riesgos que tomaron todas las selecciones en la fase de grupos. Estábamos acostumbrándonos a que la mayoría de los equipos jugaran el primer partido con la fórmula “si puedo, gano, pero lo importante en el debut es no perder” y a partir de ahí hacían lo que necesitaran para clasificar en los otros dos encuentros. En Brasil 2014 no; aquí los partidos se asemejaron mucho más a los de una Eurocopa, donde la paridad en las llaves obliga (u obligaba porque ese formato cambiará para la próxima edición con 24 naciones y no 16) a los conjuntos a jugarse sus opciones desde el primer partido.
Así que al no poder anticiparlo, solo podemos intentar explicar lo ya observado. Quizás la pregunta se responde con otra: ¿Hay algún gran favorito al título en este momento? La respuesta sería no. Y eso tiene que ver con el nivel de los grandes. Brasil, Alemania, Argentina no han podido ser todavía lo que se espera de ellos (salvo por momentos o algún partido). Ni hablar de Italia, España o Inglaterra, que ya no tendrán la oportunidad de redimirse.
Si a eso se suma la ausencia de algunas figuras por lesiones o el agotamiento y baja forma de otras estrellas tras una extenuante campaña, hay razones para justificar que los favoritos no hayan demostrado con tanta claridad su superioridad. De otros no tan candidatos (o no tradicionales, mejor dicho) sí se esperaba que destacaran: Chile, Bélgica, Colombia. Pero quizás la mejor explicación esté en la ambición y excelente preparación de los menos favorecidos por las opiniones. La inteligencia de Costa Rica, la actitud de Argelia, la entrega de Estados Unidos y el repunte de Nigeria en octavos fue un ejemplo. Fue una feliz coincidencia de ideas, trabajo y arrojo en estos equipos “pequeños”. Pero la mayor sorpresa de todas es que después de tanta paridad, tantas emociones, tantos finales cerrados e imprevistos en los octavos de final, la lógica terminó invicta en esa ronda y avanzaron a cuartos todos los líderes de grupo. Explicar eso después de 7 partidos de infarto (solo Colombia pasó con tranquilidad) solo llevaría a caer en frases hechas.

¿Quiénes han sido los jugadores y técnicos más destacados hasta el momento? ¿Por qué?
James Rodríguez encabeza la lista, sin dudas. Ya había sido apuntado como uno de los jugadores a tener en cuenta entre las figuras del Mundial antes del torneo (en Suramérica nadie puede declararse sorprendido por su calidad después de admirarlo o sufrirlo en los últimos tres años en la eliminatoria), pero su rendimiento ha superado incluso esas expectativas.
Luego están Lionel Messi, Juan Guillermo Cuadrado, Thomas Müller, Arjen Robben, Karim Benzema y Neymar (con algunos momentos flojos, pero ha cargado con Brasil hasta acá), entre las otras estrellas del torneo hasta los momentos. De todos ellos también se podía esperar esto, y en el caso de Messi le ha servido finalmente para quitarse de encima el peso de las críticas en los Mundiales, sobre todo por los goles.
Un capítulo aparte merecen los porteros, la posición que más figuras ha aportado a este Mundial con una larga lista que incluye a Tim Howard, Keylor Navas, Guillermo Ochoa, Manuel Neuer, Sergio Romero, Claudio Bravo, Julio César, David Ospina, Rais Mbolhi y Thibaut Courtois, entre otros.
Entre los técnicos hay claros favoritos. Jorge Luis Pinto logró colar a Costa Rica hasta los cuartos de final cuando se suponía que no debía pasar en un grupo con tres campeones mundiales. Y lo ha hecho con una disciplina táctica y un excelente criterio para aprovechar sus momentos con el balón y los instantes de lucha sin él.
José Pekerman es el otro gran triunfador por confirmar en Brasil el extraordinario juego asociado de Colombia, además de tapar hasta ahora los potenciales problemas en el fondo que se podían presentar. El conjunto neogranadino ha sido, hasta este punto, el mejor del Mundial.
También hay que resaltar los méritos de Louis Van Gaal y Didier Deschamps por recomponer a selecciones como Holanda y Francia. En el primer caso, tras una eliminatoria arrasadora como es costumbre para los anaranjados, la situación en el grupo no se veía sencilla y la escasez de valores en la retaguardia y en el mediocampo (tras perder por lesión a Strootman y Van der Vaart) lo solucionó con un cambio de esquema y de funcionamiento que, aunque no sea tan vistoso en creación de juego, produce goles (es el equipo más prolífico del torneo con 12 tantos) y los evita. Pero su mayor acierto fue unir a Van Persie y Robben como dupla, y no como extremos (como jugaron en 2006) o como centro delantero y extremo (como jugaron en 2010). Así, con libertad para moverse hacia el centro o las bandas, son mucho más peligrosos.
Y Deschamps cambió a un equipo lleno de dudas -y que perdió a Franck Ribéry- en uno veloz, ambicioso y promisorio (sin tener que contar con Samir Nasri, que no es del gusto del DT).
Los otros estrategas en cuartos de final han hecho lo que de ellos se espera, sin demasiados lujos.
Menciones de honor también para técnicos que ya se despidieron como Jorge Sampaoli, Miguel Herrera, Jürgen Klinsmann y Vahid Halilhodzic.