domingo, 27 de octubre de 2013

Condiciones y expectativas



¿Se imagina que Venezuela tenga que luchar por un cupo al Mundial contra Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Uruguay y Ecuador y solo haya cuatro cupos disponibles? Más que un ejercicio de imaginación parece una pesadilla, pero una muy real que podría vivirse pronto.

La discusión sobre la posible modificación de los cupos por confederaciones para el Mundial Rusia 2018 ha comenzado. Joseph Blatter ha reiterado su intención de dar más cupos a África y Asia, y más allá de ser otro movimiento político por la importancia que siempre le ha dado el presidente de la FIFA a los votos de esos continentes, es también una amenaza directa a UEFA y Conmebol.

En este cambio es claro que la principal perjudicada sería la región suramericana, que estuvo cerca de perder un cupo para el Mundial Brasil 2014, por tener al anfitrión clasificado de manera automática, pero que sin embargo pudo sostenerlo con esfuerzo para tener el año que viene una verdadera fiesta continental.
La posibilidad temida por otros y anhelada por la Conmebol era que el cupo automático y el repechaje se unieran a los cuatro boletos directos para tener en Brasil a un total de seis selecciones. En las manos de Uruguay está la posibilidad de que seis de las diez representaciones de esta zona participen en la cita, un porcentaje inusitado y, lamentablemente, imposible de sostener.

Lo peor es que Rusia 2018 podría ser el pase de factura por dejar que Conmebol tuviera una fiesta suramericana en Brasil. Es por eso que Venezuela entera lamentó con gran dolor que se dejara escapar esta gran oportunidad de ser uno de los cinco mejores de la tabla cuando apenas había nueve países en disputa.

El seleccionador César Farías restó importancia a la ausencia de Brasil en la eliminatoria como posible beneficio para Venezuela. Lo era. En realidad, era un beneficio para todos los participantes, obviamente. No es igual que haya cinco puestos para diez selecciones que cinco puestos para nueve; las probabilidades de éxito (de todos) aumentan.

Incluso se podría argumentar que Brasil era un obstáculo mayor para la clasificación porque el resto de los combinados suma más puntos contra ellos que la Vinotinto, que apenas ha podido obtener un empate ante esta selección en eliminatorias; por tanto, tenerlos en la pelea era también una desventaja competitiva.

Pero la clave es el número de cupos. El camino a Rusia 2018 será complicado con el retorno del scratch, pero aún más si la FIFA le quita el repechaje a la Conmebol. Cuatro cupos para repartir entre diez selecciones sería en verdad una pesadilla y la Vinotinto se vería obligada a dar un salto cualitativo notable en menos de cuatro años para cerrar rápido la brecha actual.

domingo, 6 de octubre de 2013

Entre el autoritarismo y la indisciplina

La exclusión de Ronaldo Peña de la Vinotinto Sub 17 por indisciplina sirve para reflexionar sobre el manejo de las relaciones que hay en un equipo de fútbol. Más que darle la razón a Peña o al seleccionador Rafael Dudamel, algo imposible de hacer hasta no conocer los detalles del conflicto - que tanto el técnico como el jugador se han reservado por el momento-, la intención de esta columna es reflejar lo compleja que puede ser esa relación entre entrenador y dirigidos.
Hay casos en los que resulta sencillo emitir un juicio. En 2002, en la etapa de preparación de Irlanda para la Copa del Mundo, el técnico Mick McCarthy expulsó del equipo a la estrella Roy Keane, que hizo todo lo posible para que lo sacaran.

El mediocampista se quejó en la prensa de la preparación y de las instalaciones, al punto de decir que iba a abandonar a la selección. Luego cambió de idea, pero cuando McCarthy llamó a una reunión de grupo y le reclamó su actitud, Keane respondió con un discurso agresivo y lleno de insultos al entrenador que duró 10 minutos, de acuerdo con varios de sus compañeros.
Ante esta reacción, McCarthy no esperó a que el capitán amenazara de nuevo con abandonarlos y lo echó. En Irlanda, esto causó debate por mucho tiempo, debido a la importancia de Keane, pero luego de estos hechos era imposible pensar que McCarthy podría haber mantenido a Keane y conservar el respeto de los demás. Su única salida era esa.

Imagine que se hubiese tratado de Juan Arango y la Vinotinto, por ejemplo. ¿Jugar un torneo sin su máxima figura? El deseo de cualquier aficionado es encontrar cualquier otra solución menos esa. Aunque Peña no sea Arango, para la Sub 17, especialmente después de la confirmada ausencia del goleador Andrés Ponce, esta baja también es muy dolorosa. Pero hay casos que no son tan claros como el de Keane.
Raymond Domenech, seleccionador de Francia desde 2004 hasta 2010, es un gran ejemplo de cómo no se deben manejar los conflictos. Incluso en su libro Tout Seul (Solo), Domenech cuenta episodios en los que su verbo o actitud caprichosa dejaron mucho que desear, como cuando le explicó a Grégory Coupet la elección de Fabien Barthez como portero titular. "Sé que durante la temporada, tú has sido el mejor portero, pero yo he escogido a Fabien. No te voy a dar una u otra razón, es simplemente así", le dijo a Coupet.